Aitana
Son las siete de la mañana, el alcohol ingerido estaba desaparecido, al menos el 85% de mi cuerpo es plenamente consiente,y sí,me duele la cabeza, pero no me importa.
Todavía hay cajas que vaciar, estoy aquí hace dos días y aún no he hecho nada más que sacar lo esencial como las cosas de aseo,los utensilios, un poco de ropa y colchas.
Está lloviendo como si no hubiera un mañana. No me doy cuenta de lo abstraida que estaba mirando la tormenta hasta que dos manos me rodean la cintura y unos labios besan el lóbulo de mi oreja. Me exalto ante aquella acción preguntándome quién carajos está aquí. Doy media vuelta con la piel erizada y el corazón latièndome a mil.
Parece que no se dió cuenta de mi espanto,pero es bueno, por el contrario, lo pasa por alto.
—¿Vamos a tu habitación?— susurra él.
—¿Por qué hacerlo allí cuando tenemos el sofá?— lo señalo.
—¿Aquí?— pregunta cómo el idiota que parece ser.
—Anda— lo tomo del cuello de su chaqueta empujándolo hasta mí. Pegó mis labios a los suyos, entonces me doy cuenta,porque es notorio aunque no lo parezca, es nuevo, se nota que en su vida ya hecho esto, así que soy yo la de la iniciativa.
— Nunca lo había hecho.
<<Mierda>>
La verdad no me sorprende, lo suponía.
—Déjate llevar— susurro antes de volver a besarlo.
Comienzo a desvestirlo y él, dudoso, hace lo mismo.
Caemos al sofá, él arriba mío. Maldigo para mis adentros cuando sigue sin quitarme las bragas. Lo hago yo,ya no aguanto. Él se encarga de sus calzoncillos, dejándome a la vista su miembro.
<< Bueno, nada mal>>> habla mi conciencia <<es decir, es un tamaño promedio, ¿Nos gusta?>>
No tengo idea de que me gusta cuando solo ansío que me embista de una maldita vez y acabemos con esto.
Lo empujo hasta mi nuevamente y él me besa. Fueron las manos quienes se desplazaban por nuestros cuerpos, y cuando veo que su pene al fin entra en mí, al fin iba a acabar con la adrenalina,o lo que sea que estoy sintiendo, la caga, esa es la única palabra que se me viene cuando habla.
—Mierda, eres perfecta.
—Eres perfecta.
—¡No!— me siento empujándolo hacia atrás.
— Oye, tranquila— dice con las manos en alto.
— Lárgate, eso no es verdad— susurro con mis labios temblorosos.
—Pero que....
—¡Que te largues! ¡Recorre tus cosas y vete!— señalo la puerta.
—Estás loca— protesta tomando todo.
Me coloco mi chamarra que estaba a mano y lo acompaño hasta la puerta.
— Loca tu abuela, pinche novato.— cierro de un portazo dejándolo con la palabra en la boca.
Sin despegarme de la puerta, me siento cubriendo mi boca. Poco a poco las nuevas lágrimas llegaron. Me abrazo flexionado mis piernas quedando como bicho bolita.
Se me revuelve el estómago. Tengo ganas de vomitar,pero no llegan las náuseas. Entonces,vuelve.
—Eres perfecta.
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Cien Latidos ✅ [ Libro 1 De La Biologia Cien]
General FictionElla tuvo que ocultarse para ponerse a salvo. Él tuvo que seguir adelante incluso cuando ya no le encontraba sentido a nada. © Todos los derechos reservados Queda totalmente prohibido copiar, manipular y/o extraer fragmentos del libro o algunas par...