Cap. 9

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    Otro mes se fue y con ello el verano; a pesar de que la ciudad de Londres no fluye el sol como es debido; sino manteniendo la atmósfera siempre en nublado,las personas van y vienen de hacer sus deberes desde temprano; como el ir a trabajar,al médico, gimnasio o hasta cuidado para el cabello y este último lo está disfrutando Vega, en un SPA exclusivo, para el cuidado desde los pies hasta el cabello, nunca pensó que su vida cambiaría de forma tan radical, su sonrisa se expande al ser atendida, por dos mujeres una arreglando su cabello y otra haciendo pedicura.


Tiene una mascarilla de color verde, para limpiar las impurezas de la piel, junto con dos rodajas de pepinos en sus ojos, soltó un suspiro por bajo; al sentirse consentida gracias a Izan, que no ha perdido detalle en consentirla.


A veces la hace rodar los ojos, por ser tan celoso en algunos aspectos; pero lo ha podido manejar; cuando están juntos cada noche bien sea en su oficina o en la suite que vive, desde que empezaron una relación de novios o eso podía llamarlo entre comillas, porque resulta, que para Vega necesita es más; no simples regalos y ese será su siguiente paso, porque Darío Price no se queda atrás, han tenido cenas como acercamientos de besos que ella misma ha dado, notando que él, es un poco reservado para su gusto.


En su mente; el plan sigue y no se va a detener, porque ha podido quitarle dinero a Izan de la forma más limpia teniendo sexo; al cambio con Darío trata de poder hacerlo, pero fracasa al ver que su mente está en ocupación, en todo lo referente a la empresa; volvió a dar otra respiración profunda tratando de entender como sacarle dinero, su colega le dice, que use la astucia de donación, que puede servirle o meterse en la fundación dónde se encuentra la señora Cataleya Price; trago un poco el sabor amargo, de ayudar en sus planes no estaba hacer esa acción.


Sin embargo; tendrá que usar esa estrategia, para tener el dinero y terminar de pagar su deuda con un hombre peligroso en el que Enzo Hill, se metió por obtener alcohol, el extremo de ebriedad de su Padre está crítico, en su tiempo lo ayudó; pero ahora solo lo hará que se hunda;al conseguir robar a ambas empresas, para irse muy lejos con otro nombre como iniciar de nuevo; sin tener que preocuparse por nada ni nadie.


En el momento que su mente, recreaba la posibilidad de estar lejos, siente la voz de la estilista llamarla:



— Señorita Hill... ¿Me escucha? — la aludida; solo hizo un sonido con su boca, para así responder.



— Habla querida. — respondió, con total soltura.


En eso sintió; como la chica que arreglaba sus pies le colocaba unas sandalias modelo, para así comenzar con sus manos y ella relajarse más.



— Le comentaba, que su cabello lo dejara corto o por los hombros, además de hacerle los rizo, que está pidiendo. — consultó y ella lo sopesó un momento.



— Necesito, que me quites los pepinos de mis ojos. — ordenó; sin respeto y la manicurista se los quito rodando los ojos, por la actitud poco respetuosa.



En segundos; su vista pudo ver todo a su alrededor, detallo a la estilista con las tijeras en manos, esperando la orden de ella; entonces pidió un espejo para verse; allí logro ver su mascarilla nutriendo su piel, luego sus pies decorados en color negro y dorado sus favoritos hasta ahora; estaba conforme con el diseño que le hicieron; al ver una revista de moda para las mujeres de grandes estándares para la sociedad londinense.

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