— No hubo día, Isis... que no pensara en ti y en tu madre. – continuó el Capitán, regresando al sofá. Acarició la mejilla de su hija. – Pero no tenía manera de hacerles saber lo que había ocurrido. Los cobardes de la Marina nos dieron por muertos, nunca nos buscaron. Fue más fácil para ellos quedarse de brazos cruzados. Pero esto era peor que la muerte... un impase. Hasta que un día, la isla comenzó a destruirse por sí sola. Y volvimos a ver la luz del sol. Supongo que fue cuando tú me empezaste a buscar, o eso me gusta pensar ahora. – sonrió. – Desde que salimos, me dispuse a encontrar a ese pirata, Jack Sparrow. Necesito encontrarlo para vengarme por lo que nos hizo. Pero tenía en mente también, regresar a Cádiz. No me sentía seguro de querer que vieras en lo que me había convertido. Era un muerto en vida. – bajó su mirada y tomó la mano de Isis. – Cada vez que yo creía era de noche, tarareaba aquella cancioncilla de cuna para ti, deseando que por lo menos, este anhelo de volver a verte te hiciera sentir reconfortada.
— ¿La canción de Cervantes? – preguntó Isis, sollozando.
— Sí, mi niña. Y creo que ese anhelo, fue lo que te trajo aquí.
— Perdóname, papá. – Isis se lanzó a abrazarlo, llena de culpa.
— ¿Por qué habría de perdonarte? Al contrario, has hecho todo lo que no esperé que hicieras por mí. Es tanto, que no sé cómo agradecértelo. Arriesgaste muchas cosas, incluida tu vida.
— Pero valió la pena, cada segundo. Necesitaba saber la verdad, aún si sólo encontraba tus cenizas, ya era una respuesta. Sin embargo, vine con piratas... sé que no es lo que hubieses querido, perdóname. De haber sabido que Jack fue el culpable de todo, yo jamás... – se detuvo, antes de decir todo lo que había ocurrido en el Perla Negra.
— Lo sé, querida. No tienes por qué sentirte mal. Debo ser justo, y aceptar que, si no fuera por él, tú no estarías con vida, aquí ahora mismo.
— Papá. – lo abrazó, nuevamente. – No quiero perderte de nuevo.
— Ni yo a ti. Encontraremos a Sparrow y esta pesadilla acabará.
Isis ahora también saboreaba la ira, como su padre. Quería matar a Sparrow, no sin antes reclamarle por todo lo que pasó en el Perla y su cobardía.
"Encontré a mi padre. Mi corazón está tranquilo, pero se ha quebrado por lo que él me ha contado; el culpable de toda la maldición que cayó sobre él ha sido Jack Sparrow. Maldito pirata. Caí en sus sucias manos, como una tonta, como una de tantas. Esas palabras, el encanto en su forma de ser... me dejé llevar. Pero pagará por todo lo que ha hecho y lo veré en la horca. Me vengaré".
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La venganza de la diosa - PDC | Jack Sparrow
FanfictionCádiz, 1708. La pequeña Isis Salazar ha crecido navegando gracias a que su padre, el conocido Capitán Armando Salazar la lleva consigo a sus pequeñas expediciones. Años después, "El Matador del Mar", no regresa de una misión al Caribe, la intuición...