Cap. 27

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    Los segundos pasaron; sin que ella se diera cuenta, pero los labios de él sobre ella la tenían contra la espada y la pared; hasta que un sonido externo de alguien carraspear, la sacó de su trance, dejando que Alba se logre separar del caballero que seguía aún extendido en el suelo.

El rostro de la pelirroja, estaba encendido de la pena, cuando pudo ver al causante de ese sonido, siendo un hombre alto fornido de tez morena y cabello negro mirarla con seriedad, dejando que la aludida sienta un estremecimiento recorrerle; cosa que se puso de pie con facilidad, dándose cuenta a los minutos que él hombre seguía allí, pero con ayuda del señor que vio antes, le brindo el apoyo de colocarse de pie tomando su brazo, como después paso por el hombro del castaño.

Las manos de Alba estaban una en su pecho y otra en la boca tratando de calmar lo rojo de sus mejillas; pero los ojos claros de él no la dejaban de mirar, con una añoranza que jamás imaginó sentir en ningún hombre, ni siquiera en su pueblo. Pensó y guardo silencio.

De pronto el moreno, se le quedó observando y quedándose sorprendido de verla, por lo que se puso rígido con un alerta, dando aviso en su intercomunicador, que tenía en su oreja.


— ¡Alerta Roja! Vega Hill está aquí. — mencionó con voz clara, dejando que ella se alerté.

Rápidamente ella se iba acercar, pero la mano del mayor la detuvo, mostrando que tenía un arma; cómo método de defensa.


— ¡Apártese! —grito, retrocediendo con su jefe, que por momentos gruñía estando en su estado de ebriedad.


Para la mente de ella no pudo entender, el porqué de su reacción, hasta que recordó la conversación con Olivia y más la unión de lo que dijo el hombre que podía comprender era su guardaespaldas del que la besó sin su permiso, solo bufo por lo bajo y le hizo frente para defender su inocencia, por mucho que se le parezca a esa mujer.


—Perdone señor; pero se equivoca. Yo no soy esa mujer, mi nombre es Alba Ward. — respondió sin temor, apretando sus puños a los costados.

Una sonrisa socarrona, salió del otro, pero pudo contradecirle.


— ¡No mienta! Usted es Vega Hill y no permitiré que dañe más a la familia Price, incluso a los Cook. —agrego con fuerza, logrando que ella niegue.


—Sabe que señor... no pienso discutir esto, porque la verdad va a salir a la luz y mi inocencia se verá reflejada, no soy esa mujer es posible que tenga un parecido; pero yo ni siquiera conozco a ese hombre que salve y luego se atrevió a besarme. —señalo al castaño, que se mantenía algo desorientado.


—Eso lo veremos impostora. — expuso su ofensa, pero ella no se amedrentó; sino sé que giro sobre sus pies, dispuesta a irse.


—Espera...— hablo por fin Darío, dejando que ella lo mire de reojo por su hombro.


—Señor Darío.


— ¡Silencio! —demando al alejarse de Gómez, para estar de pie como mejor pudiera.


La mirada que Darío le daba, solo ponía en evidencia que necesitaba hablar con ella, parte del alcohol se disipó con el susto de ser empujado al suelo, como después oír un auto pasar, casi cerca de ellos, descubriendo que fue salvado de un accidente producto de su desorientación por el mismo licor que ingirió en la beneficencia, solo pudo recordar cómo salió de aquel lugar, siendo escoltado por su guardaespaldas que lo llevo al auto, solo que al descuidarse de su mano derecha; aprovecho para alejarse de su vista y optar por caminar, dentro de su pecho necesitaba salir a tomar aire fresco, y solo las calles o avenidas londinenses le iban a dar ese toque que necesitaba; pero no previó casi verse envuelto en apuros, y menos ser salvado por ella por Vega.

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