Quirófano.

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Jennie siempre había pensado que su vida era particularmente extraña, al menos un poco más que la que tenían las demás personas. No se quejaba de ella, sin embargo, tenía que haber algo que consiguiera desconcertarla completamente.

Aquel día el cielo estaba parcialmente nublado, ambiente el cual se adaptaba a la perfección a los sentimientos que estaba experimentando en ese preciso momento.

La chica ni siquiera tenía una idea acerca de cómo debía reaccionar después de haber escuchado esas tres simples palabras provenientes de los labios de la persona que había conseguido enamorarla.

Iban a operarla, pero... ¿Qué significaba eso exactamente?

Era evidente que Jennie quería que Lisa pudiese mejorar el estado en el que se encontraba en ese tiempo, aunque muy en el fondo de su corazón, a ella se le hacía imposible ignorar el hecho de que en una cirugía no todo resultaba como los cirujanos lo pintaban.

En el quirófano, existían dos posibilidades. Una de ellas era que todo salía tal y como lo habían planeado. La otra era que aunque los doctores encargados de realizar la cirugía se hubiesen esforzado al máximo, las cosas terminaban de la peor manera posible.

—Vaya... — Se aclaró la garganta inmediatamente —sinceramente no sé qué es lo que debería pensar.

La chica de piel pálida elevó la comisura de sus labios con un poco de debilidad, mostrándole a la chica una de aquellas características sonrisas nostálgicas que solía regalarle.

Lisa se apresuró a tomar con delicadeza la mano derecha de Jennie, comenzando a acariciar los nudillos de la mayor con la yema de su pulgar.

—Y... ¿tú estás segura de que quieres someterte a una cirugía?

Consiguió preguntar Jennie, Lisa notó con facilidad que la voz de su chica había comenzado a quebrarse así que hizo su mayor esfuerzo para poder animarla de nuevo.

—Es la única oportunidad que tengo, Jen...— Susurró, diciéndose interiormente que no debía llorar en un momento como aquel.

—Pero...— Susurró la mayor, sintiendo cómo un par de lágrimas lograban escaparse de sus ojos —n-no puedes hacer esto, Lis...-- Dijo en un hilo de voz —no es seguro para ti...

Lisa negó levemente con la cabeza. Sintió su corazón estrujarse al ver a Jennie de esa forma, tan débil... casi tan vulnerable como ella.

Derrumbarse frente a la chica que amaba no estaba dentro de los planes de la chica, desgraciadamente ella no era capaz de controlar los sentimientos encontrados que acababan de hacerse presentes después de que Lisa le diera aquella noticia tan inesperada. Realmente ella ni siquiera le había dado mucho tiempo para ponerse a pensar en los resultados que podía traer aquella cirugía, pero... ella sabía que si la menor quería someterse a un tratamiento como aquel debía apoyarla, ella debía estar ahí cuando aquello sucediera.

No obstante, estaba más que claro que Jennie no sería capaz de perder a Lisa si es que sucedía algo inesperado dentro de aquel quirófano.

—Jennie...— Murmuró con delicadeza, llamando su atención inmediatamente —una oportunidad así no llega todos los días.— Su labio inferior comenzó a temblar conforme las palabras iban saliendo de sus labios —Es mi oportunidad para seguir aquí...

La mayor apretó los ojos después de sentir cómo aquellas palabras la atravesaban como si de cuchillos se tratasen.

—Quiero poder caminar contigo sin detenernos, —Habló con sinceridad— caminando y caminando, —Sonrió —aún si es un camino sin fin, cuesta arriba— Una lágrima se deslizó por su mejilla —no me importaría subir si estoy contigo, Jennie.

La Chica En El Bosque //JENLISA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora