Crisis creativa.

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Hospital, rehabilitación, bosque, su hogar, medicinas, tropiezos... golpes... heridas.

¿Desde cuándo su amistad se había convertido en sólo esos ocho apartados? Desgraciadamente, tenía que soportar aquello si quería pasar tiempo con su mejor amiga. Era algo así como una rutina; si iba a buscarla a casa, tenía que llevarla al hospital. Cuando la llevaba al hospital, tenía que entrar a rehabilitación. Si la acompañaba al bosque, después de un par de horas tenía que llevarla de vuelta a su hogar. Cuando pasaba un rato en su hogar, estaba obligado a ver todos los medicamentos que tenía que consumir, tenía que presenciar los tropiezos debido a los efectos secundarios. Después de los tropiezos venían los golpes y después de los golpes llegaban las heridas.

Desgraciadamente, el castaño no recordaba haber pasado algún momento diferente con Lisa. No recordaba un día en el cual alguna de esas mierdas no sucediera, sin duda alguna, las cosas estaban empeorando en la vida de la chica, y... quizá por primera vez en su vida; Chanhee no podía hacer nada para evitarlo. En ese momento, el castaño había recibido una llamada urgente proveniente del teléfono celular del padre de Lisa; malas noticias.

Estaba a la mitad de su entrenamiento junto con el equipo de futbol, apenas se enteró de lo que había sucedido abandonó el campo sin importarle alguna otra cosa que no fuese su mejor amiga.

Él necesitaba estar en el hospital inmediatamente.

Condujo lo más rápido que pudo, tuvo que atravesar la carretera aproximadamente por diez minutos. Afortunadamente el hospital no quedaba tan lejos del instituto. Apenas llegó, aparcó el coche en el enorme estacionamiento y corrió hasta el interior de aquel enorme edificio de cristal.

—Chanhee.— Habló Chitthip, la madre de Lisa. —Es bueno que estés aquí.

—¿Qué ha sucedido?

El castaño tragó pesado después de hacer aquella pregunta.

Él sabía perfectamente que no quería escuchar la respuesta, él no quería que Chitthip le recordara la situación actual de Lisa, de verdad no quería que ella le informara que quedaba poco tiempo, que el reloj ya había comenzado a avanzar y que esta vez no se detendría.

Se había detenido bastantes veces, era casi un milagro que ella siguiese viva, de hecho era más que un milagro. Se supone que mientras la enfermedad va avanzando no hace más que deteriorar las neuronas, así que... se supone que ella ya ni siquiera sería capaz de moverse, sin embargo, ella podía moverse, aún podía hacerlo...

—Tuvo un ataque hace un par de horas.— Comenzó a explicar la mujer. —Estaba practicando con su melódica y de repente no fue capaz de moverse,— Soltó un suspiro tratando de evitar el llanto —comenzó a gritar, pero en pocos minutos su cuerpo se desvaneció en el suelo.

El castaño sintió como sus ojos comenzaban a humedecerse.

Maldita sea, esto no podía estar pasando, ella no podía irse... no aún. Ella aún tiene mucho que demostrar.

—Ella no despertó, Chanhee. La trajimos urgentemente. Tuvieron que ingresarla a UCI.

Chanhee asintió levemente mientras pasaba su mano derecha por su perfecto cabello castaño. Apretó la mandíbula después de escuchar aquello. No podía llorar, no quería llorar, ya lo había hecho suficientes veces como para volverlo a hacer después de tanto tiempo.

—¿Ha desperado ahora?

La mujer asintió.

—La estuvieron tratando hace un par de horas... la han trasladado a una habitación regular.

El menor suspiro en señal de alivió.

—¿Puedo entrar a verla?

Chitthip lo dudó por un par de minutos. Ella sabía que quizá aquella no sería la mejor idea del mundo.

La Chica En El Bosque //JENLISA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora