La Chica En El Bosque //JENLISA//

Cambiar.

actualización doble [2/2] *si llegaste primero aquí favor de ir al capítulo anterior para no perder el hilo de la historia*
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Lisa no sabía muy bien como debía sentirse al llegar junto con Jackson al lugar que sería su escondite temporal. Estaba completamente alejado de la sociedad, ella se había extraviado en el pasado y accidentalmente encontró aquel lugar que, hacía ya muchos años, estaba abandonado.

Ella sabía que era un poco arriesgado haber escapado con Jackson, también sabía que quizá no debió llevarlo a su escondite personal, pero tenía que recibir la ayuda de alguien más y al parecer; él era el único que estaba dispuesto a escapar con una completa desconocida.

Lisa estaba segura de que ambos tenían que abstenerse de hacer algo imprudente antes de que llegaran a arrepentirse. En ese momento la diplomacia y la razón podrían ser su mejor recurso al ser un par de fugitivos, ¿No lo creen?

—Interesante.— Fue lo primero que el chico dijo al llegar a su refugio temporal.

La menor no se sorprendió al notar que el lugar seguía con la decoración de siempre. Sí, incluso ambos podían escuchar algunos grillos en el interior.

El lugar era lindo, uno de los mayores problemas que tenía era que había estado abandonado por poco más de cinco años, o al menos eso calculaba la chica.

Algunos de los muebles que decoraban el lugar habían comenzado a deteriorarse y el suelo de madera no dejaba de dar señales de que podría partirse en cualquier momento. Sin importar lo deteriorado que se veía el lugar, ella soñaba con ese día. Escapar de aquel estúpido edificio y alojarse en su escondite. Claro, ella ni siquiera imaginaba que sería acompañada por un chico, pero eso era lo que menos importaba en aquel momento.

Lisa lo había logrado. Ella había conseguido escapar.

—¿Crees que nos encontraran?

Sinceramente, la chica no había pensado en eso.

Sabía que sería difícil que los oficiales de policía encontraran un lugar como aquel, estaba oculto y no era fácil localizarlo a simple vista. Era probable que pudieran encontrarlo en un tiempo, pero cuando lo hicieran sería demasiado tarde.

Ellos ya no estarían ahí para entonces.

—Sí, pero cuando lo hagan ya será tarde.

El mayor frunció el ceño.

En ese momento él ya no estaba seguro de si debía subestimar a la chica que tenía en frente era brillante, eso estaba más que claro, pero por alguna extraña razón Jackson no podía confiar lo suficiente en sus palabras. Había algo en su plan de escape que no lograba convencerlo del todo.

—¿Consideras que hicimos bien este movimiento?

Lisa puso los ojos en blanco al escuchar la clara comparación de su escape con un juego de ajedrez.

—A veces pienso que no eres más que un fracasado que no conoce la diferencia entre un juego y la realidad, así que no hables como si lo supieras todo.

El chico soltó una risita burlona que no hizo más que fastidiar aún más a la menor. —Si que has sido directa.

Lisa le regaló una sonrisa lo suficientemente falsa como para conseguir que él se echara a reír. —Eres bueno en el juego,— Comenzó a hablar. —pero apuesto que apestas en la vida real, eres un chico estúpido, —El frunció el ceño al escuchar aquello. —¡Apuesto a que nunca sales de tu habitación!— Tenía razón. —iVives la vida real como si fuera un juego de ajedrez! Vamos... somos tan astutos porque de vez en cuando interpretamos la vida como si fuera un juego, ¿no? Les ganamos a todos los demás, ¿cierto?— Asintió. —Tu problema es que te contienes de la vida real, así que ¡vive la vida audazmente al igual que el juego!

Jackson se confundió un poco al notar la mala actitud que tenía Lisa aquella tarde.

Entendía que estuviera así debido a todo el trayecto que tuvieron que recorrer la noche entera para llegar al lugar en el que se hospedarían por un tiempo limitado. Aún así, él estaba casi seguro de que su mala actitud había sido causada por algo más allá del cansancio.

Quizá no eran amigos aún, pero él estaba dispuesto a escuchar lo que Lisa tenía para decir. Si ella tenía un problema, él se esforzaría por entenderla e incluso intentaría ayudarle de vez en cuando.

Después de todo, él no era un mal sujeto.

—¿Necesitas un abrazo?

La chica frunció el ceño, pero ni siquiera tuvo tiempo para responder.

El mayor había rodeado el pequeño cuerpo de Lisa con sus brazos. Él sabía perfectamente que era algo nuevo para ambos, algo que podía llegar a considerarse extraño, pero quería que ella sintiera por lo menos un poco de confianza.

Si él tenía que convivir con ella por un largo tiempo, preferiría comenzar a formar una relación amistosa con Lisa.

—Esto no es divertido.— Murmuró la menor mientras se encargaba de rodear la cintura del chico con ambos brazos.

—¿Sucede algo?

Lisa asintió.

Jackson no era un fanático de las muestras de afecto como lo eran los abrazos, pero entendía perfectamente que Lisa necesitaba uno en ese momento, así que por primera vez en su vida él puso el bienestar de alguien más antes del suyo.

—La abandoné...

Fue lo único que pudo decir en ese momento.

La camiseta de Jackson llevaba una fragancia exquisita de vainilla, ella no sabía identificar si provenía del detergente que utilizaba para lavar su ropa o si en realidad su colonia tenía ese olor; lo pensó por un par de minutos pero finalmente decidió no preguntárselo más.

—¿Por qué no puedo deshacerme del deseo de verla?

Jackson sintió su camiseta humedecerse, supuso que la menor había decidido echarse a llorar. El chico sentía que el mundo se había acabado.

Aquel era un mundo donde no había nadie más a excepción de ellos dos. En el salón hay una pequeña mesa y un par de sillas. Fuera de la ventana, hay una planicie sin nada. La construcción es vieja, nadie sabe con exactitud cuándo fue hecha. Él sentía que de vez en cuando saldrían a recoger lo que necesitaban, pero afuera tampoco hay nadie. En la tenue luz del sol, muchas lucen volarían alrededor. Se preguntaba si llegaría a ser feliz en un mundo como ese.

Esas dudas yacían en sus pechos.

—Si la muerte de las personas también es parte del cambio... ¿También tenemos que aceptarlo?

El moreno estrujó el cuerpo de la chica con un poco más de fuerza mientras pensaba cuidadosamente lo que tenía que responder.

—Tal vez no, pero... no todos pueden permanecer sin cambiar.