Después de unos cuantos días, el momento que Lisa había estado esperando desde que se trataba de tan solo una pequeña infante había sigo marcado en el calendario que llevaba estampado en su cuaderno favorito y, desafortunadamente, no podía evitar el simple hecho de sentirse aterrada por lo que sea que pudiese llegar a suceder en un día tan importante como aquel.
Sus padres habían sido las primeras personas en atravesar la puerta de aquella habitación de hospital que se había convertido en un lugar bastante familiar para ellos. Sabían que aquel día podía ser el último que tendrían para poder pasar siquiera un poco de tiempo con su hija mayor y de ninguna forma lo tomarían como cualquier otro en su vida cotidiana.
Habían reído, habían hablado pero por encima de todo, ellos habían llorado.
Lisa se había sorprendido por el simple hecho de que aquella habitación no se convirtiese en un completo mar de lágrimas debido a la visita que había recibido por parte de las personas que le habían traído a la vida.
Está de más mencionar que sus padres no se sentían lo suficientemente cómodos como para permitir que su hija mayor fuese sometida a una operación tan complicada, sin embargo estaban conscientes de que aquella no era su batalla y mucho menos, su decisión.
No importaba en lo absoluto lo que pudiera llegar a suceder aquel día, ellos estarían apoyando a su hija igual y como siempre lo habían hecho.
—¿Estás segura de que quieres hacer esto?— Cuestionó su padre por enésima vez, intentando limpiar las lágrimas que conseguían escaparse de sus ojos fácilmente con la manga del suéter marrón que había decidido llevar aquel día.
La menor sonrió nostálgicamente, sintiendo el sabor salado de sus lágrimas llegar hasta sus labios. —Este es mi sueño...— Admitió finalmente —por eso tengo que luchar por él.
Esas palabras fueron completamente sinceras.
Lisa se sintió con la necesidad de aclararles a las personas que le habían brindado la vida que aquella operación era la única opción que le quedaba para poder alcanzar su sueño de convertirse en una chica normal, en una chica como cualquier otra.
Desgraciadamente, ellos no podían entender completamente los sueños que tenía su preciosa hija de piel pálida e hipnóticos ojos color avellana y era obvio por qué no lo hacían.
Simple y sencillamente, ellos no veían a Lisa de la misma forma que ella lo hacía. Ellos la amaban y no les importaba en lo absoluto las actividades que su hija pudiese o no realizar. Ellos la amaban aun después de todas las dificultades que a la chica se le podían presentar en su vida cotidiana.
La razón por la cual ellos no entendían por completo a su hija mayor era absurdamente simple.
Marco y Chitthip Brüschweiler no entendían a su hija debido a que nunca la habían visto de otra manera.
Ellos jamás la habían visto como una chica enferma.
Desafortunadamente, Lisa lo hacía.
...
Kim Jennie jamás había visto un cielo tan gris en toda su maldita vida como el que le haría compañía aquel día.
La noche anterior ni siquiera había sido capaz de cerrar los ojos por más de dos minutos debido a la preocupación que consiguió invadir su cuerpo desde que había salido del hospital en el cual se encontraba internado el amor de su vida, Lalisa Manoban.
La preciosa chica de ojos de gatito y piel blanca se sentía completamente impotente.
Sabía que importaba muy poco todo lo que ella fuera capaz de hacer para que todo dentro de ese quirófano saliera a la perfección, Jennie era consciente de que no podía prevenir a nadie de lo que podía suceder cuando la chica que amaba fuera ingresada a aquella enorme habitación con la finalidad de que solucionasen el problema que conseguía atormentarla día con día.
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La Chica En El Bosque //JENLISA//
Fanfic-¿Quién eres en realidad, Lalisa Manoban? La pálida chica sonrió débilmente al escuchar aquello. -Creo que tu misma tendrás que conseguir la respuesta a esa pregunta, Kim Jennie. "¿No es curioso como las escenas más inolvidables pueden ser tan t...