Cap. 3

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Después de ese accidente, todos volvieron a lo suyo y un mesero recogió los pedazos que había esparcido la copa al caer, la chica solo se retiró de ese lugar; para ir a su mesa una que su propio amigo la ayudó para estar en ese evento sin ser invitada; cuando pudo llegar a la mesa junto con personas mayores hizo una mueca al verse acompañada de esa gente, pero tenía que tolerar la situación.

Para cuando estuvo sentada, tuvo una copa nueva en sus manos de ese espléndido licor que tanto le fascina Vodka semi seco, con aceitunas integradas para poder degustarlo mejor, se sintió relajada al beber; pero una voz masculina la hizo voltear a ver a la persona que estaba llamando su atención, frunció el ceño al saber que era otro tipo y no uno de sus objetivos.

El mismo hombre le tocó el hombro y eso no le gustó, que lo miro de forma amenazante, por solo tocarla sin su permiso.


— Disculpe señorita...



— Mire señor. No vuelva a tocarme y por favor déjeme sola. — le respondió al hombre moreno con ojos verdes, ella supuso que era árabe por sus facciones.


— Lo tendré en mente preciosa, pero vine a invitarla a bailar. — ignoró como lo trato, para señalarle la pista de baile, que estaba en la extremo derecho algo que ella miro por un leve momento.


Se puso de pie con elegancia, es ahí donde cruzo sus brazos negando ante su invitación, eso causo en el hombre molestia, que sólo la miró como su mayor desafío y por ende curvo una sonrisa; dejando que ella frunza el ceño por no entender que se vaya.


— ¿Cómo le tengo que decir que se marché? O debo ofender su hombría. — sonó tajante, que él hombre se acercó con rabia impresa en sus ojos.


— Eres una fiera, pero yo puedo domarlas así que más respeto. — respondió con rostro neutral, haciendo que ella deje sus brazos a cada lado para apretar sus puños.


Para la mente de Vega, solo existía dos objetivos y este que estaba delante de ella, le hacía perder el tiempo, no iba a dar un espectáculo que la pusiera en desventaja de obtener la atención de los grandes Magnates que estaban a dos metros de distancia de ella, solo volvió a fijar su vista en ese hombre para darle un último adiós de forma correcta, aunque deseaba era estrangularlo; pero no previó que alguien estaba viendo cómo oyendo todo y decidió aparecer para intervenir en la situación.


— Entonces señorita va a cooperar...


— Ya le dijo que no. O debo repetir sus palabras caballero. — dijo el rubio con voz fuerte y autoritaria.


Jamás pensó ver a ese magnate cerca de su persona, todo en él irradiaba masculinidad como respeto, eso hizo que la pelirroja sonriera con gusto y más al ver su cuerpo tan esculpido, se hacía ideas de solo tocarlo a su antojo, pero negó ese pensamiento centrándose en la situación actual, que era lograr ser la damisela rescatada, por uno de ellos; para ser más específica uno de los hijos millonarios de la familia Cook, así que miro más la escena que se estaba tomando con los dos caballeros retarse con la mirada.



— Oh vamos Cook, solo trato de invitarla a bailar. — pero el rubio no le tenía confianza, no dudo en responder.

Magnate X Magnate 💼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora