CAPÍTULO 31

1.6K 175 6
                                        

LOGAN

Estos días se sintieron diferente sin Ivy aquí y honestamente cada vez me era más difícil contener la ira, bueno, excepto cuando ella y yo hablábamos, porque esos momentos, aunque breves, se sentían diferente, como si todo el incendio en mi interior solo disminuyera y esa sensación era más agradable de lo que quería admitir.

Poco a poco estaba perdiendo el control y mis acciones lo demostraban, me costaba no explotar contra cualquier persona que se me atravesaba e incluso estaba reaccionando mal contra Enzo; estaba al límite y me conocía muy bien como para saber que solo faltaba una gota para derramar el vaso.

-        ¿Destrozarás otro saco? – cuestionó Enzo acercándose a dónde me encontraba

En cuanto amaneció decidí venir al gimnasio que montamos para entrenar un poco y pasé las últimas horas golpeando el saco de box en un intento de desfogar la energía acumulada que tenía, pero francamente no me estaba ayudando y tal como decía Enzo, estaba a unos golpes de destrozar otro saco.

-        Sabes que arreglé todo esto para entrenar a Ivy ¿verdad? Mi plan no era que lo destruyeras

-        Es esto o el rostro de alguien ¿Qué prefieres? – respondí volviendo a golpear el saco

-        Si me das esas opciones... - soltó y bufé

-        No me jodas, Enzo, no estoy de humor

-        Nunca estás de humor

No tenía paciencia y hablar con Enzo no ayudaba, así que di un par de golpes con fuerza al saco intentando tranquilizarme y solo eso bastó para que el saco terminara en el suelo.

-        ¿Seguirás? – preguntó y rodé los ojos

-        ¿Qué parte de no me jodas no entiendes?

-        Que temperamento

-        Enzo... - murmuré apretando las manos y clavándome las uñas en las palmas

-        Extraño tener a Ivy aquí – soltó de pronto, sorprendiéndome – Al menos ella era divertida

-        Eso es porque no discutía contigo, para mí no era tan divertida

-        Y aun así la llamas cada noche – murmuró por lo bajo, pero alcancé a escucharlo, aunque por su bien decidí ignorar su comentario

-        ¿Viniste por alguna razón en especial o solo quieres reemplazar al saco de box?

-        Cuando te diga porque vine, tu humor mejorará – dijo tan seguro que me generó intriga

-        ¿Qué pasó?

-        A qué no adivinas quienes llegaron a la ciudad hace unas horas

-        No estoy para adivinanzas, Enzo, habla claro

-        Los Marshall llegaron de Arizona, pensé que te interesaría saberlo – soltó y de inmediato pensé en Ivy

-        Hay que mandar a seguirlos, quiero saber exactamente donde están a cada minuto – dije con seriedad 

-        Ya me hice cargo de eso, los tendremos vigilados

-        Esperemos la oportunidad para traerlos – decreté y una sonrisa apareció en mi rostro

-        Me asustas – dijo Enzo y reí, pero incluso para mí eso sonó macabro – Cuando te pones así, en verdad me preocupas

-        Tengo que decírselo a Ivy, estará feliz – respondí ignorándolo por completo

LOGANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora