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FÉLIX

-Junio-

—¿Hola, Lee?—
—¿Si?—
Nam, el director del campamento, ha llegado a la caja de penales para hablar conmigo. No alejo la mirada del juego en el que soy entrenador, pero el no piensa que soy grosero.

—Conseguiste un compañero de cuarto— dice
—¿En serio?— Eso es una buena noticia, porque cada verano, Nam se pelea por los entrenadores. Y este año no es diferente.

Chicos como yo se mantienen graduándose y avanzando. Él quiere los mejores entrenadores para su campamento, pero los mejores están en alta demanda.

Este año yo soy uno de esos. Justo por lo que estaré en Detroit para el campamento de entrenamiento seis semanas a partir de ahora, lo cual quiere decir que Nam tendrá que encontrar a alguien para cubrirme cuando me vaya.

Lo miro una fracción de segundo antes de mirar de vuelta el juego de los chicos.

Él está examinándome y no sé por qué.
—Se agradable con él, ¿de acuerdo?—
Me toma un momento responder, porque no me gusta la dirección que él juego está tomando.
—¿Cuándo no soy agradable?— pregunto.
Una mano firme aterriza en mi hombro.
—Eres el mejor que hay. Aunque el arquero está a punto de perder—
—Puedo ver eso—

Mi mejor arquero, Yoo Joo-Yeon, ya ha detenido veinte tiros en este juego. Con rápidos reflejos y un gran y ágil cuerpo, Yeon tiene todas las características físicas que un arquero requiere.

Desafortunadamente, también tiene demasiado temperamento. Y el talentoso delantero del otro equipo lo ha estado provocando todo el día. Burlándose y fastidiándolo en cada empuje ofensivo.

Veo la jugada que el delantero está a punto de hacer. Él pasa a su compañero en la line azul luego toma el disco al otro lado del chico logrando colgarlo en la esquina. Finge ir a la izquierda... luego a la derecha... y envío un platillo volador pasando a Yeon. Es una jugada hermosa, hasta que el delantero rocía una virutas de hielo sobre él y lo llama estupido.

Como si fuera un boomerang, Yeon lanza su palo de a hockey tan fuerte como para romperlo contra las tablas y cae sobre el hielo astillado

Soplo el silbato.
—Estamos fuera de tiempo.—
—¿Por qué?— protesta el delantero agresor —Hay tiempo en ese reloj—

Ignoro lo que dice y patino hasta Jooyeon, quien está de pie jadeando en la red, lanza su casco lejos para revelar su sudada cabeza. El solo tiene dieciséis años y los aparenta. Mientras los otros chicos de su edad están jugando videojuegos, el está pasando sus horas entrenando.

Yo había sido como él. Era una buena vida y no la cambiaria por nada, pero ayuda recordar que ellos todavía son niños.

Así que no empiezo con: "Hey, imbecil, acabas de tirar a la basura un palo de cien dólares"

En cambio digo
—¿Quien es tu portero favorito?—
—Rask— dice inmediatamente
—Buena elección— no soy fan de los Bruins, pero el hombre tiene un excelente récord —¿Que aspecto tiene su rostro cuando deja entrar un disco?—

Yeon arquea una ceja
—Solo... toma agua y se pone su casco de vuelta—
—Exacto. Él no pierde la cabeza y lanza su palo— digo con una sonrisa

El chico rueda los ojos
—Entiendo, pero ese chico es un fastidio—
Inclinándome hacia abajo, arrastro la red fuera.
—Hiciste un gran bloqueo hoy—
él comienza a sonreír.
—Pero tienes que aprender a mantener la calma, y voy a decirte por qué— Su sonrisa se desvanece —Rask está calmado después de que comete un error. Pero no porque nunca se enoje. Es porque sabe que dejar todo atrás es la única forma de ganar.—

El está sonriendo otra vez.
—Lo entiendo, entrenador Lee—
Ah, me encanta ser el entrenador Lee por un par de semanas al año. Estoy locamente enamorado de este trabajo.

—Olvida cada estupida cosa que ese tipo te diga. Porque el mundo está lleno de pendejos que te molestaran por diversión. Tienes los movimientos. Puedes hacer el trabajo Pero solo si no les permites destruirte—

El finalmente levanta la mirada hacia mi
—Está bien, muchas gracias—
—Ve a las duchas — digo, patinando de espaldas detrás de él —Luego saca tu tarjeta de crédito y compro otro palo de Hockey—
Desato mis patines y me pongo mis converse.

Cuando eres entrenador no tienes que prepararte. Solo llevo unos short deportivos y un hoodie de la universidad de Rainier aunque en la pista está helando.

¿Mencioné que amo este trabajo?

Pero cuando cruzo la puerta de cristal es un cálido junio. El lago Mirror brilla en la distancia y tengo que proteger mis ojos.

Son las cuatro en punto y tengo tiempo de salir a correr y luego ir a nadar. Pero necesito cambiarme de ropa.

Mientras subo las escaleras casi corriendo hacia mi habitación paso frente a los trofeos y medallas, pero no me detengo. Después de tantos años aquí, dejas de estar impresionado.

Mi habitación está en el segundo piso, y siempre tomo las escaleras en lugar del elevador. Estoy a metros de mi puerta, llaves en mano, cuando me doy cuenta que alguien está de pie inmóvil a mi lado. Eso es suficiente para asustarme, y luego me doy cuenta de quien es.

—¡MIERDA!—
—Prefiero que me digas Seo— dice empujándose de la pared —O Changbin, o imbecil—
—¿Eres...— estoy casi asustado de decir las palabras, porque él me ha excluido de su vida tanto tiempo —...mi compañero de cuatro?—

Abro la puerta de mi habitación para darle a mis manos algo que hacer. Una oleada de alegría de construye en mi estómago. Solo con la idea de otro loco verano con Changbin... no puede ser verdad.

—Bueno...— su voz es inusualmente cautelosa. Y desde la luz de mi puerta abierta derramándose dentro del pasillo, puedo ver su rostro apropiadamente por primera vez. Él está preocupado. Esa alegre mandíbula está inclinada hacia abajo, y sus ojos se hunden cuando lo estudio.

Raro.

Entro a la habitación y arrojo mis llaves sobre mi cama.
—Estoy a punto de ir a correr. Si tienes ganas puedes acompañarme.— Asiente.

Pero cuando me saco mi camiseta, el mete las manos en los bolsillos y se da vuelta.
—Sin embargo, tenemos que hablar.—
—Está bien— ¿sobre qué? —Podemos hacer eso mientras corremos.—

—Bien— desde afuera del pasillo agarra un gran bolso deportivo.
—Nam solo me dijo algo en práctica sobre un compañero de cuarto. Le pediste que no dijera ¿Cierto?—

Con su espalda hacia mi, Seo asiente. Luego tira de su camiseta y la lanza sobre el bolso. Y dios mío, es enorme. Tatuajes y músculos por todos lados.

Había olvidado que éramos realmente chicos la última vez que estuvimos aquí juntos. Adolescentes. Se siente como ayer.

—Lindo cuarto— comenta mientras se cambia a una camiseta y shorts deportivos.

El lugar es muy diferente a lo que era cuando nosotros entrenábamos aquí.
—Los entrenadores consiguen un poco más de espacio. He estado viviendo aquí los últimos tres años.—

Él se gira
—¿Con quien compartes habitación?—
—Con quien sea— Dejo caer una camiseta sobre mi cabeza y luego meto los pies en mis zapatos para correr. Atarlos toma solo un par de segundos, y estoy ansioso por salir de aquí y correr.

Tan vez Changbin deje de actuar raro y solo me diga que está en su mente.

—¿Vamos?—
Él le da a su bolso una patada.
—Voy a dejar esto aquí—
—¿Donde más podrías dejarlo?—

Él hace una mueca y no sé por qué.

~FÉLIX~ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora