CAPÍTULO 52

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IVY

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IVY

-        ¡No! – grité yendo de un lado a otro - ¡No voy a irme! ¡No voy a dejarte! ¡¿Cómo puedes pedirme eso?!

-        Ivy... tan solo escucha

-        ¡No quiero! – sentencié con brusquedad - ¡¿Cómo puedes proponer algo así?!

-        ¡Puedes sentarte y escucharme! – gritó perdiendo la paciencia

-        ¡No!

-        ¡Siéntate!

-        ¡No puedes darme ordenes!

-        ¡Siéntate de una vez!

-        ¡No! – grité aun más molesta

-        ¡Por Dios! ¡Que terca eres!

-        ¡No soy terca, soy obstinada! – refuté y rodó los ojos

-        ¡Es lo mismo!

-        ¡No lo es! – respondí y me miró frustrado

-        Por favor, siéntate – pidió y era obvio que estaba intentando mantener el control

-        ¡¿Por qué quieres que me vaya?!

-        ¡¿Crees que yo quiero esto?! ¡¿Crees que deseo que te vayas?! ¡Es lo último que quiero!

-        ¡¿Entonces porque me haces esto?! – cuestioné furiosa con la mente completamente nublada

-        ¡Quiero mantenerte a salvo! – gritó levantándose de golpe - ¡¿Qué acaso no lo entiendes?! ¡Mierda! ¡Te amo y quiero protegerte!

Logan estaba furioso y sus ojos reflejaban ese fuego que fácilmente podría desatar un infierno; se acercó a mi apretando los puños, como si estuviera a punto de perder el control y ceder ante la ira, así que seguí mis instintos y me apresuré a rodear su torso con mis brazos mientras me escondía contra su pecho.

Quizá otras personas pensarían que era una acción muy arriesgada, porque en cualquier momento, Logan podía estallar, pero yo sabía con certeza que, al abrazarlo, lo ayudaría a contenerse hasta que finalmente pudiera tranquilizarse y eso fue justo lo que sucedió.

Poco a poco la tensión en el cuerpo de Logan comenzó a desaparecer y sus brazos rodearon mi cintura atrayéndome más hacia él; pero, aunque mi intención inicial era solo tranquilizarlo, al sentir su calidez el enojo que sentía también se esfumó y centré mi atención en los latidos de su corazón que iban cada vez más rápido.

No es que no fuera capaz de entender lo que me decía, pero no estaba dispuesta a aceptarlo; ¿Cómo podía pedirme que me fuera y lo dejara atrás? ¿Cómo podía sacarme de la partida después de todo lo que hice?

LOGANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora