Capitulo 5

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Zenda

Mi amiga está llorando como una magdalena en la esquina de mi sala, Marco estaba en la cocina pero salió de esta y el desmadre se vino más grande, Frank está rojo de furia y a mi parecer, parece un toro apunto de atacar.

Mientras tanto yo estoy de pie entre la puerta de mi casa y mi sala– a la que se tiene acceso directo al entrar– para refrenar a Frank de que entre, además de salvar a Marco de una muerte segura, por tener la estúpida idea de venir a "defendernos" de Frank cuando este mide más de 10 cm que él.

Estoy tratando con todas mis fuerzas para no derrumbarme ahí mismo, porque no dormí toda la noche por ir a recoger y cuidar a una Elli ebria y llorosa– entre otras cosas– por culpa del homosapiens que tengo tratando de entrar a mi casa.

Este encuentro no debería haber pasado así, a esta hora y mucho menos en mi casa.

Para que entren en contexto, esto fue lo que pasó:

7 Horas antes

Desde lejos veo mi carro, al que estoy dirigiéndome después de dejar a Nicholas en el club.

Al llegar veo como Marco se las apaña para sujetar a Elli y no caerse en el proceso mientras me esperan. Quito la alarma del carro desde mi sitio, mientras sigo avanzando, para que ellos se den cuenta de que estoy aquí y puedan subirse.

–Ponla en la parte de atrás por favor– le indico a Marco, este lo hace e ingresa en la parte delantera.

Comienzo a conducir y las calles están casi vacías por la hora, dentro del auto se escucha una tenue melodía– que pasan por la radio a esta hora– y nada más porque Elli se quedó dormida en los asientos traseros.

–Yo soy gay– Marco rompe el silencio con su frase, en tanto yo vuelvo a verlo por lo ilógico de su intervención.

–Que bien– exclamo indiferente.

–¿Qué?– él parece un poco descolocado con mi respuesta, por lo que sigo hablando para que no se sienta mal.

–Digo que está bien que seas gay.

¿Por qué dijiste eso?

Mi conciencia me reclama , pero ¡Es que no se más decir!... Un ¡Felicidades por ser gay!, creo que eso sería peor.

–Yo quería decírtelo para que no piense que me aproveche de tu amiga con ese beso o algo así mientras estaba borracha– admite aún un poco confundido.

–Marco me quedo muy claro que no la querías besar– digo mientras maniobro el carro por las desérticas calles de New York– solo con ver tu cara de espanto antes, mientras y después del beso pude deducirlo, no te preocupes. Además, Elli no se va a acordar de nada mañana de igual modo.

–También para que le digas a tu novio y no me mate...– ahí sí que me giro pasmada y podría jurar que mi cuello sonó por la rapidez que lo moví.

–¿De qué estás hablando?

–Del jefe, el señor Nicholas...– parece que el entendimiento cruza sus facciones– ¿No están juntos?

–Obviamente no estamos juntos Marco– le respondo con una sensación de hormigueo en mi estómago– él es una persona que nunca se fijaría en alguien como yo, además de que apenas lo he visto 3 veces en mi vida contando la de hoy y el fue desagradable en una de ellas.

–¿Nunca se fijaría en alguien como tu?– a eso fue lo único que le prestó atención– Si yo no fuera gay, podría asegurarte que no estariamos solo hablando en este momento.

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