Capítulo 37

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Aitana


Apago el móvil dejándolo en la mesa de noche y me concentro en Kovu que duerme pacíficamente a mi lado.

Cierro mis ojos unos segundos recordando la conversación que mantuve hoy con mamá. Al menos, por unos segundos, las cosas fueron bien.

Él te dijo que me voy a morir, ¿No?

Todos nacemos para morir. Es una desgracia porque a veces no se disfruta la vida como se debería.

Yo me doy un poco más. Un mes o dos como mucho.

Pero se te ve bastante bien, ¿Qué es lo que te tira para que pienses eso?

Mis hijas. Con la más grande no he vuelto a hablar y con la más chica....

Aquí estoy mamá—digo en un hilo de voz tomando su mano—, me tienes frente a tus ojos.

Oh, cariño, que más quisiese yo que fueras mi hija, estoy segura que tus padres han de estar muy orgullosos de ti, eres un sol. Pero mi muñeca está casada con un maldito abusador. Y la más grande vive en Italia.

No tenía idea. De lo que me perdí todo esos años.

<< Paciencia, Aitana. Un paso a la vez>>

Carraspeo.

Te....¿te molestaría hablarme de tus hijas?

¡Pero criatura!—levanta sus manos emocionada—, claro que no—suspira—, ellas eran unidas,muy unidas. Y eran....siguen siendo, mi más grande orgullo, pese a sus errores, las sigo amando. Me habría encantado insistir más para que no se fueran, pero su padre me dijo que....bueno, no importa. La cosa es que al final se acabaron distanciando. Todos, su padre murió, la más chica desapareció del mapa y de la más grande ni sus luces, parecen que se olvidaron de....de todos.

Agacho mi cabeza lamentándome de no haberla escuchado.

Hace tres años,luego de que muriera mi esposo, llamé a Jackson.

Escuchar su nombre me produce escalofríos. Trago preparándome para lo que seguiría.

¿Sabes lo que me dijo?—sus ojos se llenaron de lágrimas—, que mi bebé había muerto— la barbilla le tiembla—, su entierro ya había sido y él se estaba yendo de viaje.

Si, como no.

Pero no le creí nadita, ¿Sabes? El que mi hija haya muerto,sí, le creo, no es novedad, yo le dije, se lo advertí, pero ella estaba tan cegada que no quiso escucharme.

No se fue de viaje— confieso—, lo arrestaron por....por matar a tu hija.

Mejor que lo asimile.

Cubrió su boca con ambas manos y yo suspiré cansada.

¿Lili? Tu hija te quería muchísimo, estoy segura que también lo sigue haciendo. Pase lo que pase, puedo asegurarte que está muy arrepentida de sus errores y el no haber escuchado a todas aquellas personas que la intentaban ayudar. Pero se dió cuenta, tu hija se dió cuenta de que la relación no era sana y ella se estaba muriendo día a día. Ella está bien, y lo seguirá estando en tanto permanezca con el perfil bajo—me levanto y me acerco a abrazarla—, te quiero muchísimo.

Ella se sorprende ante aquella acción pero no duda en hacer lo mismo.

¿Hija?

Lloro aún más aferrarme a ella.

Cien Latidos ✅ [ Libro 1 De La Biologia Cien]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora