CAPÍTULO 18

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IVY

Simplemente era insoportable, ¿era mucho pedir que fuera más amable? ¿Cuál era el problema de dejarme tranquila mientras me divertía? Lo único que quería era tomar un respiro, sentirme como una persona normal al menos por un momento, pero no podía dejarme en paz, tenía que ir y arruinarlo todo.

Cuando escuché la música, decidí que quería bajar y bailar como solía hacerlo antes de que mi vida se fuera al diablo y eso fue lo que hice; en la habitación encontré un vestido que probablemente había dejado alguna de las chicas con la que se había acostado Enzo o quizá Logan, aunque dudaba mucho que él se permitiera esa falta de control; me aseguré que el vestido se encontrara en buenas condiciones y me vestí arreglándome como pude con las pocas cosas que había en la habitación; después salí para dirigirme al piso inferior y discutí por un momento con Enzo que insistía en que no era una buena idea el bajar y divertirme por razones que sinceramente me parecían absurdas, así que hice caso omiso de sus sugerencias o advertencias y continué mi camino.

No pasó mucho tiempo para que me acostumbrara al lugar y después de beber un par de tragos, ya me encontraba mucho más tranquila y podía disfrutar del ambiente, la música y la libertad que sentía.

Era consciente que el alcohol no era algo muy bueno para mí; nunca lo había sido y no por las razones habituales, en realidad podría decirse que el alcohol lo único que lograba era acelerar y aumentar mis episodios maniacos que no solían terminar muy bien, pero en este preciso momento no deseaba pensar en las consecuencias o en los pros y contras de dejarme llevar, solo deseaba sentir con cada célula de mi cuerpo y dejar mi mente volar en el vacío.

Podía sentir las miradas sobre mi cuerpo y más de un hombre se me acercó intentando mantener contacto conmigo, pero automáticamente los rechacé; no había venido para hacer nuevos amigos ni buscaba una pareja con la cual bailar, lo único que deseaba era un poco de normalidad y desenfreno, un recordatorio de la que solía ser mi vida.

Cerré los ojos y elevé mis brazos mientras me movía al ritmo de la música y por un solo instante, recordé lo que era sentirse con vida, recordé como era todo antes de ese fatídico día; cuando salía a divertirme con mis amigos y tenía un futuro; podía recordar el momento en el conocí a Dante y la forma como él lo cambió todo, aunque tal vez lo mejor hubiera sido nunca haberlo conocido, porque, aunque no lo sabía en ese entonces, conocerlo, fue el inicio del fin.

Estaba pasándola realmente bien, pero todo acabó cuando Logan apareció y pese a mis negativas, logró llevarme arrastrada hacia el piso superior recordándome una vez más que podía fingir normalidad y libertad, pero la realidad era una cosa muy diferente.

Nuevamente habíamos terminado discutiendo lo cual ya se estaba convirtiendo en una costumbre para nosotros y una sumamente molesta; pero era parte de nuestra rutina e inclusive ya comenzaba a parecerme algo normal, porque no veía otra forma para comunicarme con Logan, simplemente éramos incapaces de hablar civilizadamente.

Tomé la ropa que me había dado Enzo y salí de la habitación en dirección al baño que antes había usado, me di una ducha rápida que me ayudó a mitigar la rabia que sentía y me vestí lo más rápido que pude; dejé mi cabello húmedo caer por mi espalda y salí del baño encontrándome con Enzo en mi habitación.

-        ¿Qué quieres? – pregunté sonando más brusca de lo que hubiera querido

-        Vengo en son de paz – dijo mostrándome un frasco mientras sonreía

-        Bien – acepté sentándome a su lado

Enzo no tardó en abrir el frasco y tomó mi muñeca derecha entre sus manos para comenzar a aplicar la crema mientras que mi rostro se contraía en señal de dolor.

LOGANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora