Encontrados

Capitulo 37

Nicholas

Vanessa...

Vaness...

Vanes...

Vane...

Van...

Va...

V...

...

¿Quién?

Nadie...

Nadie...

Nadie...

Ella no es nadie en mi vida...

–¿Seguro que quieres que te acompañe?– nuestras manos siguen entrelazadas

–Sí, ¿Por qué preguntas?– muevo un poco mi cabeza para que nuestros ojos se conecten

–Tú mirada está como– busca la palabra–...perdida

Hago una mueca

–Sí quiero que me acompañes– digo antes que todo– Ya te explique que no afecta mis sentimientos por ti, pero afecta mis sentimientos hacia mi mismo– veo la interrogación en su rostro y trato de aclarar mis palabras– fui un estupido al creer que ella me amaba, que todo lo que hacía era por mis ideas y no por sus manipulaciones– suspiro y paso mi mano libre por mi cabello, apartando la mirada– la amé– veo que se tensa pero no se separa de mí– pensé que ella sentía lo mismo y ahora solo quiero golpearme la cabeza por ser tan ciego como para no percibir toda la falsedad tras sus promesas– el elevador anuncia que estamos en otro piso pero nadie entra– Me afecta su presencia de una forma que no puedo explicar– paso saliva– solo quiero que desaparezca para que mi mente no recree todos los horribles momentos que pasamos juntos

–Los recuerdos nunca se van a borrar– escucho su voz– pero puedes crear nuevos y mejores– volteo para mirarla– no digo que debes hacerlo conmigo– eso me saca una sonrisa– pero quién sabe– se encoge de hombros– el futuro es incierto y no debemos estancarnos en algo que no podemos cambiar– corresponde mi sonrisa

–¿También eres poeta?– me burlo y recibo un golpe en el pecho por ello

–Eres un idiota– rueda los ojos

–Pero soy tú idiota– llevo su mano sujeta con la mía a mis labios para dejarle un beso

–Espero y nunca lo olvides– dice un poco afectada por ese gesto tan nuevo para ambos

El elevador de empleados llega al piso donde está mi oficina y respiro hondo planeando este complicado, desagradable e inesperado encuentro con mi ex-novia.

–Va a ir bien– digo en voz alta para poder creérmelo

–Va a ir bien– repite Zenda y le da un apretón a mi mano dándome fuerzas, empiezo a caminar pero siento a la despistada detenerse, deteniendome a mi con ella, giro mi vista y me encuentro con la personalidad de una chica insegura en vez de la de mi fuerte novia–¿No vas a dejar de quererme?– dice con temor filtrando su voz, haciendo que mi corazón se encoja por causar esa emoción en ella

–Yo no puedo vivir sin ti ¿De qué hablas?– expongo y veo un brillo reemplazar el temor en su mirar

–Lo siento– me dedica una sonrisa– no pude controlarme– admite aún un poco frágil– Vamos– trata de avanzar, pero ahora yo soy quién la detiene

–No te disculpes si tienes preguntas o dudas sobre nosotros– niego– no siempres debes ser la racional en la pareja– bromeo– sentirse vulnerable es normal– retomo mi seriedad– esto que tenemos es para ayudarnos y complementarnos mutuamente, debemos contarnos nuestras inquietudes por más mínimas que sean– asiente– Y para que quede claro yo siempre te querré– separo nuestras manos, las pongo en sus mejillas y le doy un beso corto y suave para que entienda que ella para mi es única e indispensable