Extra 1

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¡Ay, Diosito! No saben lo emocionada que estaba por escribir este extra y subirlo. No me pregunten por qué no lo hice, porque ni yo lo sé. En fin, espero que lo disfruten

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Joey



—Pues aquí estamos—exclama la rubia, emocionada.

—Después de horas en cirugía, necesitaba descansar.

—¿Llamas descanso a salir de una operación que te llevó un día y pasar directamente aquí?—arqueo mis cejas sin dar crédito a la estúpidez que acabo de escuchar.

—¿Sabes? Los cuento, es el segundo día en la semana que estás de mal humor. Dime, mi buen amigo, ¿tan mal estuvo el polvo de anoche con quién sabe quién?

—Zack—lo codea ella.

—No me follé a nadie.

—Pues deberías. Hay varios estudios dónde revelaron que, el tener actividad sexual todos los días, ayuda contra el estrés, entre otras cosas. Se te ve muy estresado. Ve a buscar una que pueda bajarte los humos.

—No voy a hacer eso. Tenemos trabajo mañana, y no me voy a arriesgar a cogerme a una que quizá ni es buena.

—Amargado—protesta él.

—Pues este amargado irá por algo que tomar.

—Tráeme a mi también.

—No—concluyo yéndome a la barra.

Cuando llego, miro de reojo—e inconsciente— a la chica junto a mí. No puedo no detallarla, así que, lo más sutil posible, la estudio. Cuerpo menudo. Rubia natural y....gira su cabeza hacia mi dirección, yo llevo mi mirada hacia adelante como si nada.

Se queda viéndome fijamente. Cuento hasta diez y pido lo más fuerte. Y ella....no deja de mirarme.

Suficiente.

—¿Te ayudo en algo?

—Bésame.

<<Acepto>>

Cállate.

—¿Por qué haría eso?—me acerco a ella intentando contener las ganas que realmente tengo de hacer lo pedido.

—Porque soy muy buena.

Rio apenas secamente y me alejo de ella para irme. Me perdí por unos segundos en aquellos hermosos ojos verdes.

—Sí como no.

Sin embargo, escucho sus pasos detrás de mí. Estamos alejados del tumulto de gente bailando. Algunos caminan por nuestro costado y ella insiste.

—En serio.

Respiro profundo, su fragancia llega hasta mi nariz y lo Inhalo.

<<Carajo>>

Giro sobre mis pies y luego de suspirar y poner mi mejor sonrisa indiferente, le digo algo que, realmente, no es lo que quiero.

—Cállate.

Porque como siga hablando, me voy a olvidar de quien soy, solo para devorar esos labios rojos y tentadores.

—Cállame.

Bastante atrevida y sin vergüenza.

Me limito a negar y así volver con mis amigos antes de que las cosas se salgan de control.

Sin embargo, su risa despectiva y la seguridad que lleva al darse la vuelta, como si hubiera estado segura que me iría, me detiene.

Voltéo rápidamente y tomo su muñeca, y antes de que pueda reaccionar, la atraigo a mi cuerpo juntando nuestros labios.

<<Es buena>>

No puedo parar.

<<Ni quieres>>

Tomo su cintura pegándola más a mí y ella lleva sus manos a mis mejillas mandándome estúpidas descargas eléctricas por todos lados.

<< Eso no es bueno. Alerte roja. DETENTE>>

Apago la voz de mi conciencia y la guío hasta el pasillo que nos lleva al servicio. Me vale mierdas si alguien nos ve.

Debo parar, sé hacia dónde va esto y no me gusta nada.

Pero de decirlo a hacerlo, hay un gran paso.

Levanto su vestido y Dios sabrá cómo, sin soltarla, me deshago de mis pantalones. Me impulso más a ella y el contacto de su piel descubierta, con la mía, provoca una clara molestia en mi entrepierna. Gimo inconsciente y sus labios forman una pequeña sonrisa que empeora mi estado y las ganas por follarla. Sin embargo, en mi cabeza solo están los futuros problemas si no me detengo ya.

La tomo de sus caderas alzándola, y enreda las piernas en mi cuerpo. Con mi mano contraria, bajo sus  bragas y el corazón me late frenéticamente cuando adentro mi mano a su entrepierna, encontrándome con la humedad en su interior.

Carajo. Eso me prende más, y sé que a ella también.

<< Estás jodido>>

No, no puede pasar esto.

Me separo de ella.

—¿Cuántos años tienes?

<<¿De verdad te importa?>>

En lo absoluto, pero debía salir del puto paraíso en el que logró meterme.

—¿Cuántos crees?

¿Por qué me la hace tan difícil?

—No estoy para juegos.

—Yo no estoy jugando.

—Niña—aprieto mis dientes.

—Aitana, mi nombre es Aitana. A.I.T.A.N.A, Aitanaaaa.

—No me meto con menores.

<<Aunque sería la excepción>>

¡Demonios, no soy un morboso!

—No haré nada que....

—Tu amiguito dice otra cosa.

Y vaya que lo sé.

—¿20? ¿21?

Quitó sus mano antes de darle con el gusto.

—Qué aburrido.

«Todo menos aburrido, pequeña pervertida»

—Virgen no eres, me lo has dejado claro.

—Vaya, que observador.

—Tienes un pequeño bulto al costado de tus labios, justo ahí.

—Tus manos son mágicas.

Y lo que me encantaría hacerte con ellas.

<<Vete>>

Por primera vez, voy a hacerte caso.

—No me meto con niñas—comienzo a alejarme.

—¡Que no soy una niña!

—Ve al médico—termino mezclándome entre los demás.

Gracias, Aitana. 

Me has jodido, niña adicta.

Definitivamente estoy bien jodido.















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Un poco de alegría después de ese final, no vendría mal. Espero que les haya gustado.

Cien Latidos ✅ [ Libro 1 De La Biologia Cien]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora