.:12:.

1.1K 193 7
                                    

FÉLIX

Veintidós parece demasiado grande para estar aplicándole a alguien la ley de hielo

No es que hiciera cuando era adolescente, siempre he sido del tipo "vamos a discutirlo". Encara tus problemas de frente, no congeles a la otra persona.

Esa es la especialidad de Changbin.

En realidad, no hemos hablado desde que regresamos de correr.

En la cena, se había sentado con Nam, poniéndose al día de los últimos años. Luego, Nam golpeó una cuchara contra el vaso de agua y presentó a Seo a los chicos.
"El campeón del Frozen Four y segundo lugar nacional por puntos anotados"

Los ojos de los chicos a mi alrededor se ampliaron más y más. Se engancharon de cada palabra. Mientras tanto, Seo se había sentado ahí, esbozando una sonrisa viéndose arrogante y despreocupado.

<Tal vez no es tan despreocupado como se ve> sugiere mi consciencia.
¡Vete a la mierda, consciencia! Estoy ocupado estando enojado.

Ahora estamos en nuestras respectivas camas, pero ninguno de los dos está durmiendo. Todavía uso mi enojo, pero es una capa delgada, como la sábana que me cubre.

Lo escucho suspirar desde la otra cama y me quedo mirando el techo, preguntándome si ya debería superarlo.

Su voz rompe el silencio.
—Tenía miedo—
Hay un crujido y por el rabillo del ojo veo que él se gira, mirándome en la oscuridad

—¿Tu?— pregunto —No sabía que eso era posible—
—No muy a menudo— reconoce, y resoplo.
Hay más silencio, pero finalmente cedo.
—¿Miedo de que?—
—De que pensaras que te había usado. Y me que odiaras por ello.—

Un suspiro se eleva en mi pecho. Me giro para mirarlo también, pero es difícil distinguir su expresión en la oscuridad.
—Yo nunca podría odiarte, idiota— Lo pienso un poco —Bueno, a menos que hicieras algo digno de odio, como chocar a mi madre con tu auto a propósito o algo parecido. ¿Pero odiarte por ser gay? ¿O por darme una mamada sin decirme que eres gay?— Mierda, todavía estoy resentido de que pensara que soy tan cerrado de mente.

—Pero no estaba listo para decirte la verdad— admite —No estoy seguro de que estuviera listo para decírmela a mi mismo. Pero en el fondo lo sabía, y me sentí como una mierda después. Me sentí como, no sé, que me aproveché de ti.—

—Amigo, no es como que me ataste a la cama y me obligaste. No sé si recuerdas, pero me vine como un hijo de puta esa noche— Oh mierda. No se por qué dije eso.

Pero el destello de calor que viaja hacia mi pene es igual de desconcertante.

Pensar en esa noche es algo que raramente me permito hacer. Era fácilmente la experiencia sexual más caliente que el Lee Félix de dieciocho años había tenido.

Pero recordarlo siempre me confunde, porque lo asocio con ser expulsado de la amistad que más valoraba.

—Ah, recuerdo todo acerca de esa noche— Su voz se espesa, y la sensación aquí abajo se hace más fuerte.

Inicio rápidamente un cambio de tema de emergencia, porque hablar de mamadas parece estar confundiendo a mi cuerpo.

—Así que ¿Estás fuera del closet... oficialmente? ¿Tus padres lo saben?—
Su respiración es pesada al responder.
—Si, ellos lo saben—

Espero a que el continúe. No lo hace. Lo que no es una gran sorpresa, ya que a Seo no le gusta hablar de su familia.

Sé que su padre es algún pez gordo banquero de inversiones y su madre encabeza un montón de comités de caridad. Y la única vez que el padre de Changbin lo había traído al campamento, recuerdo estrechar la mano del hombre y pensar que era la persona mas fría que había conocido.

Estoy tan curioso por escuchar lo que piensan a cerca de tener un hijo gay, pero sé que no va a responder si pregunto.

La cosa con Seo es que todo es siempre a su modo.

—¿Que pasa con tus compañeros de equipo?— intento seguir —¿Y cuando vayas a Toronto?—
—Con los chicos de Northern Mass, tenía una cosa de no preguntar/no decir. No lo escondo, pero tampoco hablo de ello. Ellos lo dejaron pasar. Pero en Toronto... No estoy seguro de cómo va a funcionar. Mi plan es solo eludir la pregunta todo el tiempo que pueda. Voy a volver a entrar al closet durante un tiempo hasta que sienta que conozco a esos tipos. Hasta que sea tan valioso para ellos que no les importe a quien me follo en mi tiempo libre. Lo que debería tomar tres o cuatro años máximo.—

Eso suena increíblemente fuerte.
—Lo siento—
—No, yo lo siento. Lo siento, arruiné nuestra amistad, Félix.—
Mierda, me llamó Félix. Solo hace eso cuando esta siendo serio, sincero.

El pesar irradia de su cuerpo y se extiende hacia mi en oleadas palpables, y siento que mi ira se desmorona como un castillo de arena.

No puedo estar enojado con éste individuo. Incluso cuando pensé que había tirado nuestra amistad a la basura, no había sido capaz de odiarlo.

Trago.
—Ya pasó—
—¿Si?—
—Si— dejando escapar una respiración lenta, doblo mi brazo debajo de mi cabeza y miro hacia él —Entonces ¿Que haz hecho estos años? Ponme al día sobre los últimos cuatro años—

Se ríe disimuladamente.
—¿Cuatro años de las travesuras de Seo Changbin? Eso llevará toda la noche, amigo—
Luego hace una pausa, su tono volviéndose incómodo —Prefiero escuchar sobre ti. ¿Cómo está el clan Lee? ¿Siguen siendo un caos?—

Sonrío en la oscuridad.
—¡Siempre! a ver... Mamá vendió su galería de arte y abrió uno de esos lugares de cerámica. Mi hermana tuvo un bebé, así que soy tío ahora. Um ¿Que más? Oh, mi hermano mayor se divorció—

—Mierda— Seo suena molesto —¿No habías sido el padrino de su boda?— de repente se ríe —¿Recuerdas esa corbata de moño que te envié para que usaras en la ceremonia?—

Contengo un gruñido.
—¿Te refieres a esa rojo brillante con penes de color rosa por todas partes? si, me acuerdo. Muchas gracias y vete a la mierda, por cierto. Mi hermano estaba en mi habitación cuando abrí la caja y casi tuvo un ataque cuando pensó que realmente usaría eso.—

—¿Así que dejaste que mi regalo se arruinara?—
—Nop, lo usé en la despedida de soltero. Fue un caos. Y eso que solo fue entre familia y amigos cercanos—
Los dos reímos, y algo caliente y familiar se aferra en mi pecho. He echado de menos esto. Hablar y reír con él.

—No creo que pudiera sobrevivir a tener tanta familia—
—Me encanta. A demás, soy el menor, para el momento en que nací, mis padres solo me dejaban hacer lo que quisiera.—
El se queda en silencio y puedo sentir la tensión en el aire otra vez, como si quisiera decir algo, pero le asusta decirlo.

—Sólo dilo— ordenó cuando su silencio continúa.
El suspira.
—¿Estamos bien?—
—Si, Seo, estamos bien— y lo digo en serio.

Nos tomó cuatro años para volver a este punto, pero estamos aquí ahora y estoy feliz.

Tengo a mi mejor amigo de vuelta... al menos por las próximas seis semanas.

~FÉLIX~ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora