Explosivo, Cruel, Egoísta, Loco
Son algunas de las palabras por las cuales me conocían; solo mencionar mi nombre hacía retroceder a cualquiera, pero ahora, no quedaba nada, solo el maldito trastorno por el cual me habían encerrado.
¿Estaba loco?, qu...
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IVY
¿Estaba siendo imprudente? Demasiado
¿Estaba arriesgando mi vida? Definitivamente
¿Me arrepentía? En lo absoluto
En cuanto Enzo me comunicó que se iría, me preparé para seguirlos, sabía que era una decisión terrible y que seguramente volvería a poner mi vida en peligro mortal, pero también tenía claro que el riesgo que corrían Logan y los chicos era muy grande, además, por el tiempo que pasé con Peter podía jurar que él tenía una carta bajo la manga y no podía permitir que la usara contra las personas que me importaban.
Yo no era débil, no era una princesa primorosa en apuros y no necesitaba que me defendieran; yo era capaz de cuidarme sola y mataría a quien se atravesara en mi camino si era necesario, así que, pese a que seguía herida, me coloqué un chaleco antibalas y tomé todas las armas que necesitaría, además de un par de cosas extra.
Era buena para escabullirme, así que me fue fácil escapar del personal de seguridad que custodiaba el apartamento, además, había conseguido copiar el mapa que los chicos tenían sobre la localización del lugar y gracias a mi excelente memoria, recordaba los puntos de acceso que habían señalado, así que en cuento puse un pie en la calle, de inmediato me dirigí al lugar indicado.
Normalmente me subestimaban y aunque eso casi siempre me hacia enfurecer, ahora era mi mayor ventaja, porque Peter jamás esperaría que me metiera en la boca del lobo por voluntad propia y mucho menos me creería capaz de volver a enfrentarlo, pero justo ahí estaba su error; porque puede que me lastimara, puede que me obligara a revivir mis más horribles recuerdos, quizá pensó que me había quebrado y que por eso Logan me mantenía oculta como si fuera de cristal, pero yo no era frágil y tal vez me costó entenderlo, pero ahora sabía que tampoco estaba rota.
Si existía algo a lo que me parecía, era al hielo; tan frágil como cualquier gema, tan claro y brillante como el sol, pero al mismo tiempo tan fuerte que era capaz de quemar y herir a cualquiera; yo era letal y hermosa, podía parecer delicada por fuera, pero conocía la fuerza en mi interior y por, sobre todo, mis ganas de sobrevivir eran intensas, así que eso haría... sobrevivir.
Cuando llegué al edificio, me aproximé con cuidado, ocultándome en cada espacio posible; las calles estaban vacías lo que no era una sorpresa, porque toda la zona parecía estar en construcción y en cuanto a la policía, estaba segura que entre Peter y Logan los tenían comprados para mantenerlos lejos mientras arreglaban sus asuntos, así que acceder no fue difícil, pero lo primero que noté al poner un pie dentro del edificio fueron los cuerpos en el suelo, algunos estaban muertos y otros seguían respirando, pero todos eran iguales para mí, porque todos eran un daño colateral de un conflicto del que no eran culpables.
Así era el mundo, los más fuertes sobrevivían y los poderosos hacían lo querían; bueno o malo, esa era la realidad y no iba a cambiar; pero todas esas vidas perdidas... todas esas personas... ninguno de ellos tenía que pasar por esto, no era justo, aunque ciertamente la vida era todo, menos justa.