Joey
Las puertas de mi casa se abren y cierran con ímpetu,lo que significa que llegó Magie. Porque cuando mi hermana, diez años menos que yo, llega, hace notoria su presencia con sus pasos firmes y estridentes.
La puerta de mi recámara se abren velozmente y, aunque me lo esperaba,me exalté por el ruido.
-¿Qué demonios te pasa? ¡Quiero dormir!- me tapé con el edredón.
-Recoge tu mierda.- me destapó señalando el condón.
-En mi casa hago lo que quiero.- me di vuelta.
-No puedes llamar cada que estés mal para coger a la primera que conteste tu móvil - se cruza de brazos.
-Ya ves, soy irresistible.- subo y bajo mis hombros.
-Pues, irresistible o no,te necesito. Mi vecina me dará su mesa y alguien debe entrarla.
- Llama a tu novio.- me desperezo.
-Quiero a mi hermano,no a mi pareja, limpia tu mierda, vístete y vamos.
-¿O qué?
Enarcó una ceja para abalanzarse sobre y comenzar a hacerme cosquillas.
-¡Magie! ¡No!- contengo la risa.
-Está bien- para, pero comienza a darme besos por mis cachetes, mi frente y despeina mi cabello.
Rio cansado. Ella recuperó el aliento y comienza a toser,por lo que mi sonrisa se esfuma cambiando a preocupación.
Me hace seña con sus manos de que está bien,pero de todas formas me paro acercándome a ella. La ayudo a sentarse y me señala.
-Estás roja-digo miedoso-, respira conmigo- pido mostrándole cómo.
Ella cede y su cara vuelve al color normal. Su respiración se regulariza y me calmo.
-Mierda, Maggie- la traigo hasta mí, abrazándola.
-Estoy bien- intenta convencerme en un hilo de voz-, tú ponte unos calzones que desnudo no me gustaría volver a verte.
Y entonces ahí,reparo mi estado. Me cubrí con las sábanas sin quitarle la mirada de encima.
-¿Llevas tu inhalador?
-Me lo olvidé.
Cierro mis ojos ante la falta de responsabilidad y vuelvo a abrazarla.
Cuando ambos estamos más tranquilos, ella baja y yo me visto.
El transcurso hasta el edificio es silencioso. La única compañía es la música en la radio.
-Nuestra canción.
- Umbrella- asiente con una sutil sonrisa.
Llegamos y refunfuño cuando me avisa que el ascensor sigue sin funcionar.
Subimos por las escaleras hasta el quinto piso.
Cuando está poniendo la llave, me percato que el departamento de abajo, que por mucho estuvo sin habitar, tenía la luz prendida.
-¿Hace cuánto viven ahí?
-Apenas unos días- contesta abriendo la puerta-, ve y dile que buscas la mesa, vas de mi parte, yo iré haciendo espacio aquí.
Bajo las escaleras y golpeo la puerta dos veces. Escucho música,ese tema que me recuerda a la noche en la que conocí a Aitana. El momento exacto en la que la estampé contra la pared hundiendo mi lengua en su boca.
Hago sonar el timbre y la canción se pone en pausa. Segundo después oigo las llaves girando.
La puerta se abre.
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Cien Latidos ✅ [ Libro 1 De La Biologia Cien]
General FictionElla tuvo que ocultarse para ponerse a salvo. Él tuvo que seguir adelante incluso cuando ya no le encontraba sentido a nada. © Todos los derechos reservados Queda totalmente prohibido copiar, manipular y/o extraer fragmentos del libro o algunas par...