Capitulo 27

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Zenda

No sé en qué dormitorio estamos, solo sé que nos estamos besando y que el calor de la habitación es lo suficientemente alto como para que la ropa me incomode.

Empiezo desnudandolo a él y no me detiene por lo que empiezo a desabotonar cada botón de su camisa, desesperada por llegar a su piel. Me separo un poco de Nicholas para sacarme mi chaqueta y blusa más fácilmente, aunque no demasiado para que nuestros labios se separen.

Cuando llego a la pretina del pantalón de vestir del acosador, él me detiene y yo confundida paro el beso en el que estábamos.

–¿Qué pasa?– pregunto confundida y con la respiración acelerada

–¿Estas segura?– lo miró sin decir ni una palabra– De hacer esto– esclarece

–No soy virgen si eso es lo que quieres escuchar– me da una mueca de desagrado por mi comentario, ¡pero es que no se que más decir!

–No te estaba preguntando eso– niega– Quiero saber si en verdad quieres esto conmigo

–¿Me vas a abandonar después de follar?

–No– responde inmediatamente– pero si te hago mía, será en todos los sentidos de la palabr...

Lo interrumpo con otro beso, con igual intensidad que los anteriores, pasando mi lengua por cada cavidad de su boca queriendo explorar todos sus rincones, Nicholas reacciona y me empieza a besar de la misma forma que yo, llegando al punto de la guerra que desencadenan nuestras lenguas.

–Sí estoy segura– le doy la respuesta concreta que antes pedía, sin embargo ahora no parece muy interesado en escucharme, más bien solo me besa con todas las ganas que dejamos en el aire por la interrupción anterior

Nos fundimos en besos desesperados y toques arriba y abajo de la ropa, sin seguir quitándonos prendas. Me rindo y devuelvo mi mano al pantalón de Nic, esta vez no me aleja solo deja que yo haga lo que quiera.

Hago cada movimiento lento frustrandonos a ambos en el proceso pero al parecer Nicholas tiene menos paciencia porque se separa de mí, me empuja con suavidad a la cama que no se de donde apareció y termina de sacarse la parte inferior de su rop por sí solo, dejándose solamente el boxer.

–No voy a ir despacio– dice acercándose a gatas a mi

–Yo no te lo he pedido– respondo y choco mis labios a los suyos nuevamente pero él sonríe en el beso resultando confuso el toque de sus dientes con mis labios.

Esta vez soy yo quien se quita la ropa quedando solo con mi sostén y bragas frente a los ojos de Nicholas.

Nunca he tenido problemas con mi cuerpo o la exposición de este pero ahora con la intensa mirada de mi novio puesta en mí me siento ligeramente cohibida y muy pendiente de lo que pueda estar pensando de mí.

No tengo el cuerpo perfecto, tengo estrias, celulitis y algunas manchas encima de mi piel. Tengo el abdomen plano pero mis curvas no son muy marcadas y aunque eso nunca me ha importado siempre que me veo en un vestido me afecta un poco aunque no lo quiera aceptar.

–Eres preciosa– eso cortas los pensamientos insuficientes que tengo sobre mí misma sacando mi cabeza del hoyo al que me había metido

Ahora me fijo en su cuerpo y no puedo creer la suerte que tengo de estar saliendo con un hombre con un cuerpo de Dios griego, literalmente parece dibujado y amoldado.

Siento los besos de Nic bajar por mi cuello y clavícula hasta llegar a mis senos, los cuales toca por encima del sujetador para después hacerme la seña de que quiere quitarlo. Curvo un poco mi espalda dándole acceso al broche y él no desaprovecha el momento para sacar mi ropa interior superior y deleitar sus ojos con mis montículos de carne.

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