.:49:.

984 140 46
                                    

CHANGBIN

Espero en la cama, rezando extrañamente por Félix. Es posiblemente la persona más despreocupada que he conocido jamás. Amo eso de él. Pero lo hace vulnerable.

La gente puede ser una mierda sobre cosas más insignificantes que su hermano teniendo una relación homosexual.
Si alguien le ha dicho algo desagradable a Félix en esa página de Facebook, probablemente golpearé algo.

Aunque no regresa. Y luego escucho un gemido desde el salón.

Eso hace que me levante y corra por el apartamento. Encuentro a Lix sentado en el borde del sofa condón, con el rostro entre las manos.

Se me revuelve el estómago. No quiero eso para Félix. Me llevó cuatro años reponerme de la reacción de mis padres ante mi salida del armario. Demonios, probablemente aún no lo he superado.

Me ofrece su teléfono y lo tomo con una mano temblorosa.

Su publicación es puramente Félix:

Hola a todos. Me siento mal baciendo esto por Facebook, pero no puedo ponerme en contacto con todos para mañana. De todas formas, van a hablar sobre mí el domingo. Y en caso de que piensen que me han hackeado la cuenta, no fue así. Como prueba confesaré que fui yo el que rompió el ángel del árbol de Navidad de mamá cuando tenia siete años. Murió por una pelota de béisbol, pero juro que no sufrió.

En fin, tengo que ponerlos al corriente de unos cuantos acontecimientos. He tomado un trabajo como entrenador en Toronto y he rechazado mi puesto en Detroit. Este parece el movimiento correcto para mi trayectoria profesional, pero hay algo más. Estoy viviendo con mi novio, no es un error de typeo. Se llama Changbin y nos conocimos en Lake Placid hace unos nueve años.

En caso de que carezcan de un tema sobre el que hablar en la cena, he arreglado ese problema. Lxs amos a todxs. FÉLIX

Bajo la publicación hay una selfie que nos tomamos ayer. Estamos en nuestra nueva cocina y los comestibles que acabábamos de comprar están desparramados alrededor. Lix se está burlando de mi por mis hábitos de compra y yo le estaba diciendo alguna cosa. No recuerdo qué. Pero habíamos inclinado nuestras cabezas juntas y le estoy poniendo los cuernos. Simplemente parecemos jodidamente felices, prácticamente no me reconozco.

Me desplazo hacia abajo, a los comentarios y se me revuelve el estómago con miedo.

Olivia: OMG. Felixxie, en serio? No acabas de confesar que sales con un fan de los Patriot. Eso es un pecado, hermanito. Temo por tu alma inmortal.

Miro la fotografía y es bastante claro que llevo puesto mi camiseta de la Victoria de la Super Bowl del 2015. Ups.

Rachel: ¡Olivia, mierda! No la escuches Lix. Tu novio es muy bonito. Y Jhon me debe treinta dólares.

Jhon: ¡Una mierda, no te debo reinte dólares! Dijiste que estaba triste por una CHICA

Rachel: Dije una "relación".

Heni Lina: Jhon, el lenguaje! Lix, cariño, ¿cuándo vas a traer a tu novio a la comida del domingo? ¿Y eso de la parte de atrás son Doritos? ¿Hay Whole Foods en Canada? Voy a mirar en su página web y mandarte la dirección.

Heni Lina: Y gracias por contarme lo del ángel. Aunque, sabia que fuiste tú, cielo. Nunca has sido buen mentiroso.

Olivia: Yonbokkie, papá no recuerda su clave de Facebook. Pero me pide que te diga que te ama sin importar qué y blablabla.

Ahi es cuando resoplo y Félix levanta a mirada.

-Son bastante ridiculos, ¿verdad?-
-Creo que son...- Tengo que tragar saliva con fuerza, porque estoy muy feliz. -Creo que son geniales.-

Se encoge de hombros.
-Me pasé toda mi vida tratando de ser diferente del grupo. Lo juro por Dios, podría asegurar que quiero vivir como un yeti vampiro transexual y seguirían diciendo: "Oh, Félix. Eso es tan genial".-

Es un reto para mí volver a tragar saliva, pero esta vez por el enorme nudo obstruyendo mi garganta.

Como siempre, Félix nota mi angustia. Este hombre me conoce, por dentro y por fuera. Siempre lo ha hecho.

-¿Qué está mal?-
-Nada está mal. Es solo...- hablo a través del nudo. -Eres realmente afortunado, Lix. Tu familia te ama. Quiero decir, realmente te ama y no solo porque son familia y tienen que amarte.-

Sus ojos marrones se suavizan. Sé que está pensando en mi familia, pero no le doy la oportunidad de excusar a mis padres. -Mi madre es una esposa trofeo- explico abruptamente. -Y yo soy un hijo trofeo. Ninguno de mis padres me vio nunca como otra cosa y nunca lo harán. Eso... apesta.-

Félix me acerca a él.
-Sí, apesta- coincide  -Pero aquí está la clave con la familia, Changbin... la sangre no significa una mierda. Simplemente necesitas rodearte con gente que te ame y ellos se convierten en tu familia.-
Me hundo a su lado en el sofá, el plástico se arruga bajo mis boxers.

Me rodea con un brazo , luego pasa sus labios por mi frente.
-Yo soy tu familia, Changbinnie.-Me quita el teléfono de la mano y golpea la pantalla -¿Y estos locos? Serán tu familia si los dejas. Quiero decir, a veces te llevarán bananas, pero confia en mi cuando digo que vale la pena completamente.-
Le creo.
-No puedo esperar a conocerlos- susurro.

Mueve la boca por todo el borde de mi mandíbula antes de cernirse sobre mis labios.
-Van a amarte.- Me besa, lento y dulce -Yo te amo.-

Le acaricio el labio inferior con el pulgar.
-Te he amado cada verano desde que tenía trece años. Ahora te amo aún más.-

Nuestros labios están a milímetro de volverse a encontrar cuando menciona:
-Necesito saber algo y tienes que prometerme ser sincero.-

-Siempre soy honesto contigo- protesto.
-Bien. Te tomare la palabra.- Sus hermosos ojos marrones brillan. -¿Qué pasó con ese último tiro?-

Se exactamente a que tiro se refiere. Me tiemblan los labios, así que los presiono para evitar sonreír.

-¿Y bien?- Me encojo de hombros.  -Seo... - Ahora hay una nota de advertencia en su tono -Cuéntame qué pasó durante ese tiro.-

-Bien- titubeo -Realmente no lo sé. Estaba aterrorizado de ganar, porque sabía que te habría sacado del apuro. Y estaba aterrorizado de perder, porque tenía muchísimas ganas de tocarte y estaba asustado de que te dieras cuenta.-

Su rostro está lleno de compasión, pero ya no lo necesito. Ahora hay agua bajo el puente. Me inclino y le beso a nariz.

-Entonces, ¿esos dos últimos tiros? A penas recuerdo qué pasó. Estaba en plan, ¡Que sea lo que tenga que ser!

Félix se ríe de mí. Luego me besa. Cierro las manos en su nuca y lo acerco más. Piel caliente se desliza contra mí y sé que estoy en casa.

Porque casa es él

~FÉLIX~ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora