Encontrados

Capitulo 36

Zenda

Me levanto un poco desorientada, aún más cuando huelo el olor a comida, sin embargo no reacciono como normalmente lo haría porque esta vez solo me levanto de golpe y voy corriendo a lo que creo que es el baño para expulsar todo el alcohol que quedó en mi sistema de la noche anterior.

Siento unas manos sujetar mi cabello haciendo que este no se manche con lo que mi estómago bota. Vómito como si mi vida dependiera de ello, es tanto que siento como mi garganta arde cuando me paro y me dirijo al lavabo para enjuagar y lavar mi boca.

–¿Estás mejor?– Nic se posa a mis espaldas para conectar nuestras miradas

–Gracias– me fijo en que traigo vestido y pregunto–: ¿Qué pasó anoche?

–¿Lo olvidaste?– se burla

–Te despertaste bromista– ruedo los ojos y entro a la habitación de nuevo

–Me desperté por tu resaca– reclama chistoso

–¿Dónde estamos?– ignoro su respuesta

–Allané una casa y te traje aquí para que duermas como bebé– dice con sarcasmo

–Si que te estas superando cada vez– ironizo, me siento en la cama apoyando mi espalda en la cabecera

–Gracias– sigue burlándose– he estado practicando

–Voy a tirarte algo a la cabeza si no respondes mi pregunta– le doy una falsa sonrisa– ¿Qué pasó anoche?

–Esto se parece a la película– se reírse y yo agarro una almohada, me paro y se la estampo en la cara, haciéndolo callar– Auch, podrías haberme matado con eso– dramatiza, encaminandose a la cama y echandose en ella con un brazo encima de su frente, haciendo como si se desmayara

–¿Por qué te soporto?– vuelvo a mi posición anterior y niego con la cabeza

–Porque me quieres

–Esa parte si la recuerdo– cierro mis ojos trayendo a mi mente el berrinche qué le hice a Nic enfrente de nuestros amigos

–Expusiste mi lado romántico– se arrastra a mi lado y pone su nuca encima de mis piernas, con sus ojos enfocados en mi rostro y mis gestos

–Creo que ya hablamos de eso, terroncito de azúcar– le doy una sonrisa

–Solo soy romantico contigo– se impulsa y me da un pequeño beso– eso lo sabes y también sabes que nunca sacaré esa personalidad con nadie más

–Lo sé– cada momento en el que recuerdo que solo es tierno conmigo mi ego crece

–Entonces no deberías exhibirme– empieza a hacerme cosquillas

–No... n-o– me retuerzo tratando de salir de su agarre porque las cosquillas son mi debilidad, solo en cierta parte de mi cuerpo, en el final de mis costillas– Par-a...– me río con fuerza, quedándome sin aire por ello

–¿Sigues con resaca?– inquiere una vez que deja de hacerme cosquillas

–No porque me mates de cosquillas mi dolor de cabeza disminuira– golpeo su pecho, levantándome de la cama

–Te puedo culpar por violencia doméstica ¿Sabías?– sigue con su dramaturgia– me golpeas más veces de las que me besas– ruedo los ojos

–Pues ve y denunciame– lo reto en broma– te quedas sin novia de paso– voy en dirección a la puerta luego de sacarle el dedo medio, aún como chiste

–¡Yo siempre te tendré!– grita cuando yo ya estoy fuera del cuarto

Recuerdo el olor a comida que sentí cuando me levanté y con vergüenza regreso a la habitación para buscar lo que Nicholas preparó para mí cuando me levanté.