36♧- 《Discusión》

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Luego del amanecer, Fernando bajó con un par de oficiales para llevarles el desayuno a Isis y Jack. Habría esperado cualquier imagen al llegar, incluso que Sparrow hubiese escapado. Por lo que habían comentado algunos oficiales del barco, no era la primera vez que lo apresaban, sin embargo, lo que encontró le hizo sentir casi como cuando escuchaba que Santos le pedía la mano de Isis al Capitán Salazar, y éste aceptaba con una gran sonrisa.

Jack e Isis dormían sentados, hombro con hombro, cada uno en su celda apoyados en los barrotes que los separaban; la mano de Isis pasaba hacia la celda de Sparrow y tenía entrelazados unos dedos de la joven. Los oficiales que iban con él se vieron entre sí y luego a Fernando en espera de su reacción, pero éste solo suspiró profundo y con su espada tocó los barrotes de la celda de Isis. El sonido hizo que ambos despertaran de golpe, confundidos por lo que ocurría, ella notó el tacto de su mano con la de Jack, lo vio y se soltó inmediatamente al igual que Jack hizo como si nada hubiese pasado, arreglándose su sombrero tricornio. Isis vio a Fernando quien parecía consternado aún, viendo hacia donde estaban aquellas manos entrelazadas. Isis se levantó y fue hacia los barrotes.

- No. – murmuró. – No es lo que...

- Traje el desayuno. – anunció cortante, ignorando lo que Isis decía.

- Ya era hora. – dijo Jack, quejándose mientras se ponía de pie. – Deberían tener colchones por lo menos, mi espalda no soportará otra noche así.

- Quizás deba encadenarte al lado del armamento para que estés cómodo. – respondió Fernando, con tensión en su voz.

- No me culpes si tu barco estalla después, niño. – contestó Jack a manera de reto.

- ¡Estoy harto de tus provocaciones!

- ¡Fernando! – le llamó Isis, alterada por ver la reacción de su prometido.

- Llévenlo a cubierta y amárrenlo al mástil. – ordenó el joven Capitán a los guardias.

- ¿Por qué? ¡Oye! No merezco este trato. – protestó Sparrow. – Yo no rompí ningún acuerdo, yo no soy el traidor.

- ¡Cállate, maldita sea!

- Aunque me escondas bajo las piedras, niño. – dijo Jack cuidadosamente. – Seguiré siendo una pesadilla para ti. – los guardias tomaron a Jack de su celda y se lo llevaron a cubierta, mientras Isis asustada veía lo que ocurría. Lo menos que deseaba eran problemas con Fernando, pero tampoco deseaba ese trato para Jack.

- ¿Qué está ocurriendo? – preguntó Fernando, cuando estuvieron solos.

- No te entiendo.

- ¿Pasó algo con ese pirata que yo no sepa? ¿Tienes algo que decirme?

- No, ¿por qué habría de ocultártelo?

- Uno de los guardias me dijo que te escuchó hablando con Sparrow toda la noche, como si fueran grandes amigos, ¿de qué hablaban? ¿Acaso no lo odias? ¿No querías matarlo?

- Fernando...

- Y no solo eso, hoy te encuentro dormida casi a su lado, unidos de manos.

- Debí pensar que eras tú mientras dormía, ¡no lo sé! ¡No puedo controlar mi cuerpo mientras duermo, perdón! 

- ¿Vas a decirme qué está ocurriendo? Hace unas horas no querías ni verlo, y ahora...

- ¡Estoy confundida! ¿Sí?

- ¿Qué? – preguntó Fernando, incrédulo con sus ojos llorosos.

- Escúchame. Luego del ataque del Kraken, lo di todo por perdido. Llegó un momento donde me di por muerta, de pronto desperté y estaba en el Perla Negra, con Jack. Pasé momentos muy... agradables con él.

- Agradables. – repitió con burla, Fernando.

- ¡Lo creas o no, es un buen hombre! Él sí me escucha... – defendió Isis.

- Ese pirata, que causó la maldición de tu padre, te dejó a tu suerte en Tortuga y te secuestró, ¿ahora es un buen hombre?

- Te pido que me comprendas, ¡me salvó la vida! Cualquier otro pirata, puedo haberme dejado en el mar para que muriera o me pudieron haber hecho cosas horribles, pero no. Él no. Y tampoco sus hombres.

- Escúchate, Isis. ¿Qué te ocurre? Pareciera que lo aprecias... o incluso más que eso.

- Tendrías que haber estado conmigo, para comprender lo que digo.

- Pues perdona por no haber sido rescatado por piratas. En su lugar, fui rescatado por los ingleses y ellos me llevaron a Port Royal. Les dije lo que había ocurrido y me dijeron que estaban dispuestos a buscarte, pero en cuanto les llevé el informe de que estuviste con Sparrow, te buscaron por piratería... aun así, no me detuve.

- Tú estás con los ingleses tal como yo con Jack. No son los mejores aliados, pero los respetamos y les debemos gratitud por salvarnos la vida, ¿es que no lo entiendes? Harías cualquier cosa por defenderlos o salvarlos si tuvieran un ataque ahorita... pues sucede lo mismo con Jack.

- Entonces, ¿ahora defiendes piratas?

- Soy defensora de lo que me parece justo y si no te parece la gratitud que muestro, pues lo lamento.

- No parecía sólo gratitud, Isis. – dijo triste. – Dime de qué lado juegas, para no quedar como estúpido frente a Beckett. – abrió la celda rápidamente para entregarle su alimento.

- Fernando, no... espera.

- Buen provecho. – cerró nuevamente y salió hacia cubierta, sin esperar otra explicación por parte de Isis. 

La venganza de la diosa - PDC | Jack SparrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora