Capítulo 29

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Aitana

Opción 1:

Mi nombre no es Irati, es Aitana, antes vivía en la otra punta del país pero escapé de mi marido abusador.

Opción 2

Mi madre es Lili,la que tú atiendes. Seguramente te habló de mi,soy la hija de puta que no la escuchó.

Ninguna es factible, no puedo hacer eso por más que muera.

—¿Qué es?

—Danna....ella...—cierro mis ojos por unos segundos y los vuelvo a abrir—, no soy perfecta, de hecho odio esa palabra, no soporto que la digan y agradezco que no lo hayas dicho hasta el momento. En el pasado cometí muchos errores y las personas se alejaron de mí, fue mi culpa, yo lo permití, pero....por más que lo intenté Danna fue esa persona que lo aguantó todo, todo Joey, mi rechazo, mis pataletas, he ...he sido una pésima amiga. Mi padre no me quiere y mi madre ni me registra-suspiro con aire cansado-. Ben llegó después,cuando entré a trabajar aquí, una noche de borrachera le conté mi historia y que Danna lo dejó todo,incluso a su novio, para viajar conmigo. A la mañana siguiente apareció en la puerta del departamento de ella y me preguntó si lo que había confesado la noche anterior era cierto. No tenía caso mentir.

Sus labios forman una pequeña y casi inexistente sonrisa y me mira con ternura.

Me odio. Amaría decirle la verdad.

<<Bueno, lo que has dicho no es mentira, solo...una parte de la verdad>>

Luego de eso volvió el silencio. Ambos miramos el techo sin articular palabra, cada uno en su mundo, supongo que, o pensando en lo que ambos dijimos, o solamente divagando en fantasías.

Kovu me saca de mis cavilaciones saltando arriba mío.

—Sss—me toco el talón dónde me hizo mal.

—Kovu—se recompone Joey-.No.

Mi perrito baja sus orejas. Está asustado y con miedo. Me acerco hasta él, besó su frente y mi mirada se conecta con la suya.

—No pasa nada, cariño.—le sonrió y mueve su colita.

—¿Segura estás bien?

—Sí, iré a ducharme—me levanto y ni me esfuerzo en cubrir mi cuerpo, no me da vergüenza, no es como si nunca me hubiera visto desnuda.

—Bonito culo—dice él en lo que estoy pasando al pasillo. Solo me limito a levantar mi dedo corazón.

Abro el agua y espero que se caliente un poco, a temperatura ambiente.

¡Créeme, nadie te va a querer!

Me meto a la bañera y me apoyo en el respaldar dejando que el agua me tape hasta el cuello.

¡ Solo me tienes a mí, a nadie más! ¡Nadie te quiere!-me tira al suelo.

No-no, no por favor— levanto mis manos como si así pudiera cubrirme.

¡Vas a aprender hija de puta!

Se saca su cinto y comienza a pegarme. El cuero choca fuertemente con mi piel hasta el punto de arderme.

Abro mis ojos, párpadeo y busco el shampoo, me pongo un poco en las manos y lo desparramo por mi cabello.

Dejo el agua caer. Aprovecho el momento.

Una vez que acabé, salgo, me coloco la toalla a través de mi cuerpo  y voy a mi recámara. Busco un pijama nuevo y unas bragas limpias.

Al estar lista, salgo y un riquísimo olor proveniente de la cocina me hace gruñir la panza. Cuando llego hasta allí me encuentro con la cocina encendida en mínimo. Una carta en el desayunador.

Cien Latidos ✅ [ Libro 1 De La Biologia Cien]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora