16♧ -《El Queen Anne's Revenge》

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     Cuando abordaron el barco, corroboró lo que había escuchado desde pequeña: los rumores de los poderes sobrenaturales que rodeaban a Barbanegra y su barco.

Barbossa sacó una espada que desató las velas con un movimiento al aire y luego como si la blandiera en alguien que estuviese al frente, para comenzar su viaje. El barco estaba decorado con colores oro, verde, blanco y azul. Era un navío lujoso para ser de piratas. Isis al ver toda esa magia ocurriendo a su alrededor, sonrió. Se sentía dichosa de poder vivir todas esas experiencias y tener a su favor las condiciones.

Tardaron alrededor de una semana, en salir a una zona céntrica del océano para empezar la ruta que marcaría la brújula. Barbossa estaba parado frente a una barandilla que decoraba el frente de su camarote en el segundo nivel de popa. Dio las órdenes para salir a mar abierto, a partir de allí Isis comandaría el viaje, con ayuda de la brújula. Los hombres no se mostraron muy de acuerdo en un principio, pero eran órdenes del Capitán.

— ¡Señorita Salazar! – llamó. – De aquí en adelante, el viaje es todo suyo. Le repito que tenga mente clara para saber lo que quiere, si nos lleva por una ruta equivocada, me temo que tendré que romper nuestro acuerdo.

— Descuide, Capitán. Haré bien mi trabajo.

— ¡Escuchen, cucarachas inútiles, la señorita Salazar está a cargo del viaje, lo que diga ella, será una orden!

— ¡Sí, señor! – contestaron los marineros.

Parada frente al timón, sintiéndose orgullosa, segura de sí misma y casi tan familiar el ambiente, mantuvo la firmeza en sus decisiones como guía. La brújula apuntaba al sur.

— Aquí voy, papá. – murmuró para sí misma, entre muchos sentimientos encontrados.

No había mapa físico, más que el corazón de Isis guiándolos hacia "los muertos", como Barbossa los había llamado. Tenía tanto por añadir a su bitácora. Pero ahora, no era como si el Capitán fuera amablemente a darle todo lo que ella pidiera. Además, la mayor parte del tiempo él se la pasaba en su camarote y sólo salía a tomar aire fresco una vez al día, para verificar que todo fuera en orden. Acordaron turnos para llevar a cabo el viaje, los marineros sabían dónde se encontraba el Triángulo, decían que estaba entre San Martín y Barbuda, hacia el norte de ambas islas, por lo que Salazar no debía estar tan alejado de esa zona. Trazaron un rumbo, donde algunas islas quedaban cerca para poder abastecerse de alimentos y bebida.

Una de esas noches, cuando estaba a cargo del timón, se dio cuenta que ya había cumplido dos meses de lapso. Cristóbal estaría por tomar posesión de su casa y repartir todo entre los sirvientes. Se encontraba tan lejos de casa, con tantos cambios, que regresar a Cádiz sería más difícil de lo que había pensado.

— Espero que ningún pensamiento la esté distrayendo de su trabajo, señorita Salazar. – dijo el Capitán, observándola desde cubierta.

— Tengo el destino fijo en mi mente, Capitán. – respondió Isis con superioridad, al momento que Barbossa subía a proa, donde se encontraba Isis.

— Hubo un ligero cambio en su rostro esta noche, quizás sugiriendo arrepentimiento.

— No, no. – sonrió la joven. – Solo... muchas cosas han cambiado desde que decidí salir de mi casa. No es como yo lo había planeado. Dejé toda mi vida atrás, sin importar lo que sucediera, sólo quería completar mi búsqueda.

— Pocas veces he visto jovencitas que se lanzan a la aventura. Y aún menos, las que tienen éxito. Se podría decir que usted estará entre las últimas. El destino le tiene algo preparado, indudablemente. No se ha rendido, sobrevive.

— ¿Qué destino? Me pregunto. Si logro regresar a casa estaré con las manos vacías, probablemente y todos dirán que estoy loca.

— La llamarán pirata. Busca un tesoro, sobreviviendo a cualquier adversidad, haciendo tratos convenientes para su persona, ha bebido un par de veces, se ha lanzado a la aventura en el mar, casi en contra de todo. Es suficiente para que la llamen como tal.

— Quizás todo deba quedar en los mares, ¿no?

— Es el mejor confidente, señorita Salazar. – sonrió el Capitán.

"He presenciado mitos extraordinarios en tan poco tiempo. Sé que, si llego a Cádiz con esta versión, me tacharán de loca: la nave que me obsequió el rey fue destruida por una criatura mitológica y sólo sobreviví yo, fui rescatada por piratas; desembarqué en Tortuga, pasé varios días sobreviviendo a borrachos, trifulcas, suciedad y hambre, conocí a una bruja que afirma las sospechas sobre mi padre, que está bajo una maldición y hay una profecía, el Capitán que me rescató dejó una brújula para mí, que apunta a lo que más deseo. Por azares del destino, hay otro Capitán que me esperaba en esa isla, puesto que mi padre ha estado acabando con su flota, por lo tanto, tenemos un rumbo en común. Mi padre o yo, moriremos en algún momento de este viaje. Si sobrevivo, regresaré a Port Royal en Santiago. Y luego de eso, no sé qué será de mi vida. El Capitán Barbossa, señor del Queen Anne's Revenge, me recomendó quedarme en el mar, porque mi historia sólo será creída por piratas. ¿Soy ahora, uno de ellos?"

La venganza de la diosa - PDC | Jack SparrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora