Perderla.

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Jennie no sabía muy bien que tan serio era el problema que estaba destruyendo a Lisa, cuando fue a visitarla al hospital ni siquiera fue capaz de preguntarlo. Aquel día, la castaña se había quedado junto a la chica de piel pálida hasta que la hora de visitas llegó a su fin. Se marchó, pero le prometió que volvería sólo para verla, y lo haría lo más pronto posible.

La castaña estaría mintiendo si dijera que su preocupación había disminuido, porque no lo había hecho ni siquiera un poco.

El simple hecho de que ella no tuviera conocimiento acerca de lo que sucedía a su Lisa hacía que en su cabeza se proyectaran un montón de imágenes que ni siquiera quería imaginar... en realidad no quería que le sucediera algo verdaderamente malo a la menor.

En ese momento se encontraba en su hogar, había pasado un día de su visita a Lisa en el hospital y a decir verdad la espera la estaba matando.

Ella necesitaba verla de nuevo.

—¿Estas bien?— La voz de su hermano la sacó de sus pensamientos.

Ella asintió levemente.

No lo estaba. Ella no se sentía para nada bien en ese momento, pero no quería que su hermano la llenara de preguntas para las que aún no tenía respuesta.

La expresión en el rostro de su hermano lo decía todo. Él no era tan estúpido como Jennie creía. Por supuesto que se había dado cuenta de que la castaña le había mentido.

Era obvio que ella no estaba bien.

—Creo que es importante que te des cuenta de que hay personas que te quieren y van a estar aquí para ti, noona.

Ella lo sabía, ella sabía perfectamente que sus hermanos y amigos siempre estarían para ella, pero de verdad no quería hablar con nadie respecto a Lisa, no aún. Porque, sinceramente, ni siquiera ella sabía lo que estaba sucediendo con la chica, pero lo que estuviese pasando lograba preocupar a Jennie.

Yugyeom se rascó la cabeza en señal de frustración.

El hecho de que Jennie no quisiera comentar nada con él lograba desesperarlo. ¿Acaso ella no confiaba lo suficiente en él? No lo sabía, pero de verdad estaba comenzando a cansarse de aquello.

Le frustraba el simple hecho de no poder ayudar a su hermana, ni siquiera sabía lo que la tenía tan agobiada. Debía ser algo serio, por supuesto... para no querer contárselo tenía que ser algo demasiado personal para ella.

—De niña querías ser como los héroes de las historietas, ¿Lo recuerdas?— La castaña asintió. —Alguien que luchara por lo correcto y protegiera a las personas que no pudieran defenderse por ellas mismas.

Una sonrisa se formó en el rostro de Jennie al escuchar las palabras de su hermano menor. A decir verdad, no recordaba del todo bien aquello, pero un poco si. Su hermano y ella se pasaban toda la tarde leyendo historietas; ambos eran amantes del mundo del cómic.

A la chica le intrigaba el trabajo de los héroes, luchaban por los demás sin recibir nada a cambio.  Los héroes son fuertes. Los héroes son solitarios... y en la última escena, siempre se van solos. Ella quería ser así. Jennie quería ser como un héroe para los demás.

—Siempre querías protegerme,— Rió por lo bajo. —mis rivales del colegio solían temerte.

Ambos se echaron a reír al escuchar aquello.

—Tenía que asegurarme de que no te hicieran daño.

El menor se mordió el interior de la mejilla mientras asentía levemente con la cabeza.

—Jennie,— Comenzó a hablar. —ser rivales no significa ser enemigos...

La mayor recargó su cabeza en el respaldo de la cama mientras que Yugyeom esperaba pacientemente alguna replica o alguna señal por parte de su hermana.

—¿Has visto a Lisa alguna vez?

El menor asintió.

La había visto. La primera vez que lo hizo, fue porque Kai le enseño una foto de su primer año en el instituto, por supuesto que Lisa estaba ahí. Yugyeom supo inmediatamente que era una chica verdaderamente hermosa.

¿La había visto alguna otra vez? Sí, hacía un par de semanas, él había salido del entrenamiento del equipo de baloncesto tiempo antes de que este finalizara. Caminó lentamente por los pasillos y percibió la presencia de alguien en el salón del club de coro.

Se acercó lentamente a la puerta abierta de la habitación y... Lisa estaba ahí.

Él no sabía muy bien lo que hacía en ese lugar, pero el castaño supuso que estaba en busca de algo. No estaba seguro de que era lo que buscaba. Era una chica algo rara e interesante, no había manera de que se olvidara de alguien así.

—He escuchado que fue ingresada al hospital.

La mayor asintió.

—No sé lo que está pasando con ella.— Admitió mientras golpeaba su rostro un par de veces contra la almohada que utilizaba para dormir.

—¿Por qué no lo descubres?

Tenía pensado hacerlo, era obvio que iba a descubrir lo que estaba sucediendo con ella, pero se sentía aterrada. No quería escuchar algo verdaderamente serio, no quería que ella de repente le dijera que estaba a punto de morir, Jennie no quería tener que imaginarse una vida sin la chica de la melódica.

Ella simplemente no quería perderla.

—Tengo miedo...— Susurró y un par de lágrimas consiguieron escapar de sus ojos.

El menor se levantó de la silla y dió un par de palmadas en las espalda de su hermana mayor, quería que ella supiera que él estaría a su lado.

—Sabes, noona...— Habló. —seguir preocupada no arreglará nada.

Dicho eso, se apresuró a abandonar la habitación.

Ella sabía perfectamente que no arreglaría nada. Jennie estaba dispuesta a hacer lo que fuera sólo para descubrir lo que estaba sucediendo con la chica que consumía la mayor parte de su tiempo. Quería ayudarla, quería estar ahí para ella.

Jennie la quería demasiado y eso la asustaba.

La Chica En El Bosque //JENLISA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora