.:13:.

1.1K 193 48
                                    

CHANGBIN

Esto del entrenamiento es más difícil de lo que parece.

Al inicio se siente fácil, pero cuando los llevo a un partido de práctica, todo se desmorona.

No es que los chicos no sean buenos. Sus niveles de habilidad varían de impresionante a virtuoso. Pero ellos no funcionan en sincronía como equipo.

Son testarudos e irracionales. Escuchan lo que les digo y luego hacen lo contrario.

Son adolescentes, y después de diez minutos estoy golpeando mi cabeza contra la pared y rogando por mi muerte.
—Nam, por favor— suplico —dime que yo no era así—
—No lo eras— dice moviendo la cabeza —Eras tres veces peor.—

Entonces ese traidor se va del edificio y me deja a cargo de treinta adolescentes con las hormonas enloquecidas.

Toqué mi silbato por millonésima vez.
—¡Fuera de juego! ¿En serio?— pregunta Gaon, un arrogante que ha estado torturando al arquero todo el partido. Los dos tienen algún tipo de venganza contra el otro, y no está ayudando al caos general.

El juego se inicia otra vez cuando dejo caer el disco. Mío hacia arriba para ver a Lee caminando por la rampa para ayudarme con el partido de práctica. Gracias a dios!

Patino y salto la pared para darle la bienvenida.
—¿Por qué no me dijiste que este trabajo era tan duro?—
Sonríe y mi corazón se derrite un poco más de lo habitual.
—¿Qué es duro? Ni siquiera estás sudando.—

Lo estoy. Porque cuando vuelvo la cabeza para ver a mis jugadores, Gaon va cayendo hacia el arquero que ha estado molestando, derribándolo.

Parece intencional, y Lee debió pensar lo mismo porque los dos estamos saltando sobre la pared para llegar ahí.

—Pero qué...— comienza Jooyeon , el arquero.
Gaon sonríe.
—Lo lamento—
—Maldito imbecil— dice Yeon
—Maricón— devuelve Gaon.
Y mi silbato suena tan fuerte que Lee pone sus manos sobre sus oídos.

—¡Dos minutos sancionados!— rujo —Ambos—
—¿Qué?— Grita Yeon —Yo ni siquiera lo toqué—
—Por tu boca. En mi hielo no se utiliza difamación de ningún tipo. Lárgate!—
Pero Jooyeon no se mueve.
—No vas a hacer nuevas reglas— su desprecio es tan grande.

Todos los jugadores están escuchando. Así que no puedo equivocarme ahora.
—Señoritas, es una regla. Dos minutos de banco por conducta antideportiva. Si hubieras mantenido tu boca cerrada después de que él te golpeó, tu equipo tendría un juego de ventaja en este momento. Estoy haciendo esto por tu propio bien.—

Lo dos se alejan, así que emito mi tiro de despedida y me aseguro de todos puedan oírme
—Por cierto, niño. La ciencia ha demostrado la correlación entre llamar a alguien maricón y tener un pene muy pequeño. Piensa en eso.—

Lee no dice nada. Pero patina fuera, lo veo agacharse como si estuviera reatando sus patines. Pero luego veo su espalda temblando.

Por lo menos alguien entendió mi chiste.

Cuando por fin descanso para el almuerzo, Félix me alcanza en el camino a los vestuarios.
—¿La ciencia ha demostrado?— él se ríe
—Yo hago la ciencia en mi equipo.—
—Hum...Estoy pensando en saltarme el almuerzo y agarrar una hamburguesa en el pub de la ciudad ¿Te apuntas?—

—¡Mierda! si— respondo. entonces me estremezco y miro al rededor para asegurarme de que ningún niño esté cerca.

No se si estoy hecho para ser una figura de autoridad. He pasado cuatro años rodeado de jugadores de Hockey quienes dicen una palabrota en cada frase, y se me olvida que necesito censurarme a mi mismo, al menos mientras estoy aquí.

~FÉLIX~ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora