—Lis.— una vez más aquella voz masculina tan familiar conseguía llamar su atención.
No sabía con exactitud lo que estaba sucediendo en ese momento. Había despertado desde hacía ya un par de minutos y, cuando lo hizo pudo notar que estaba recostada en el césped de alguna clase de jardín; lo sabía porque había inspeccionado el entorno en el que se encontraba poco antes de que aquella voz consiguiera distraerla de nuevo.
—Lis.— Cerró sus ojos con fuerza al escuchar por séptima vez aquel llamado.
Simple y sencillamente, aquello no podía ser posible.
La chica no terminaba de entender cómo había llegado hasta aquel extraño jardín, tampoco recordaba con exactitud lo que había sucedido cuando estaba en la cabaña junto a Jackson, pero definitivamente, lo que menos encajaba en aquella situación era que esa persona estuviera intentando llamar su atención.
Lisa se llevó ambas manos a su cabeza mientras negaba efusivamente con la misma. Aquello no podía estar sucediendo.
—Ya no puedes ignorarme.— Elevó un poco el tono de su voz. —Lo sabes, ¿no es así?— Y aquella fue la gota que derramó el vaso.
La chica de piel pálida, en un acto completo de desesperación, no pudo hacer más que ponerse de pie para poder escapar de aquel lugar desconocido en el que había despertado.
Ni siquiera fue capaz de girarse para comprobar que la persona que la estaba llamando era realmente quién ella pensaba. Estaba aterrada y por primera vez en su vida; ella no sabía lo que tenía que hacer.
—Tienes que escucharme.
Lisa negó bruscamente segundos después de escuchar aquellas palabras.
Desde que había despertado se encontraba completamente perdida, pero decidió hacer lo que siempre hacía.
Escapar.
Huyó. Se fue. Escapó de ese lugar. Y lo hizo sólo porque no quería volver a escuchar aquella voz.
Desgraciadamente, ella no tenía ni idea de lo que estaba sucediendo a su alrededor.
—No puedes evitarme.
Aquellas palabras no hicieron más que repetirse en su cabeza una y otra vez mientras buscaba desesperadamente una escapatoria de aquel misterioso jardín en el que se encontraba.
Nada de lo que estaba sucediendo tenía sentido alguno.
Estaba desesperada, incluso se sentía un poco aterrada por aquella situación. Jamás había experimentado algo parecido. Literalmente, en ese preciso momento, ella estaba completamente pérdida. Había despertado y no tenía ni la más mínima idea de cómo había llegado hasta ese lugar.
Acaso... ¿había muerto? El simple hecho de pensarlo consiguió que la chica se detuviera por un par de segundos.
Ella no recordaba con exactitud lo que había sucedido en aquella cabaña, pero había tenido un ataque justo en frente de Jackson Wang, eso lo recordaba a la perfección. ¿Aquel ataque había sido lo suficientemente serio como para quitarle la vida?
Se maldijo interiormente al no encontrar una respuesta exacta para la pregunta que se había hecho a si misma.
Las manos de Lisa en ese momento se encontraban encima de sus rodillas mientras intentaba recuperar todo el aliento que había perdido después de recorrer una enorme parte del jardín en busca de una salida.
Tomó una gran bocanada de aire mientras elevaba su cabeza con un poco de dificultad.
Grave error.
—Y cuéntame,— Habló regalándole una sincera sonrisa. —¿Aún conservas mi melódica?
Aquello fue suficiente para conseguir que la chica perdiera el conocimiento, provocando que su cuerpo perdiera el equilibrio y se estrellara directo al suelo.
***
A Kim Jennie nunca le habían gustado los hospitales.
Desde que era menor de edad, ella pensaba que los hospitales eran lugares nostálgicos. Lugares lo suficientemente tristes como para que ella comenzara a hablar como si no fueran más que edificios fantasma, que se encargaban únicamente de recordarle a las personas que tenían que soportar un montón de dificultades que podrían morir en cualquier momento.
Después de que su abuela había fallecido, Jennie se había prometido a sí misma que no volvería a poner un pie en un edificio fantasma a menos que fuera solo para visitar a una persona importante en su vida.
Y sí, Lisa se había convertido en una persona sumamente importante para ella.
"Ella te odiara por enviarla de vuelta al hospital."
Las palabras de su amigo en silla de ruedas hicieron eco en su cabeza desde que había tomado la decisión de abandonar aquella cabaña con el cuerpo de Lisa en sus brazos.
Porque claro, a Jennie no le parecía suficiente el hecho de que un chico que estaba completamente loco y al que acostumbraban a llamar cuervo le dijera que ella estaría bien. Necesitaba estar segura de ello.
Jennie necesitaba estar segura de que aún no perdería a Lisa.
La castaña aún tenía en cuenta las palabras que le había dicho su amigo antes de abandonar su escondite, sabía que había una posibilidad de que la chica, que en ese momento se encontraba en una camilla de hospital y conectada a un monitor que detectaba sus signos vitales la odiaría por llevarla de nuevo al lugar del cual había escapado junto a Jackson Wang.
Sinceramente, ella le restaría importancia al hecho de que Lisa comenzará a odiarla. No porque no le importará que lo hiciera, sino porque era consciente de que la salud de Lisa mejoraría debido al tratamiento que los especialistas le brindaban.
Jennie se encontraba sentada en aquella característica e incómoda silla de madera que siempre estaba posicionada a un lado de la camilla del paciente. Había estado ahí por un par de horas sin hacer nada más que observar detenidamente el hermoso rostro de la chica que había encontrado en el bosque.
Sonrió débilmente al darse cuenta de que el chico llamado cuervo había logrado hacer lo que la policía ni siquiera fue capaz de comenzar.
La chica de ojos de gatito movió su mano con delicadeza hasta sujetar la de Lisa, llevándose una grata sorpresa al hacerlo, pues la chica de piel pálida había reconocido su tacto al instante y gracias a ello la menor se encargo de acariciar la mano de Jennie con un poco de dificultad.
Fue entonces cuando ella comenzó a cuestionarse...
¿Cómo los demás podían hacerle tanto daño a una chica tan hermosa como ella? O también, ¿Por qué había personas que la odiaban tanto?
Bueno, por lo menos la castaña confiaba en que si todas las personas que la rodeaban tuvieran el interés de conocerla un poco más a fondo, Lisa lograría convertir todo ese odio en amor.
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no sé cuanto tiempo tarde en volver a actualizar, pasa que estoy teniendo problemas con mi laptop. trataré de resolverlo rápido.
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La Chica En El Bosque //JENLISA//
Fanfiction-¿Quién eres en realidad, Lalisa Manoban? La pálida chica sonrió débilmente al escuchar aquello. -Creo que tu misma tendrás que conseguir la respuesta a esa pregunta, Kim Jennie. "¿No es curioso como las escenas más inolvidables pueden ser tan t...