La cena con Beckett fue lo más incómodo, y con un vestido tan ajustado ya era mucho decir. Las constantes insinuaciones de Beckett y sus comentarios contra los piratas, apoyado por Fernando por labia la tenían agotada. Prefería callar como lo debían hacer las mujeres en charlas de hombres. Cuando regresaron a las habitaciones, Fernando la encaminó hasta su puerta.
- ¿Realmente quieres estar presente en ese momento cuando Sparrow sea ahorcado? – le preguntó Fernando, tomando uno de sus rizos.
- Necesito estar ahí. – contestó con severidad.
- No entiendo, ¿para qué? – frunció el ceño. – Me parece algo bárbaro. – la vio con curiosidad.
- Si voy a regresar a Cádiz contigo, debo asegurarme de que este ciclo esté cerrado con la muerte de Jack. además, dijo que quiere tenerme allí, por ser lo que más desea.
- ¿Tanto lo amas, como para complacerlo en eso?
- Fernando, tú me acompañaste en una aventura donde no teníamos certeza de encontrar lo que quería. Así es esto...
- ¿Y qué pasa si logra escapar de nuevo? ¿Aún regresarías conmigo a Cádiz?
- ¿Quieres ir a dar un paseo? – preguntó Isis, interrumpiéndolo. Fernando asintió con un gesto de decepción y salieron al jardín para continuar su charla. – Estoy segura de que Beckett hará un buen trabajo. – sonrió y acarició la mejilla de Fernando.
- Quisiera que sintieras eso por mí.
- Fernando, por favor. – pidió cabizbaja y quitando la mano del rostro del Capitán. – No digas esas cosas ahora.
- Es obvio, Isis. – tomó las manos de la joven. – Sparrow escapará. – Fernando tenía la mirada triste. – Y yo te perderé.
- ¿Por qué estás tan seguro del escape?
- Porque es el tipo de hombre que consigue lo que quiere, siempre. Y eso te incluye, no descansará hasta tenerte.
- Quizás tú y yo, no...
- No lo digas. – interrumpió Fernando. – Solo quiero que sepas que lo di todo por ti. Y fui el hombre más feliz sobre la tierra cuando te vi nuevamente. Entregué a Sparrow porque pensé que, si me deshacía del él, tú regresarías conmigo. Pero al verte, entendí que algo en estos meses que conviviste con piratas, te deslumbró y ya no pude pelear contra eso. No eras la misma cuando Sparrow te secuestró para llevarte ante mí. La Isis de sociedad, de modales finos y hermosos vestidos había desaparecido.
- Desde siempre me llamaba la atención conocer piratas, lo sabes.
- Pero les temías.
- Bueno, es evidente que, si hubiese conocido a Barbanegra, me habría retractado de toda fascinación. Pero su barco... ¡Es asombroso! – dijo, emocionada. Luego recordó que Fernando no sentía ese interés por conocer los detalles y guardó toda esa euforia.
- No lo reprimas... tú lo dijiste en la tarde, todo el tiempo no te escuché y desvaloricé lo que pensabas y sentías.
- Tengo un lugar en el Venganza, Fernando. Soy parte de la tripulación. No puedo abandonar ese puesto. Los hombres en la sociedad sólo me ven como un premio, un adorno bello. Ve a Beckett, en la cena fue una constante lucha entre ustedes dos, para mostrarme su posición. Y la verdad es que... ninguno de los dos lo lograría.
- ¿Y crees que Sparrow no te ve como un trofeo para mostrarte?
- No. – sonrió. – Para Jack, soy un tesoro.
- Palabras... es lo mismo. – bufó.
- Escucha, cuando llegué a Tortuga, hubo una bruja de mar que me dijo una profecía.
- ¿Una bruja? – repitió Fernando, incrédulo. – Isis, por Dios. – rodó sus ojos y respiró profundo.
- ¡Sí! Me dijo: Pasada la muerte del Capitán más temido en las aguas, vendrá la diosa en venganza con el gorrión atrapado en el pecho. Al principio no lo entendía. Poco a poco, fue tomando sentido y fue en una plática que tuve con Santos, en un atardecer hermoso.
- ¿Y se la dijiste a él?
- No... a penas pude hablar con él, sólo fueron unas cuántas noches que coincidimos en la guardia nocturna. Pero me dijo, "de alguien que tiene el nombre de una diosa del mar, no se puede esperar menos". Entonces, descubrí que el Capitán, era mi padre, la diosa era yo iba en el barco llamado "Venganza", y el gorrión...
- Sparrow. – completó Fernando.
- Te prometo que en cuanto supe que Jack había sido el responsable de la maldición de mi padre, quería vengarme. Ansiaba verlo ahorcado y por eso la profecía también mencionaba que yo "vendría en venganza". No quería otra cosa más que Jack pagara por lo que había causado. Luego, mi padre murió y creció esa sed. De pronto, el Capitán Barbossa me hizo ver que mi corazón no buscaba del todo esa venganza, porque yo ya tenía a Jack atrapado... ya no había vuelta atrás.
- Si tu padre hubiese sobrevivido, ¿habrías soportado perder a Jack?
- Sí. Tendría a mi padre de vuelta, era todo lo que quería. Mi búsqueda estaba completa, me ganaba más el sentimiento de rencor que lo bueno que podía sentir hacia Jack. Además, con mi padre, Santos también habría sobrevivido.
- ¿Le comentaste a tu padre lo que ocurrió con Sparrow?
- Únicamente lo que tenía que saber sobre su amabilidad.
- Muy amable, por cierto, ¿no? – bromeó Fernando.
- ¡Olé, con ese comentario! – rio Isis.
- Me habría encantado volver a ver a tu padre.
- Quizás al principio te habría espantado un poco...
Fernando e Isis continuaron charlando como viejos amigos, por fin ella podía contarle todo lo que había visto en su viaje con Barbossa, sobre la maldición de su padre, como casi matan a toda la tripulación del Venganza y cómo rompió el hechizo, la condición de Shansa. Fernando la escuchaba atento. Podría ser que fuera la última vez que compartían un momento tranquilo.
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La venganza de la diosa - PDC | Jack Sparrow
FanfictionCádiz, 1708. La pequeña Isis Salazar ha crecido navegando gracias a que su padre, el conocido Capitán Armando Salazar la lleva consigo a sus pequeñas expediciones. Años después, "El Matador del Mar", no regresa de una misión al Caribe, la intuición...