Cap. 13

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Veinte minutos después…

   El cuerpo de Vega estaba encima de Izan, que estaba sentado en su silla giratoria elegante, tratando de relajar la respiración que ambos tenían; después de tener sexo en su amplia oficina, al mirar la espalda descubierta de ella no se detuvo a besar su hombro, como tocar su espalda desnuda recordó que su vestido quedó a la altura de sus caderas, antes de embestirla como el loco que suele ser al tenerla entre sus brazos, su sonrisa se expande al ver que ella se mueve para verlo directo a sus ojos claros; porque le toca su mejilla de forma suave buscando nunca olvidar nada, jamás pensó estar clavado hasta el fondo por Vega Hill, pero noto que frunció el ceño para elevar su torso y mirarlo desde su posición, eso le sorprendió.
 

—¿Que sucede? Y ¿ese gesto Izan? — le pregunta, pero Izan se mantiene en silencio viendo su cuerpo, como sus dos senos que atesora son grandes; sin llegar a lo extremo, pero naturales.

—¡No puedo tocar, lo que es mío! — afirmó; elevando una ceja inquisitivo, dónde ella solo curvo una sonrisa tapando su indiferencia.

—Yo no dije que no cariño, pero es la primera vez que haces ese gesto, después del sexo. — aclaró al alejarse de él, para acomodar su vestido e ir por su bebida que esperaba por ser ingerida.

   En el momento que le lleva ir por su trago, nota que Izan está arreglando su traje, como pantalones después de tener relaciones, ese sencillo acto hace, que ella saque de su bolso el gotero y le coloque en la bebida del magnate dos gotas precisas; luego lo guarda con agilidad viendo siempre de reojo a su objetivo que estaba terminando de ajustar los botones de su camisa blanca, así que tomó su copa por igual y decidió avanzar hasta llegar a su escritorio y entregarle su bebida de ginebra extra seco, conociendo que es su favorito.

—Ten cariño, debes tener mucha sed. — comunico complaciente a lo que Izan tomo el vaso de cristal y la miro por un momento, antes de beber por completo el licor.

    La mirada de Vega era de completo éxito, sabía que en cinco segundos se quedaría dormido el tiempo necesario; para ella entrar al sistema empresarial de la compañía, pero antes procedió a besarlo tomándolo desprevenido algo que no dejo de lado él tomando su cintura con dureza, como pudo la pelirroja dejo su copa en el escritorio para enlazar sus brazos, sobre el cuello del hombre que lo tiene comido de la palma de su mano. Por lo que, siguieron los besos como mordidas entre ambos antes de sentir, como Izan se detuvo tocando su cabeza y no teniendo control de su cuerpo, es ahí donde ella entra en acción.

—¿Cariño me oyes? — le hablo, pero detallo que sus ojos se cerraban, lo llevo a recostarse en su silla; antes de caer rendido nunca le hablo.

    Enseguida respira hondo y procede a tocar su mejilla, para ver si sucede algo contrario y no sucede nada; entonces se gira para buscar su cartera dentro del mismo saca un chip que lo incrusta en la computadora de Izan justo después de encenderla, al principio detallo que tenía clave, bufo por lo bajo tomando su celular para llamar a Hugo que en dos repiques atendió.

—Hasta que por fin contestas, necesito tú ayuda genio inserte el chip en su ordenador; pero tiene clave. — fui clara.

—¡Quédate quieta! Solo necesito eso, lo demás lo hago Yo; dime el Magnate lo mataste o lo dormiste. — hace esa pregunta, dónde rueda los ojos la pelirroja.

—Obviamente que lo dormí idiota, además apresúrate no tenemos mucho tiempo, antes que los guardias comiencen a sospechar, hay al menos unos veinte custodiando toda la empresa o eso creó.

—De acuerdo, dame chance Vega.

   Seguía aún en la línea, pero me mantuve en alerta, las cámaras de esta oficina, están apagadas la leve luz de la luna se filtra por la misma haciendo que todo se vea mejor sin la luz artificial, Vega miro la pantalla del monitor evidenciando que acceso y buscaba lo que requería, sonrió con gusto, le tomo a Hugo desde su departamento dos minutos llegar al sistema de contabilidad de la empresa J&E Cook Fabrics, para verse curvando una sonrisa al vaciar las primeras tres cuentas; ya que poseía seis, en el momento que iba por la cuarta se activa un error desconocido que lo coloca en alerta de inmediato porque causo que las cámaras se activarán, entonces decidió hablarle a Vega.

—¡Sal de inmediato! Se activo la alarma, no tienes sino cuarenta segundos; para que salgas de esa empresa o sino tendrás graves problemas. — comunico con rapidez, dejando en nervios a la pelirroja.

—Maldita sea, ¿que hiciste Hugo? —

—Cállate y sal, cuando llegues te digo. —

   Enseguida, le corta la llamada y ella no duda en recoger todo, saca el chip del computador y deja apagándose la computadora toma su bolso con todo y mira con rapidez a Izan antes de irse sin mirar atrás, dejándolo en su lugar como pudo salió paso el largo pasillo, hasta ver las escaleras de emergencia, se quita los tacones para ir más de prisa, por momentos escucho voces masculinas, que la dejaron en alerta cosa que siguió su camino en el momento que llega al estacionamiento de la misma empresa, se detiene cuando ve a tres hombres de seguridad alertas caminando hacia ella, solo que antes se ocultó en un camión de carga que estaba estacionado ahí, supuso que era algunos de los empleados que se encargan de transportar la mercancía que fabrica la compañía.

   Como pudo trato de regularizar la respiración, para no llamar la atención solo que los hombres seguían en la zona vigilando; pero solo le queda una sola opción saca del bolso su arma, la activa ve su salida que es detrás de un hombre alto moreno y fornido; mientras que los otros dos están algo alejados le da el chance precisó de proceder con nervios muerde su labio inferior, disparando a su objetivo que cae al suelo al recibir la bala en la espalda eso puso en alerta a los demás, vigilando, en ese leve segundo pudo sacarlos de la zona de huida antes de sentir que le estaban disparando.

—Ahí va, es una mujer. — le grita al pelinegro; que revisa a su compañero dándose cuenta, que murió eso lo hace apretar los dientes de la importancia.

—Ve por la sospechosa. — ordena a su compañero de cabello castaño, que no duda en correr.

   En el instante que corre por el sospechoso, se lleva la sorpresa que ve tres cuerpos más muertos y otro herido; verifica que huyó en el carro del jefe y eso lo pone en alerta, ya que es posible que su jefe este grave; entonces decide hablar por su intercomunicador en el gemelo de su saco; dándole la información a su jefe de seguridad que recibe como respuesta una orden.

—Encuentra, al jefe Izan Cook ¡ Ahora! —

   Solo afirma para ir en su búsqueda, pero sabe que tendrá serios problemas con su jefe de seguridad al dejar ir al sospechoso que en este caso es una mujer de cabello rojo…

Magnate X Magnate 💼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora