Ya han descubierto quién es Agnes.
¿Cuánto me queda? ¿Cuánto...?
No pueden averiguar lo que escondo. Es lo mejor para ellos.
Pero Carmen lo había descubierto por su cuenta y lo había ocultado a mis ojos a la perfección. Y ese secreto se lo llevó a la tumba, aunque dejó una especie de rastro que Amanda y Sandra encontraron en su apartamento. Unas migajas de pan en medio de un bosque, oscuro y tenebroso, que conducía a mí en última instancia.
¿Y cuánto tiempo tardaran en llegar al final?
Contesté al mensaje de Amanda con respuestas cortas y usé emoticonos para que no sospechara del revoltijo de dudas que martilleaba mi cabeza mientras tecleaba cada letra. Después, en la habitación, apenas pude dormir. Mantuve mis ojos abiertos por prácticamente el resto de la noche antes de que el sueño me venciese casi ya al amanecer. Poco tiempo tuve para dormir, ya que, pasadas dos horas, la alarma del móvil de Nate sonó a la vez que la de mi teléfono y los dos nos abalanzamos hacia los aparatos para apagarlas.
Entonces, cuando mis ojeras fueron visibles para mi amigo, cuando notó que no había descansado nada otra vez, me enfrentó y solté todo lo que había retenido el día anterior.
Hablé de lo que había sucedido en la azotea con el cadáver de Caos, y sirviéndome de la valentía que utilicé para confesárselo, también le conté sobre la mancha de sangre en la ropa de Alba y mis teorías sobre el Consejo Estudiantil. Me creí capaz de hablarle sobre Max, sobre el hecho de que me había descubierto con un tonto movimiento de manos, pero mis labios se cerraron y la fuerza se esfumó.
Tuve miedo.
No hablé.
Y Nate me escuchó en silencio, atento a cada una de mis palabras, hasta ese momento.
―¿Cuán segura estás de tus sospechas? ―preguntó―. Digo, sobre el Consejo.
―Un 80%. No, mejor dicho. Un 90%.
―Suficiente para hacer una visita a ese despacho ―dijo, y se levantó de la cama. Empezó a vestirse con el uniforme mientras lo observaba sorprendida. Nate podía haber venido conmigo al King's Collage, pero solía mantener un perfil bajo casi siempre―. Sé por Andrés, que se acostó con Alba, y por Alister, que lo hizo con la mejor amiga de esta, que suelen ir a por café sobre las 11:30. Eso nos daría unos minutos, pocos en realidad, quizás suficientes para buscar "algo" que nos sirva.
―¿Por qué no me sorprende que sepas eso?
Nate se bajó el polo, colocándoselo bien, con los ojos fijos en mí.
―A diferencia de ti, comparto clase con ellos dos y no sabes lo entretenidas que pueden llegar a ser nuestras conversaciones en los vestuarios. Además de lo típico, ya me entiendes.
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Caos
ParanormalCaótico. Ambicioso. Oscuro. Sensual. No hay adjetivos suficientes para describirlo. Es un monstruo que yo misma liberé. Un deseo que me condenó al peor de los pecados. Y ahora que ha vuelto buscando venganza, sabe que caeré en sus garras porque no p...