~•~Capítulo 43~•~

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Joey


—¿Qué pasa? ¿Se conocen de algo?

Eda abre la boca.

—Así es—se adelanta Jack—, tu residente sabe quién es Irati en realidad, ¿a qué sí?

—¿En realidad? Grey, ¿de qué habla?

—Irati te mintió, cuñado, lo viene haciendo desde que te conoció.

—No me digas cuñado—amenazo entre dientes.

—Ella lo sabe— sigue como si nada.

—¿Eso es cierto? — está nerviosa—, tu silencio responde a mi pregunta, Eda.

—Doctor, yo....

—¿Joey?

La voz de mi hermana suena, haciendo que todo deje de importarme. Me acerco a ella y acaricio su cabello.

—¿Qué pasó? —espeto curioso.

—Hay mucha gente—me dice con la voz rota.
Sin decir nada, Jack y Eda salen.  Pero antes de que cierre la puerta, digo:

—Te quiero en mi consultorio cuando salga, Grey.

Una vez solos, pregunto:

—¿Qué sucedió?

—No quiero hablar, no todavía. Puedes… ¿puedes solamente quedarte conmigo hasta que me duerma? Te prometo que te contaré todo al despertar, pero…

—De acuerdo.

Entonces me coloco a su lado y le canto una canción como cuando era pequeña y no podía conciliar el sueño. Cierro mis ojos en lo que poco a poco termino.

—…doctor—alguien me mueve.

—Joey, despierta—la voz de Zack me hace gruñir, ¿por qué debe molestarme mientras duermo?

Momento, ¿dormir? ¡Mierda!

Me siento rápidamente. Es de día.

—Calma—me detiene Sadie ante mi cara, seguramente alterada.

—¿Qué hora es? ¿Por qué no me despertaron anoche?

—Anoche fue hace exactamente tres horas. No había motivo por el cual molestarte.

—Hasta ahora…—continua mi amigo.

—¿Por qué hasta ahora? —me levanto.

—Grey te está esperando. Dijimos que, si hasta cierto tiempo no despertabas por ti solo, lo haríamos nosotros.

—¿Lleva tres horas en mi consultorio?

Ambos asienten en silencio.

—Dijo que hasta no aclarar las cosas contigo, no iba a irse, ¿de qué habla, Joey? —indaga Zack.

Dejo a todos atrás, y voy hasta el lugar de encuentro con Eda. La veo desde el otro lado de la ventana. Camina de una punta a otra, comiéndose las uñas nerviosa.

Abro la puerta y ella frena de golpe. Me cruzo de brazos de la manera más severa que encuentro y eso la hace temblar. Quiero decir algo, una amenaza para que hable, pero sola se me adelanta.

—Su nombre en realidad no es Irati.

—¿Qué? — frunzo el ceño descruzando mis brazos.

—Su nombre... su nombre es….

—Habla, Grey.

—Aitana—suelta con pavor—. Ella en realidad se llama Aitana. Es una de las hijas de Lili. Eso es todo...todo lo que sé. No hay más, lo juro.

—¿Qué?











Cien Latidos ✅ [ Libro 1 De La Biologia Cien]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora