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FÉLIX

Creí que tenía el sexo dominado. De verdad, he probado muchas cosas.
Pero todas las veces que lo hice, mi trasero nunca fue parte del asunto.

Justo ahora, es el asunto.

Porque a pesar de que la boca de Changbin engulle mi pene como si intentara tragarme entero, la excitación rondando en mi sangre está concentrada solamente en la presión entre mis nalgas. Es una buena presión. Un ligero ardor que se convierte en un torrente de placer cada vez que golpea ese punto dentro de mi.

Me está destruyendo. Está trayendo a la vida terminaciones nerviosas que no sabía que existían. Es desconocido. Es nuevo. Una experiencia que es un millón de veces más excitante.

—...tan bueno— me ahogo — dios, no pares... bebé— me llamó así antes y lo estoy probando ahora. Se siente raro. Tan raro como las nuevas sensaciones atravesándome y hormigueando en donde él está tocando.

No estaba seguro de que esto me fuera a gustar, pero lo hace, realmente lo hace. Cuando el aro de su lengua raspa la parte inferior de mi pene, tiemblo, mi respiración se detiene.

Su dedo se mete dentro de mi, y me pregunto como se sentirá si mete otro. O si usara otra cosa en lugar de su dedo...

De pronto, pienso en la porno que miré, los gemidos roncos del que estaba siendo follado, y el recuerdo sucio me hace apretarme más duro alrededor de Bin.

Él levanta la mirada de golpe.

Inquietud ronda mi estómago cuando encuentro sus ojos. La lujuria los ha oscurecido.
—¿Por qué te detuviste?— trago —¿Vas a... metérmela ahora?—

La pregunta me trae una sacudida de pánico. Aunque era tan caliente mirarlo en una pantalla, no creo estar listo para experimentar eso aún. No estoy seguro de estar listo alguna vez.

—No— se apresura a asegurarme, su rostro se suaviza cuando ve el mío —No a menos que tú quieras—
—Yo...— muerdo mi labio —Yo... no lo sé. Quizás la próxima vez.— ¿Quizás la próxima vez? Dios! Cuando me pongo gay, en verdad me pongo muy gay.

Los labios de Bin tiemblan.
—Voy a agendar eso—
Me estremezco con su sonrisa.
—¿Entonces por qué te detuviste?—
—Solo quería hacer esto— dice con voz ronca, y luego se desliza hacia arriba y roza su boca con la mía.

El beso va de dulce a caliente en cuestión de segundos. Su lengua llena mi boca con golpes profundos que me hacen jadear. Estoy ansioso por más, desesperado por sus besos, pero él se ha ido otra vez antes que pueda parpadear, arrastrándose entre mis piernas.

Su dedo se desliza dentro de mi, le doy la bienvenida. Lo anhelo. Bin lame una línea desde la punta de mi pene hasta mis testículos adoloridos, burlándose mientras su dedo juega conmigo. Cuando intento empujarme contra él, se retira, una risa cae sobre mi pene.

Dios, no puedo soportarlo más. Necesito venirme antes de explotar.
—Deja de burlarte de mí— gruño —dame lo que quiero—
El aro de su lengua se burla de mí.
—Si, ¿Y que es lo que quieres, bebé?—
—Que me la chupes hasta dejarme seco—

Seo empuja su dedo más profundo, frotando ese punto que me hace ver las estrellas. ¿Por qué nadie me dijo que ese lugar era alguna especia de zona mágica del placer?

—Dímelo de una buena manera y lo consideraré— sonríe
Entrecierro mis ojos.
—¡Hazme venir de una vez!— exijo

Su risa hace que mi corazón vuele. Lo que es la cosa más confusa de todas, porque le añade al sexo un elemento que no esperaba.

~FÉLIX~ ChanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora