51♧ -《La venganza de Salazar》

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- Es Sparrow. – dijo Fernando, viendo por el catalejo.

- Claro que es él. – afirmó Beckett, arrebatándole el catalejo. – Tu "prometida" prefiere traicionarte a ti, que a Sparrow, ¿lo sabías?

- Desde hace mucho. – respondió decepcionado.

- ¡Ordenes, señor! – pidió un soldado hacia Beckett.

- Espera a que se acerquen. Creo que podemos negociar. – contestó el dueño del barco, con sus labios prensados viendo hacia el horizonte.

- ¡Sí, señor!

- ¡Alisten cañones y esperen a mi señal! – gritó.

El soldado bajó por la escotilla para comunicar lo que Beckett había dicho y, efectivamente el Perla se acercaba rápida y peligrosamente, pero en un ángulo complicado para poder atacarlo.

- ¡Hey, Capitán! – gritó un hombre desde la canasta del Perla. – ¿Te molestaría devolverme lo que es mío? De otra forma, te propongo rendirte ante mí y te dejaré libre. ¡Simple!

- Maldito pirata. – murmuró Fernando. – ¡Haz algo! – le pidió a Beckett.

- ¡Ya he hecho esto antes! ¡No me molestaría volver a hacerlo! – continuó el hombre desde el Perla Negra.

- ¡Beckett! – suplicó de Torres.

- ¡Espera, por Dios! – respondió el mencionado.

- ¡Yo creo que te equivocas, Jack! lo que va en ese barco, le pertenece al Venganza, por lo tanto, ¡me pertenece! – dijo otra voz, a babor del Conquerer. Por estar distraídos con el Perla, no vieron en qué momento el barco del Capitán Barbossa se había acercado amenazante.

- ¡Maldita sea! ¡Fuego a babor! – gritó Beckett.

- ¡Fuego! – gritó Barbossa, moviendo su espada que apuntaba al Conquerer y los cañones de fuego daban en la coraza del otro barco.

El Perla también se acercaba a manera de dejar al Conquerer encerrado entre el Venganza y ellos. El cruce de fuego y balas venía de ambos lados. Isis mientras tanto, buscaba con qué romper la cerradura de la puerta. Intentó con un candelabro, pero al momento que iba a pegarle, una bola de acero rompió la madera de su camarote. Fue hacia el agujero y vio al Perla bastante cerca. Buscó a Jack o alguien que pudiera verla.

- ¡Auxilio! ¡Alguien! ¡Gibbs!

En ese momento, Jack abordaba el Conquerer, aprovechando la distracción que el ataque doble generaba. Varios miembros de la tripulación del Venganza también abordaban el barco de Beckett y lanzaban al agua a todos los soldados con los que se topaban. Mientras tanto, los marineros del Perla se encargaban de debilitar al barco de la Armada Real. Jack, finalmente escuchó golpes fuertes que venían de un camarote, así que se abrió camino hacia ese punto, esquivando y aprovechando duelos entre piratas y guardias.

- ¡Alto ahí, pirata! – le dijo Beckett, junto al sonido de una bala pasando a la cámara, antes de que pudiera abrir el camarote donde se encontraba Isis.

- Podemos arreglar esto de otra manera. – contestó Jack, alzando ambas manos en señal de inocencia, con una sonrisa viendo hacia el cañón del arma.

- Claro, contigo en la horca me parece bien.

- Escucha, tú llevas a alguien aquí. – señaló la puerta. – en contra de su voluntad, y... como hombre de bien, justo y apegado a las leyes, sabes que eso es secuestro, ¿cierto?

- ¿Te estoy robando a tu chica? Ay, perdona Sparrow. – contestó con sarcasmo, sin bajar el arma.

- No es solo "una chica", amigo. Es mi tesoro. – dijo, seguido de una maniobra para desviar el arma de su cuerpo y apuntó hacia el cielo, dando en uno de los cabos que sostenía una de las velas, lo tomó y pasó pateando la cara de Beckett. Estando en cubierta del último nivel de la popa, un guardia llegó a enfrentarlo del cual pudo librarse con facilidad gracias a un disparo que provenía del Venganza.

- ¡Jack, corre! – gritó Gibbs. – ¡Regresa al Perla!

Jack tomó el mismo cabo y se dio impulso para lanzarse hacia su barco, gritando dramáticamente. Tal vuelo fue exitoso, pues aterrizó en la proa del Perla.

- ¡Necesito más balas! – gritó Barbossa desde el otro lado.

- ¡Más balas! – repitió Jack sonriendo, emocionado, viendo hacia el Conquerer, que estaba a punto de ser solo escombros.

- ¡Órdenes, señor! – preguntó un soldado a Fernando, pues Beckett había quedado inconsciente por la patada de Jack.

- Yo... yo no... ¿dónde está Isis? – respondió Jack asustado. – ¡Saquen a Isis del camarote!

- ¡Sí, señor!

Varios guardias corrieron hacia el camarote donde se escuchaban los golpes fuertes anteriormente y donde Beckett estaba en el suelo, unos guardias ayudaron a levantarlo y devolverle la consciencia. Cuando abrieron, se toparon con la sorpresa.

- ¡Señor! ¡La señorita Salazar, no está!

- ¿Cómo que no está? – respondió Fernando, entrando en el camarote, pero efectivamente se encontraba vacío. Y vio el agujero de tamaño considerable en la pared de madera. Sacó su cabeza por ahí, había una cuerda amarrada desde un barco hacia el otro, la cual en ese momento fue cortada por Pintel, que reía y lo saludaba. Vio a su vez, que sobre cubierta del Perla una figura fina caminaba hacia la barandilla: abrigo de piel negro, chaleco color natural, pantalones negros, sombrero tricornio y el cabello suelto, alborotado. Miraba con superioridad hacia el Conquerer y gritó:

- ¡Fuego! – aquella voz femenina, fuerte, era señal para todos los piratas. – ¡Y todo a estribor!

- ¡Fuego! – repitió Barbossa. – ¡Todo a babor!

- ¡Abandonen el barco! – gritó Fernando.

Isis caminó sobre la cubierta, vestida nuevamente con sus ropas de pirata, girando en sus dedos la brújula que Jack le había regalado y vio hacia el Conquerer con reto, específicamente encontrando la mirada de Fernando que había salido a cubierta para confirmar lo que había escuchado y visto por el agujero del camarote. Mientras el barco inglés se destruía poco a poco y el joven Capitán fue obligado a lanzarse al agua, junto con otros oficiales que ahí quedaban vivos. Cuando Fernando salió a la superficie, el Perla y el Venganza, iban juntos a varias yardas del naufragio. 

La venganza de la diosa - PDC | Jack SparrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora