Jennie había planeado llevar a la menor al hospital. Desde el primer momento en que la vió en ese estado sabía que debía hacerlo, pero por alguna razón Lisa le suplicó que no lo hiciera. Le comentó que estaba acostumbrada a ese tipo de maltratos desde que era una niña, que el tipo de heridas que le había provocado Jongin podrían curarse en casa. Tenía todo lo necesario.
La castaña había conducido con cuidado hasta llegar al hogar de Lisa; recordaba perfectamente en donde se ubicaba aquella casa. En cuanto llegaron, la menor le aseguró que podría caminar por su propia cuenta esta vez. Lo logró.
Jennie no pensaba dejarla sola, no en ese estado. La mayor caminó junto a ella, deteniéndose frente al umbral de la puerta esperando pacientemente a que Lisa lograra abrir la cerradura. Después de hacerlo, la chica intentó convencer a Jennie de regresar al instituto, pero ella se negó.
—Hace un par de días te dije que no podrías deshacerte de mi.
"No pienses que vas a estar sola de ahora en adelante. Yo siempre estaré a tu lado. No te vas a deshacer de mi tan fácil."
La menor no tuvo otro remedio más que aceptar el hecho de que ella no se iría hasta asegurarse de que estuviera bien.
Ambas entraron a la casa de Lisa, cerrando la puerta detrás de ellas. Jennie sonrió mientras observaba todo lo que se encontraba a su alrededor.
Lo primero que había notado era que había un montón de fotografías familiares colocadas en las paredes y muebles que adornaban la casa. También habían fotos individuales de Lisa cuando era pequeña... Jennie pensó que era y seguía siendo una chica adorable.
—Esto es vergonzoso.— Susurró la pálida chica mientras se tumbaba en el sofá, buscando en el mueble de a lado todo lo necesario para curar las heridas que el estúpido de Kai le había hecho.
Demasiados medicamentos.
El sonido de un par de zapatos resonaron en los escalones de la escalera, eso hizo que Jennie despertara de su pequeño trance. Giró sobre sus talones y pudo notar como una pequeña niña se apresuraba en llegar hasta el salón principal.
—¿Te caíste de nuevo?— Preguntó inmediatamente mientras corría hasta llegar a Lisa.
Cuidadosamente tomó el rostro de Lisa entre sus pequeñas manos, analizando las heridas nuevas que se habían dibujado en el rostro de su hermana mayor. El hecho de que todo le hiciera daño a Lisa la hacía entristecerse... su hermana no merecía eso.
—Estoy bien, bicho.— Murmuró la mayor depositando un beso en lo alto de la cabeza de su pequeña hermana.
—Si te has caído de nuevo, deberías ver al doctor.— Susurró sintiendo como sus ojos se humedecían.
La chica sonrió enternecida. Tomó uno de los brazos de Jai, atrayendo su pequeño cuerpo en un abrazo cariñoso. Sabía perfectamente que su hermana menor se preocupaba por ella, pero le dolía. Le dolía porque tenía que ser ella quien se preocupase por las caídas que pudiese llegar a tener su hermana menor, tenía que ser ella quien la cuidase cuando estuviera enferma, tenía que ser ella quien fuera a visitarla al hospital después de hacer una travesura que había tenido sus consecuencias. El hecho de que su hermana menor tuviese que cuidarla como si fuera la mayor la destrozaba, en verdad la destrozaba.
—No me he caído,— Le susurró al oido. —en realidad ha tenido una pelea.
La menor rió por lo bajo al escuchar aquello.
No podía creer algo como eso. Lisa no era una chica precisamente buena para defenderse. Ella no podría simplemente discutir con alguien hasta llegar al punto de golpearse. Su hermana no era así, ella sólo habría huido del problema; nunca le había gustado enfrentarlos.
—¿Y ganaste?— Preguntó una vez que ambas rompieron el abrazo.
La mayor acarició con delicadeza las mejillas de su hermana menor mientras elevaba la comisura de sus labios, regalándole una sonrisa traviesa a la pequeña.
—No. Pero lo he intentado.
Jai rió al escuchar las palabras de su hermana.
—Eso siempre viene bien.
La castaña se sintió conmovida después de presenciar aquella escena. Pudo notar con facilidad que la relación que Lisa tenía con su pequeña hermana era bastante buena, el hecho de que la pequeña se preocupase tanto por la pálida chica hizo que fuera más notorio.
—Deberías ir a saludar, Jai.
La menor asintió animadamente.
Giró sobre sus talones con una velocidad impresionante, en cuanto vió a la castaña, una tierna sonrisa se dibujó en su rostro.
—Hola, soy Jai.
Informó con facilidad.
Jennie sonrió de manera simpática; había tardado mucho más en saber el nombre de Lisa que el de su hermana menor, aquello le pareció algo cómico.
—Yo soy, Jennie.— Replicó mientras chocaba su puño con el de Jai.
—Tus ojos son bonitos. Como los de un gatito.— Mencionó mientras miraba rápidamente a su hermana mayor. —Son más lindos que los de Sehun, ¿Verdad?
Lisa sintió una punzada en el pecho al escuchar aquello.
¿Qué si eran más bonitos que los de Sehun? Si... por supuesto que lo eran.
—¿Sehun?— Cuestionó la mayor alzando una ceja.
—Él era... un viejo amigo.— Susurró mientras agachaba la cabeza.
"Espera... ven aquí. Así podré transferir tus heridas a mi cuerpo. Estoy a punto de morir, por lo que estar herido o no, no cambiara en absoluto el resultado."
Sintió que sus ojos comenzaban a humedecerse al recordar aquello. Su viejo amigo era cruel, amargado, pero sobre todo; avaricioso.
"Es la primera vez que estoy lejos de casa, se siente algo así como una aventura."
La chica sonrió débilmente al recordar las palabras de su mejor amigo. El podía llegar a ser un chico demasiado ingenuo en aquel entonces, estar en aquel lugar le parecía de todo menos lo que él creía... una aventura.
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La Chica En El Bosque //JENLISA//
Fanfiction-¿Quién eres en realidad, Lalisa Manoban? La pálida chica sonrió débilmente al escuchar aquello. -Creo que tu misma tendrás que conseguir la respuesta a esa pregunta, Kim Jennie. "¿No es curioso como las escenas más inolvidables pueden ser tan t...