12♧ - 《La isla de Tortuga》

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Al llegar a Tortuga, Isis trató de ocultar su identidad lo más que pudo, permaneciendo con la identidad del joven Isaac: recogió su cabello y lo metió en un sombrero tricornio, portaba un cinturón en el que llevaba ambas armas de fuego y la espada. No sabía qué tan útil sería todo aquello dadas las circunstancias, pues el mismo tiempo que llevaba de no subir a un barco, tenía de no practicar con la espada. Intentó no mostrarse nerviosa a pesar del sudor en sus manos y su respiración ansiosa, para no llamar la atención de los borrachos que había en cada acera. Las mujeres que estaban paradas en alguna esquina afuera de algún bar la llamaban confundiéndola con un muchacho, ella las ignoraba. Buscaba una taberna en específico donde le dijeron que se encontraba el famoso Capitán Barbossa.

Pasó tres días en incansable búsqueda por toda la isla, de esa bendita taberna. No se detuvo a preguntar para no levantar comentarios y sospechas. Entraba a algunos bares para comer rápidamente, dormía en hostales apestosos y donde escuchaba ruidos indeseables por todos lados, dormía con las armas tomadas. Después de tanto caminar al cuarto día, se quedó en un callejón, recostada en una pared, suspirando de cansancio a punto de ceder.

— La luna llena trazó tu curso. – dijo una voz femenina a unos metros de Isis. Ella se incorporó y tomó una de las armas.

— ¿Quién anda allí? – preguntó con la voz impostada.

"Pasada la muerte del capitán más temido en las aguas, vendrá la diosa en venganza con el gorrión atrapado en el pecho".

— ¿Qué dices? – insistió Isis, acercándose con cautela hacia donde estaba la mujer. – ¿Mencionaste algo sobre una diosa?

— Hola, Isis Salazar.

— Ese no es mi nombre. – protestó Isis, con miedo dando un paso hacia atrás. – Estás confundida.

— No tienes por qué ocultarte de mí. Sé quién eres, el mar te pertenece desde tu nacimiento. Predije tu viaje y sé lo mucho que te ha costado venir hasta acá.

— ¿Cómo? – preguntó con su voz normal, sintió curiosidad y entonces se acercó a la mujer – ¿Quién eres?

El haz de una lámpara que provenía de una casa iluminó por fin el rostro de la mujer: joven, con tatuajes de runas horizontales en todo el rostro, sonreía con sus dientes amarillentos. Era un contraste extraño con la belleza de sus rasgos. Su sonrisa incomodaba a Isis, además de que la mujer acariciaba a una rata.

— Soy Shansa. – se presentó. – Vienes a Tortuga a buscar a Barbossa, ¿no es así?

— ¿Cómo es que sabes todo esto? ¿Eres amiga de Jack?

— Soy una bruja del mar, yo lo sé todo. – contestó con superioridad, viendo a la rata casi con ternura.

— Lo que dijiste de la "diosa", ¿qué quiere decir?

— Es una profecía. Sígueme, tengo algo que podría interesarte, estaba esperándote desde hace mucho tiempo.

Un escalofrío le recorrió a Isis a lo largo de su espalda y las piernas le temblaban un poco. Tenía miedo de esa bruja. ¿Cómo sabía su nombre y a quién buscaba? Si era una bruja de verdad, ¿por qué querría ayudarla? 

Isis se planteaba muchas preguntas sobre qué era lo bueno y lo malo para aquel momento. La inquisición y el gobierno asesinaban a cualquier mujer por hablar y saber un poco de alguna materia, que naturalmente un hombre podía estudiar, las acusaban de brujas, aunque no lo fueran, ¿Shansa era una verdadera bruja? 

Al entrar al recinto al que la guio, se respondió su pregunta. 

La venganza de la diosa - PDC | Jack SparrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora