—Tú... tendrás que enamorarte de mí.
El corazón de la castaña se detuvo al escuchar aquello. Su respiración se quedó atorada en sus garganta. Sus manos sudaban y todo su cuerpo comenzó a temblar.
Aquella tarde hacía frío, pero Jennie no temblaba por esa razón. Ella temblaba por lo que acababa de escuchar.
¿Qué demonios quería decir con eso?
Idiota... ella te quiere. Idiota, también la quieres. ¡Sólo di algo!
La castaña se mordió el interior de la mejilla para evitar que una sonrisa estúpida se formara en sus labios. Aquella acababa de ser una confesión, indirectamente. Lisa le confesó a Jennie que tendría que enamorarse de ella, pero... era inútil.
Jennie ya estaba enamorada de ella.
—Eres tonta.
Escuchó un susurro proveniente de los labios de la menor.
Jennie lentamente giró su cuerpo para quedar frente a frente con la chica que había encontrado en el bosque. Aquella chica que lograba arrebatarle la respiración cada vez que la veía. Aquella chica que la hacía cuestionarse acerca de sus comportamientos habituales desde la primera vez que la había visto. Aquella chica que acababa de confesarle que quería que se enamorara de ella.
La chica que la tenía perdida en un laberinto de emociones y sentimientos, un laberinto que no tenía fin.
Lisa apretó los ojos, pero no pudo controlar sus emociones en ese momento. Actúo por impulso.
Con toda la fuerza que su jodido cuerpo le permitió, la menor colocó ambas manos en el pecho de Jennie, dándole un empujón sólo para que se alejara de ella. La castaña retrocedió un par de pasos; ahora estaba confundida.
—¡Idiota! ¡Idiota!
Dicho eso, Lisa se echó a correr.
La lluvia continuaba cayendo con tanta fuerza que parecía que el cielo fuera a caerse a pedazos en cualquier momento. Pero ella corría debajo de ella, sin importarle ni un poquito estar mojada de pies a cabeza, o que sus inservibles pies -al menos en ocasiones- pudieran resbalar debido al suelo enlodado e inestable. A ella no le importaba el peligro que correr bajo la lluvia torrencial implicaba en ese momento. De hecho, en su cabeza sólo había sitio para un solo pensamiento.
El mismo bendito y hermoso pensamiento frustrate que ocupaba su cabeza día y noche, su pensamiento más preciado, la única verdad; Kim Jennie.
El corazón le golpeaba dentro del pecho con dificultad, pero sorprendentemente, a la misma velocidad de sus pasos, y estaba segura de haber comenzado a llorar. Ella no podía quedarse esperando el desaparecer, esas cosas no sucedían a menos que ella lo hiciera.
¿Cómo es eso de tomar la iniciativa? Púdrete. ¡Di el primer paso! ¡Haré que me veas como la mujer más hermosa del mundo! Yo he sufrido mucho, así que... Sufre tú también. ¡Sufre, sufre, sure, y piensa constantemente en mí! ¡Piensa en mi hasta que consigas enamorarte! Por fin empezó, pero... ¿Qué va a pasar ahora? Mi corazón está a punto de explotar.
De un momento a otro, sintió como sus piernas dejaban de reaccionar. Su cuerpo se estrelló en el suelo, apenas comenzó a sentirse paralizada.
La lluvia del invierno me viene bien. Sabe como a la limonada. El tiempo existe y acaba de empezar a moverse.
—¡Reacciona!— Exclamó la chica mientras golpeaba sus piernas con fuerza. —¡Reacciona, reacciona!
El mundo de Lisa se estaba derrumbando de nuevo... esta vez, no había nadie que pudiese ayudarla.
ESTÁS LEYENDO
La Chica En El Bosque //JENLISA//
Fanfiction-¿Quién eres en realidad, Lalisa Manoban? La pálida chica sonrió débilmente al escuchar aquello. -Creo que tu misma tendrás que conseguir la respuesta a esa pregunta, Kim Jennie. "¿No es curioso como las escenas más inolvidables pueden ser tan t...