Tomás no perdió su sonrisa cuando entró al cuarto. Al contrario, ensanchó más su expresión hasta parecer sobrenatural. Fue por unos pocos segundos, suficientes para asustarnos. Y hablaba en plural porque el rostro pálido de Cristian era como un libro abierto, uno que ya había leído tantas veces que era capaz de adivinar la frase que venía a continuación. De forma que, por esa sencilla razón, pude comprender cada pensamiento que se deslizaba por su mirada cubierta de terror, pánico y miedo.
Una mezcolanza caótica de la que Caos no estaría orgulloso.
Ese tipo de caos no era bienvenido. Ni antes ni ahora. Nunca lo sería.
―¿Historias de miedo? ―repitió Andrés, dejando un sitio a Tomás.
Este no rechazó su invitación y se sentó a su lado, robando en el camino un trozo de las cajas de pizza que había traído consigo hasta aquí. exponiéndose a las criaturas de la noche, una en particular, que lo había arrollado en su camino. O al menos, eso quería pensar. No podía considerar la posibilidad de que esta no fuese la primera vez y el gato nos hubiera vigilado a través de Tomás en cualquier otro momento de los últimos meses.
Por mi bien, y el de todos los que se habían reunido en esta habitación, esperaba que fuera una nueva dinámica para la mascota de Agnes. Y no una rutina más, como si parecía serlo Alba.
―Dejamos atrás Halloween ―repuso Max―. Mejor un "yo nunca".
―¡Apoyo eso! ―exclamó Nate, mirándome de reojo.
¿Se pensaba de verdad que no iba a mentir en ese juego? Ni loca iba a confesar el trío que me había echado en cara hacía tan solo unos minutos, cuando todavía estábamos en nuestra habitación, en el momento en el que él se atreviese a formular esa frase.
Ni yo ni Cristian lo haríamos.
Bueno, quizás Cristian sí.
Aunque primero debía salir del estado de pánico en el que seguía atrapado.
―¿Y si hacemos las dos cosas? ―propuso Benjamín, consiguiendo una cabezada de Andrés en respuesta―. Primero el "yo nunca" para entrar en ambiente y después...
―¿Crees que borrachos seremos mejores inventando historias de miedo? ―dijo Alister, soltando una carcajada―. Diez de diez, amigo. Quiero ver eso.
―Va a ser una locura, y lo sabéis ―reprochó Max.
―¿Todos bien con el orden? ―Alister movió la cabeza de Cristian para abajo y luego para arriba en un asentimiento forzado, al ver que era el único que no daba una respuesta clara a la pregunta de Benjamín, ya fuese una afirmación o una cabezada. No le extrañó que su amigo mantuviese la cabeza gacha, mirando hacia el suelo o hacia sus propias palmas. A veces, centrándose en Torquemada o en mí. Quizás, Alister prefirió servir de escudo frente al resto de nosotros, conservando su humor intacto―. Decidido entonces, ¿quién empieza?
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Caos
ParanormalCaótico. Ambicioso. Oscuro. Sensual. No hay adjetivos suficientes para describirlo. Es un monstruo que yo misma liberé. Un deseo que me condenó al peor de los pecados. Y ahora que ha vuelto buscando venganza, sabe que caeré en sus garras porque no p...