CAPÍTULO 36

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LOGAN

No me lo esperaba, pero extrañamente tampoco me disgustó; los labios de Ivy tenían un sabor dulce y eran tan suaves que contrastaban perfectamente con los míos, así que sin darme tiempo para pensar si debía o no hacerlo, simplemente respondí su beso y la acerqué más hacia mí.

Nunca antes experimenté nada igual como lo que estaba sintiendo en este momento; mi corazón latía como loco y todo se sentía realmente bien, como si de alguna forma encajáramos, pero nos tomó un segundo reaccionar y darnos cuenta del error que acabábamos de cometer.

No es que no sintiera algo por ella, honestamente lo sentía y eso era justo lo que me preocupaba; el corazón era un lujo del cual no todos podíamos disponer y en mi caso era peligroso sentir algo en especial cuando estábamos en una situación tan complicada como esta.

- ¿Pueden creer que no encontraba el ron? solo teníamos whisky – dijo Enzo sentándose frente a nosotros y prácticamente saltamos a extremos diferentes del sillón - ¿Qué sucede? – preguntó pasando su mirada de una a otro

- Nada – dije de inmediato - ¿Me sirves un trago? Por favor

- A mi igual – añadió Ivy sin mirarme

- ¿Todo bien? – volvió a cuestionar y asentí

- Sirve – ordené

Enzo me conocía bien y no fue necesario que dijera nada más para que entendiera que la situación era una alerta roja y simplemente empezó a servirnos los tragos en un intento desesperado por aligerar el ambiente.

- Iré a ver a nuestros invitados – dije terminando mi trago y me levanté

- Logan, siéntate – respondió Enzo

- No soy un perro, no me des ordenes

- Claro que no eres un perro – comentó Ivy y me giré hacia ella – los perros son mucho más obedientes

- Olvidé lo que te hace el alcohol – respondí y me fulminó con la mirada

- Dinos Logan, ¿Qué me hace el alcohol?

La parte racional de mi cerebro insistía en que cerrara la boca por mi propio bien, pero casi nunca le hacia caso a esa parte, así que volví a responder.

- ¡Para empezar, te convierte en una loca! lo siento, olvidaba que no necesitas ayuda para eso

- Logan – amenazó Enzo

- ¡¿Yo estoy loca?! – cuestionó Ivy – ¡Tú eres mil veces peor! ¡Explotas a la mínima provocación! ¡Dices algo y luego haces lo contrario!

- ¡Yo! ¡Eres tú la que se contradice!

- ¡No me contradigo! ¡Hago lo que quiero y punto! – gritó levantándose furiosa

- ¡¿Y cómo te ha funcionado eso?! – grité

- ¡Perfecto! ¡No lo ves!

- ¡Pues no! ¡Ya que pasas la mitad del tiempo llorando! – exclamé y en cuanto lo dije me arrepentí

- ¡Prefiero pasarme la mitad del tiempo llorando a reprimir lo que siento! – gritó y Enzo me miró como diciendo que me callara

- ¡Yo no reprimo nada!

- ¡Claro que sí! ¡Dices que eres libre, que haces lo que quieres y no te contienes, pero es mentira! ¡Lo único que haces es reprimirte!

- ¡¿Quieres hablar de quien se reprime?! – exclamé - ¡Por lo que sé, has pasado años fingiendo que eres alguien que jamás podrás ser! ¡Incluso ahora eres incapaz de sentirte libre! ¡Lloras y lloras, pero no haces nada para resolver lo que no te deja dormir por la noche! ¡Eres una cobarde! ¡Perdiste a tu novio y te rompiste! ¡Que tan inteligente te hace eso! ¡Que valiente que eres!

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