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FÉLIX

Ha sido un largo día de entrenamiento.

Nam dirige cuatro semanas de entrenamiento intensivo al final del campamento y realmente llenamos el lugar. Desde que los dormitorios están abarrotados, los chicos que aparecen se quedan en los condominios con sus padres. Maximizamos nuestro tiempo de hielo y nuestras horas de caminata.

Es duro, pero me encanta.

Aunque estoy hecho un manojo de nervios todo el día, porque Changbin tiene su encuentro con el relaciones públicas. Así que después de la última sesión del día, corro de vuelta al dormitorio.

Esta mañana dejé intencionadamente el teléfono en la habitación asi no pasaría todo el día comprobándolo.

Hay algo frente a mi puerta. Es un paquete de FedEx. Cuando la alzo, es ligero.

Abro la puerta y entro en mi habitación casi vacía. A Nam aún le faltan entrenadores, lo que significa que es algo bueno que volviese para ayudarlo.

Lo primero que hago es comprobar el teléfono. No hay ningún mensaje de voz y el único mail es una oferta de descuento para lentes de sol. Asi que centro mi atención en el paquete, sacando la cinta del borde y desenvolviéndolo.

Y aparece una caja de regalo, la misma que recientemente llene de Skittles púrpura.

Quito la tapa y encuentro una hoja de papel dentro, sonriendo cuando veo un único Skittle púrpura sobre la hoja.

Es el resultado de un análisis médico reciente al señor Seo Changbin Jr. Cada enfermedad de transmisión sexual conocida por el hombre está citada allí y la palabra "negativo" aparece después de cada una.

Garabateó algo al final: Iba a llenar la caja de condones morados, pero luego tuve una mejor idea.

Yyyyyy ahora estoy caliente además de impaciente.

Así que empiezo a pasear por la habitación.

Cuando la aplicación del correo electrónico en mi teléfono suena unos minutos después, lo saco del bolsillo para leer el mensaje.

Pero no es de Changbin.

Querido Entrenador Lee:
No puedo creer que no lograse acabar la temporada contigo. Sigo sin hablarle a mi padre. Trabajar contigo ha sido el mejor verano de mi vida y estoy enfadado de que acabase con una nota amarga.

Mi equipo de este año es Storm Sharks U18. Aquí está el enlace, sólo en caso de que tuvieses un poco de curiosidad por mis estadisticas. Creo que van a mejorar y todo gracias a ti. Sinceramente

Lee Jooyeon

Leo el e-mail dos veces. Y luego lo leo una vez más. No dice nada de Bin y yo, y no hay ningún insulto. Sólo un niño que quiere jugar al hockey y sabe lo suficiente como para darle las gracias a la gente que ha intentado ayudarle.

Maldita sea, estoy orgulloso de este correo. Y me siento un poco más optimista sobre la vida que hace cinco minutos.

Tecleo una rápida respuesta, para asegurarme de no olvidarme.

Jooyeon, eres un portero increible y para mi fue un placer trabajar contigo este verano. Por supuesto que comprobare tus estadisticas y tus progresos durante el invierno. Vas a tener una gran temporada.

Sinceramente, Lee Félix.

Después, vuelvo a pasearme y a preocuparme por Seo. ¿Qué pasa si lo echan y no estoy ahí para él?

¿Y dónde puedo conseguir un análisis de sangre en Lake Placid, como, para mañana? Cuando me suena el teléfono, doy unos saltitos y luego me apuro a contestar.

—¡Hola, cariño! ¿Estás bien? ¿Qué pasó?—

—Si, estoy bien.— Su voz ronca se desliza por mi oido y me rodea el corazón.

Puedo escuchar que está en la calle y me pregunto que podrá contarme.

—Maldita sea, deseo que estuvieses aquí ahora mismo— menciona.

Me preparo.
—Te llevaría a ese restaurante italiano en Queen Street que le encanta a los chicos. Estoy muerto de hambre y quiero contarte cada palabra de la conversación tan surrealista que acabo de tener.—

Prácticamente estoy mareado por el estrés ahora mismo.
—¿Qué tipo de conversación?—
—Del buen tipo— asegura.

Mi acelerado corazón se refrena un poco, pero aún estoy asustado de ser optimista. Porque parece imposible de creer que un equipo de alto nivel de la NHL haga caso omiso a la confesión de Changbin. Nada de esto cuadra.

—Pero... ¿no deberíamos evitar los lugares donde a tu equipo le gusta comer?— pregunto lentamente. —Sabes que eso significa que la gente nos verá, ¿no?—

—Si, pero pronto, algún día cercano, eso no va a importar.—
—¿De verdad?— quiero una garantía. Quiero un documento ante notario. Quiero un Valium. O una mamada. O ambos.

—Realmente estoy teniendo un buen dia— susurra Bin
Mi presión arterial se vuelve a alterar.
—Me alegro— murmuro.
—Te amo— añade.
—Lo sé.—

Bin se ríe en mi oido y ese sonido feliz es lo que me convence de que podemos estar bien.

~FÉLIX~ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora