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FÉLIX

Los niños no están ni de cerca tan cansados como deberían. Me había olvidado de cómo el cuerpo adolescente puede recuperarse de cualquier cosa. Todos los ejercicios del día han terminado ya y nadie ni siquiera se ve cansado.

Los jóvenes delanteros entrenados por Bin finalmente están jugando como equipo. Ya han tirado un buen número de disparos de gol. Y Seo arbitra el juego.

Hay otro ataque en la red. Gaon realiza un pase de palo a palo a Junhan, que no duda. Dispara a la meta antes de que Yoojeon pueda detenerlo.
Un pequeño grito de victoria se eleva desde el equipo de puntuación.

—Toma esa, Jeon! — grita Junhan. —¡Eres un colador, debilucho!—
Me preparo para el desastre.

Yoojeon lanza la botella en la red. Luego me mira fijamente.
Por favor, no explotes como una mina terrestre, le pido silenciosamente.

Mi portero en realidad me da una pequeña sonrisa antes de hablar. —Sí, Junhan. Me la jugaste. Sólo te tomó dos docenas de intentos. —
Se pone de un tirón la máscara sobre su rostro y recoge su palo.

Seo está sonriendo cuando patina para recuperar el disco.

El adolescente se ve un poco presumido cuando lanza el disco a la mano de Changbin.

Estoy tan absorto en este pequeño drama que no noto las cabezas girándose hacia alguien que ha aparecido detrás del banquillo.

—Félix! ¡Aquí!—

Me doy la vuelta para encontrar a Somi allí de pie, agitando los brazos.

—Somi— digo estúpidamente —¿Qué estás haciendo aquí?—

Pone los ojos en blanco, las manos en las caderas de un pequeño par de short de jean.

—Qué mierda de saludo es ese, Lee. Puedes hacerlo un poco mejor.—

—Mierda— suelta Yoojeon —La novia del entrenador Lee tiene un buen par de tetas.—

—Cállate— murmuro, fulminándolo con la mirada.

Más de una docena de adolescentes ahora están follando con la mirada a Somi en sus pantalones cortos y reveladora camiseta sin mangas. Mi cuello arde de repente.

Y eso es antes de echarle un vistazo a Bin.

Patina erguido, una pequeña sonrisa torcida en sus labios.
—¿Tienes visita, Lee?

—Um. —
He perdido la capacidad de hablar, porque estoy ocupado tratando de armar una estrategia para pasar por todas las conversaciones incómodas que vienen.
—Somi, este es mi amigo Changbin—

—Me acuerdo de ti del hotel— dice con un guiño.

Seo mantiene su propia sonrisa fija, y tendrías que conocerlo tan bien como yo para ver la mueca debajo de ella. Uff.
—Parece que debes irte temprano, entrenador. Lleva a tu chica a tomar algo. Ponerse un poco al día.—

—Eso sería increíble— dice Somi —Me detuve en el dormitorio primero, y el entrenador Namjoon dijo que probablemente podría robarme a Félix.—
—Sí, está bien— digo lentamente. —Vamos.—

—Diviertanse— dice Seo. Luego me da la espalda y hace sonar su silbato.
—¡Vamos, damas! Suficiente descanso.!—

Así es como me encuentro quitándome los patines y saliendo de la pista una hora más temprano con Somi.

—¡Dios, te ves bien!—
Se detiene en las escaleras del edificio para darme otra sonrisa cegadora y luego se pone de puntillas y... me besa.

Su boca es... diferente. Debo tener una expresión confusa, porque dice —Siento que te sorprenda, pero pensé que sería divertido.—

~FÉLIX~ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora