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FÉLIX

Changbin no está a mi lado a la mañana  cuando despierto.

Me giré y estudié la habitación. Su cama está vacía. No parece como si hubiera dormido en ella y no lo recuerdo saliendo de la mía.

Lo que recuerdo es despertar a las seis de la mañana y encontrar el brazo de Bin rodeándome apretadamente.

Después me volví a dormir, así que debió haberse ido en algún momento después de eso.

Suena estúpido, pero estoy aliviado. No estoy seguro de qué habría dicho si me despertaba encontrándonos acurrucados.

Según el despertador, son casi las once y media. El comedor deja de servir el desayuno a las once. Me quedé dormido, pero esta bien. Es nuestro día libre así que no me necesitan en el hielo.

Por otro lado... es *nuestro* día libre. Eso significa horas y horas de tiempo libre. Tiempo que pasaré con Changbin. Con quien tuve sexo anoche.

Aunque no sentí nada diferente. Me besé con un chico anoche... ¿No debería sentirme diferente?

<¿Sentirte gay, quieres decir?>
Una risa burbujea en mi garganta. ¿Uno se siente gay?

Y, maldita sea, estoy desconcertado al descubrir que tengo una erección y es más que solo un caso de erección mañanera.

Es una erección Changbin, resultado de pensar en nosotros jugando.
Yo... creo qué tal vez quiero hacerlo otra vez. ¿Y que tan malo es eso?

Había estado completamente preparado para ver lo de anoche como un experimento, una prueba. No había esperado que pasara la cosa más alucinante.

De repente, la puerta se abre y Changbin entra penosamente, con la cara roja y respirando con dificultad.

Está con su ropa de correr, el frente de su camiseta sin mangas empapado en sudor. Se la quita de su musculoso pecho y la tira a un lado.

—Hace mucho calor afuera— murmura sin mirarme.
Va a hacer las cosas raras. Ni siquiera puede mirarme a los ojos.

—¿Por que no me despertaste?— pregunto —Habría ido a correr contigo—
Se encoge de hombros.
—Pensé en dejarte dormi—

Se quita las zapatillas y los calcetines, después se saca sus pantalones cortos.

Ahora está desnudo. Y yo estoy más excitado.

Aún sigue aportando la mirada, así que no tiene idea de que estoy admirando sus fibrosos músculos esculpidos y la tinta negra alrededor de sus bíceps.

Me doy cuenta de que es la primera vez que lo he visto desnudo a la luz del día y su piel brilla a la luz del sol que traspasa las cortinas.

Es todo músculos.

Y todas esas preguntas que me hice anoche, ¿Estoy realmente atraído por él? ¿Me gustaría si lo hiciéramos? ¿Estoy completamente loco?, ahora se sus respuestas. Si, si y tal vez.

Pero no había esperado despertar con más preguntas.

Salgo de la cama y noto que ahora está haciendo un esfuerzo aún mayor para no mirarme. Porque... si, también  estoy desnudo.

Nos quedamos dormidos desnudos. En brazos del otro.

Me da la espalda mientras busca algo de ropa.
—Bin— susurro.
No reacciona. Toma un pantalón deportivo azul del cajón de arriba y se lo pone.
—Bin.—

Sus hombros se tensan. Muy lentamente se gira y centra su mirada en mi rostro.

Puedo leer la pregunta en ellos... ¿Ahora qué?

Mierda, ¿Qué hago ahora?

No estoy preparada para responder esa pregunta ahora mismo. No hasta que haya pensado un poco y averiguado que quiero de esto. De él.

Así que pongo un tono despreocupado y pregunto.
—¿Qué vamos a hacer hoy?—

Se queda en silencio un rato. Puedo decir que esperaba que exigiera que hablemos sobre anoche. Además puedo decir que está aliviado de que haya elegido esta opción e ignorase todo.

Hace su pequeño gesto característico con los labios.
—Bueno, necesitamos darte un poco de comida y luego ir al campo de fútbol. Los chicos ya volvieron de pescar. Así que Nam está organizando un partido.—

Y simplemente así, volvemos a estar bien. Seguro estamos fingiendo que anoche no nos la chupamos el uno al otro, pero por ahora, estoy feliz con fingir. Aún no estoy preparado para lidiar con esto.

Frunzo el ceño.
—¿Para los niños?—
—No, los entrenadores. Pero un grupo de niños ya está apostando que equipo ganará.—
—¿Ya hay equipos? ¿Cuánto tiempo he estado durmiendo?—

Bin vuelve a sonreír.
—Nam lo llamó chicos contra hombres. Él y los entrenadores mayores contra los jóvenes—
—Dulce— No soy fanático del fútbol, pero la competencia hace que mi adrenalina suba.

—Además... los perdedores tiene que cantar para los campeones en el comedor esta noche— añade.
Entrecierro los ojos.
—¿Que canción?—
—Los ganadores eligen—
—Solo por curiosidad. ¿Quién sugirió era apuesta?—

Mi amigo pestañea con suma inocencia. Lo sabía.
—Sabes que si perdemos Nam va a hacernos cantar Mariah Carey o alguna mierda así—  me quejo mientras busco mi pantalón.
—Es por eso no vamos a perder—

———————

Paramos en una pastelería en la ciudad, así puedo tomar un café y comer algo, como dos muffins de arándanos mientras nos encaminamos al campo de fútbol. Es otro precioso día y los turistas salen en manada.

Dos chicas se detienen en seco cuando Seo y yo pasamos. Tienen ventipico, ambas increíblemente atractivas.

Una de ellas viste una camiseta con tanto escote que sus pechos prácticamente están asomando y una chispa de calor se inicia en mi ingle.

Seo les da un guiño y continúa caminando. Igualo sus zancadas, tratando de no mirar sobre mi hombro para ver si las chicas nos están mirando.

De acuerdo, solo un vistazo.

Giro la barbilla para una rápida mirada, lo que hace que una de las chicas le de un codazo a su amiga.

Ups.

—¿Ves algo que te guste?— pregunta Changbin.
Siento un golpe de incomodidad que no había estado ahí antes.
—Solo meditando cosas— murmuro.
—Seguro.— Su voz es débil.

Ya no hablamos de ello, porque no necesito involucrar a Seo en mi confusión. Pero estoy bastante seguro que me gusta jugar en ambos lados. Porque me gustan las mujeres, lo suave que son y como se sienten en mis brazos. Me gusta follarlas. Nunca lo fingí.

Anoche tampoco estaba fingiendo. Y ahora no tengo ni de que significa todo eso.

Seo me da un codazo, luego apunta a la señal que estamos pasando "Caminos de llegada".
—Como si nunca se hubiera hecho esa bromas ¿Quién es el preadolescente ahora?—

Se tensa por un momento, como si no esperase a que yo hiciera referencia a lo de anoche. Luego resopla.
—Vamos a jugar fútbol, Lee—

~FÉLIX~ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora