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CHANGBIN

Maldita sea. Soy un tipo fuerte. Soy un tipo duro. Pero no  fui entrenado para soportar la visión de Lee Félix tocándose a sí mismo.

El fragmento de la luz de luna brillando a través de las cortinas lo muestra reclinado contra su espalda, con su rodilla doblada.

Su cuerpo es perfecto, su mano está acunada sobre su pene, las puntas de sus dedos solo rozando la cabeza. Toma aire profundamente y luego lo deja salir lentamente, su espalda se arquea un poco, sus caderas giran un poco.

Estoy sufriendo una muerte lenta. Mi boca se vuelve agua, y tengo que tragar con fuerza.

Está justo ahí. A dos pasos podría tenerlo en mi boca. Es como si Lee Felix mirara en mi mente sucia y extrajera mi fantasía. Bueno, solo el principio de ella.

No gira la cabeza para mirarme, porque no tiene que hacerlo. Ambos sabemos donde está mi atención.

Aprieta su eje una vez. Dos veces. Luego abre su mano, dejando que sus dedos caigan.

Escucho un caliente jadeo, y me doy cuenta que viene de mi.

El sonríe.

Eso me despierta un poco.
—¿Que estás haciendo?—
—De verdad necesito masturbarme. ¿Te importa?—

MIERDA! Maldigo el estupido día que le dije esas mismas palabras. Tenía dieciocho y pensé que era buena idea. Pero terminó siendo un dolor para ambos. Me laten los oídos ahora.

Y otros lugares.

Mi mano se arrastra dentro de mis bóxers sin mi aprobación. Félix está moviendo su mano ahora.  Lentamente, de arriba de abajo. Se detiene para frotar su pulgar sobre su cabeza, y mi garganta se cierra.

—Bin— dice, su voz es como grava —Necesito tu ayuda.—
Es un milagro que pueda responder con una voz casi normal.
—Parece que lo estás haciendo bien por tu cuenta.—

Es ahí cuando finalmente gira su cabeza para mirarme. Mientras se frota a sí mismo, traga y veo su manzana de adán subir y bajar con fuerza.

—Necesito saber—
¿saber qué? casi pregunto. Pero esta estudiándome ahora.

Sus ojos están vagando a lo largo de mi pecho y bajando por mi brazo. Está viendo la mano en mis bóxers. Y ahí lo entiendo.

Quiere saber por qué se siente de esa forma. Si es atracción, o la cerveza, o una locura temporal.

Más temprano esta noche estaba diciéndole la verdad cuando dije que no quería ayudarlo a hacer ese descubrimiento. No estoy seguro de poder sobrevivir.

Fijamos la mirada. La suya tiene los párpados pesados. Siempre he querido otra oportunidad para poder ver su rostro lleno de lujuria.

Ahora sus labios se abren y es casi suficiente para tenerme cruzando el cuarto. Pero aún dudo, y no porque tenga miedo de que se arrepienta de esto mañana.

Sino porque se que yo lo haré.

—Por favor— dice.

Esa frase es suficiente para hacerme bajar de la cama. Estoy de pie en el centro de nuestro cuarto ahora, las manos en la cintura de mis bóxers, tiro y los dejo caer al suelo.

Y ahora él está mirando mi polla, acariciando la suya.

—¿Que quieres?— pregunto. Y necesito que sea específico.

Este es un juego muy peligroso. Probablemente terminará en desastre, pero si hay una forma en la que pueda probar un poco más de él, lo haré.

Se mueve en la cama, haciendo espacio para mi. Luego me hace señas. Y no hay suficiente dinero, fama o fortuna en el mundo que vaya a evitar que obedezca.

~FÉLIX~ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora