Capítulo 47

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Joey

— Tiene un neumotórax traumático. Perdió mucha sangre. Pudimos controlar la hemorragia y suturar la herida en su entrepierna, por suerte no ha llegado a dañar el órgano genital, pero aún así fue un corte serio.

Mi respiración se está acelerando.

—Dado que tiene una lesión cerebral y  el pulmón derecho colapsado, hemos decidido...— carraspea.

—¿Que han decidido, Grey? ¡Habla!

—La hemos intubado, Joey. Está en coma inducido.

—Pero des-despertara, ¿no?—lo miro—. Zack, amigo, por favor.

—No lo sabemos, Joey, pero no hay mucho que se pueda hacer. Tampoco sabemos las secuelas que dejó el golpe, hasta que no despierte....si es que...

—No acabes eso—lo señalo.

—No hay un diagnóstico hasta que reaccione. No podemos precipitarnos a nada.

Esto no puede estar pasándome.

No freno las lágrimas.

—Lamentablemente perdió al bebé.

—El...¿Qué?

Ambos abren sus ojos de par en par.

—Mierda—susurra ella cubriéndose la boca.

—¿De que carajo está hablando, Zack?

—Irati....

—¡¿Qué?!—exploto—¡¿Qué con ella?!

—Estaba embarazada, Joey.

Me siento. Niego una y otra vez. Esto no puede ser cierto.

—¿De cuánto?—pregunto como si así pudiera solucionar el problema—¡¿Qué de cuánto estaba?!

—Siete semanas.

Mis lágrimas se convirtieron en llantos y caigo de rodillas.

—Vete, Grey— le dice Zack.

—¡No!—grito y él se acerca a mí apoyando una mano en mi hombro—¡no! ¡Ella no! ¡Esto no..no puede estar pasando! Dime qué es una broma—lo miro con mi rostro húmedo—¡Dime qué es un puta broma!

—Lo siento, Joey, pero no hay nada más que podamos hacer. Solo queda esperar.— se levanta y regresa a su puesto.

Yo permanezco de rodillas, en el suelo, llorando.

Mi hijo.

Mi novia.

Mi vida.

***

Voy hasta su edificio. Al entrar veo cintas policiales alrededor del costado de las escaleras.

—¿Como está?—aparece el guardia.

—Mal—digo y subo las escaleras desganado.

Entro a su casa y me encuentro con la puerta medio abierta. Paso.

Lo primero que ven mis ojos es a Kovu muerto al lado de su cama.

Corro hasta él y lo abrazo sin dejar de llorar. Lo lleno de besos como si pudiera despertarlo, pero sé que no lo hará.

—Gracias amigo, gracias.

Me levanto cuando sigo viendo el estado de su departamento. Siento que hace demasiado calor. Voy hasta la cocina. La hornalla prendida. El cajón de los cubiertos abiertos y un jarrón en el suelo.

Cien Latidos ✅ [ Libro 1 De La Biologia Cien]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora