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CHANGBIN

Es más de medianoche cuando tropiezo de vuelta a la habitación. Por suerte, Nam no está montando guardia, porque no hay forma de que pueda seguir una conversación normal ahora mismo. Caminar en línea recta también es un desafio.

Síp, puede que esté un poquito borracho.

Me acerco a la puerta de Félix y mía, y la miro por un buen minuto.

Mierda, ¿y si la chica está allí? Me mantuve lejos tanto como pude, pero un hombre tiene que dormir a veces. Y no voy a hacerlo en el porche.

Él debería haberme escrito y dicho que me mantuviera alejado si ella iba a pasar la noche aquí.

¿Cierto?

El pensamiento es como un cuchillo caliente en el estómago. No puedo creer que su jodida novia apareciera en el campamento.

Pasó todo el día con ella.
Toda la noche también, probablemente.

Mis manos se curvan en puños mientras una serie de imágenes desagradables pasan por mi cabeza. Las manos de Félix vagando por las curvas femeninas de Somi. Su polla deslizándose dentro de ella. Sus labios elevándose en esa sucia sonrisa que siempre me da justo antes de poner su boca en mi polla.

Soy un maldito imbécil. No debería haber comenzado nada con él. Iba a terminar una vez que me fuera a Toronto, de todos modos.

Así que, demonios, tal vez es mejor si sólo termina ahora.

Finalmente giro la perilla de la puerta. Está abierto. Y cuando entro en la habitación, veo el colchón de Félix en el suelo de nuevo, justo donde había estado anoche.

Pero el mío está en la estructura de la cama, donde lo había puesto esta mañana.

Félix es el único en la habitación, también. Mi presión sanguínea se alivia, pero sólo un poco.

Él está dormido. Bien, porque no estoy de ánimos para hablar con él ahora mismo.

Puedo sentir mi temperamento palpitando a través de mis venas junto con todo el alcohol que bebi.

La habitación está irritantemente oscura. Tropiezo hacia adelante, chocando mi brazo con el costado del armario mientras me inclinaba para desabotonar mis jeans. Los saqué de una patada, luego mi camisa.

Estoy en mis bóxers ahora. Sólo necesito llegar a la cama sin despertar a Lee, y luego ambos estaremos profundamente dormidos, podemos lidiar con "La Gran Charla" en la mañana.

Descanso mi cuerpo en el colchón tan silenciosamente como puedo. Demonios, sí. Lo hice. Mi trasero borracho ahora está en la cama y Félix todavía está durmien...

Mi cabeza choca con algo duro, y luego una explosión de sonido estalla a través de la habitación.

Una cacofonía de pings y dings y clangs asalta mis oídos. Es como si alguien le diera con un mazo a una máquina de chicles y desatara una ola de dulces.

Me pongo de pie tambaleante, maldiciendo en voz alta cuando piso algo duro y redondo.
—¡Puta madre! —Salto en un pie alrededor mientras uso mi mano para frontal el dolor disparándose a través del otro pie.

Félix se sienta de golpe, su voz aterrada cortando a través de la oscuridad.
—¿Qué demonios?—

—¿En serio? ¿Me estás preguntando a mi?—chillo  —¿Qué pusiste en mi almohada?—

—Skittles.—
Dice esto como si se supusiera que tuviera sentido.
—¿Por qué?—

Me arrodillo, hurgando la caja con la que acabo de golpear mi cabeza. Escucho los pasos de Félix dirigiéndose a la puerta, y entonces mueve un interruptor y la luz inunda la habitación.

~FÉLIX~ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora