51. El villano al descubierto

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Infiltrarse en el King's Collage para llegar al subterráneo fue más sencillo que esquivar la masa viscosa negra que cubría prácticamente todo el apartamento. Después de todo, el internado y el subterráneo se encontraban en la misma montaña. Era demasiado terreno para mantener vigilado. Salvo las verjas principales por las que el asfalto cubría el camino del ascenso y descenso de los alumnos, el resto estaba casi sin vigilancia. Eso siempre había sido así.

Durante el camino no faltaron las preguntas de Amanda, las cuales cortaban con el silencio que nos había acompañado desde que salimos del departamento. Sin saber dónde estaba Sandra, si realmente seguía con vida o había encontrado la muerte en la viscosidad negra que cubría gran parte del salón.

Según Caos, eso era producto del Gato.

Y no era todo su poder, tan solo un ápice de este.

―Nadie ha sobrevivido a una explosión de poder de esa cosa, my dear.

―¿Está muerta?

―Probablemente...

Se notaba la ausencia de Sandra al caminar en grupo, aunque hubiera habido incorporaciones en los últimos días. Su hueco a la derecha de Amanda no fue cubierto por nadie, tan siquiera por Nate.

Ella era fuerte, quizás la más fuerte de todas nosotras. Por fuera se veía entera, se mantenía de una pieza a la vista de cualquiera. Sin embargo, cuando uno miraba en profundidad traspasando las cortinas que mostraban esa imagen tan alejada de la realidad, cuando conseguías ver lo que se escondía detrás de la determinación en sus ojos, notabas cuán rota estaba por dentro, la forma en que su alma se rompía a cada paso que daba hacia el internado sin tener a Sandra a su lado, la forma en la que sus uñas se clavaban en sus muñecas hasta hacerse daño para reprimir la tormenta que surcaba no solo su alma sino también sus pensamientos. La nube negra que la cubría, y a su energía con ella, era devastadora.

Se sentía culpable.

Quería haber sido ella a quién Agnes atrapara.

No encontraba consuelo, aunque lo estuviera pidiendo a gritos.

Estaba atrapada en su cabeza, igual que lo estuve yo por después de lo de Cristian y Carmen.

Sandra era para ella lo que fue Carmen para mí. Había perdido a su otra mitad...

Agarré su mano mientras preguntaba a Caos sobre el Gato y comparaba toda su investigación con la información que la daba el brujo. Sandra y ella habían estado jugando a los detectives durante un buen tiempo, se sabía de memoria todos los movimientos que Carmen había dejado a simple vista. Sin embargo, al igual que el resto, hubo cosas de las que nadie se percató y solo caímos en cuenta por el dibujo de la pizarra.

Sacudí la cabeza y apreté su palma. Amanda volteó hacia mí.

―No pienses en todo eso ―murmuré.

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