Cap. 22

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     El día comenzó y los de ojos claros de Alba, se abrieron para iniciar otro día con energía y mucho optimismo, el día de ayer recordó dormir en el suelo en una colchoneta, mientras Olivia lo hacía en su cama individual, las dos no podían hacerlo era súper incómodo fue lo que pensó la pelirroja, ahora que durmió las horas suficientes que requería su cuerpo; se puso de pie con cuidado bostezando en el proceso, miro por el rabillo del ojo detrás de ella a su amiga todavía dormida, por lo que curvo una sonrisa volviendo a su camino hacia el sanitario.

Para cuándo llegó; tomo su cepillo de dientes y colocó la crema, abrió después el grifo del lavamanos pasándose agua por el rostro como en la boca, dando inició el cepillarse, duro al menos unos minutos, antes de hacer sus necesidades, para al final salir con rumbo a la cocina; estando descalza teniendo siempre cuidado dio inicio al desayuno, era crucial para su amiga y comprobar si se está alimentándose o ¿no? Pensó por un instante.

Del mismo modo, busco lo necesario en el mini refrigerador, saco leche que compró Olivia el día anterior y busco los cereales, sin tantos azúcares colocó la porción adecuada en cada plato; sin verte el líquido aún, primero decidió hacer té uno potente para activar las energías del cuerpo, como mantener el intelecto activó más al trabajar en una oficina, como lo es el caso de su amiga.

Se tomó alrededor de quince minutos en tener todo listo, para después ir en búsqueda de la dormilona del año, que permanecía igual; pero boca arriba topando su cara con su brazo y dando leves ronquidos, que la pelirroja, supuso era el mismo cansancio. Por tal motivo; sus pasos fueron cautelosos, hasta quitarle el brazo y llamarla con suavidad cosa, que no funcionó y soltó un suspiro cansado.


—Dios... tienes el sueño pesado. — comento, para así misma.


Sin embargo; algo muy ingenioso se le ocurrió, dejando una sonrisa impresa en sus labios con todo el dolor de su alma, debía despertarla antes que llegue tarde a su trabajo, al estar a su lado se inclinó un poco; hasta que miro sus costillas y comenzó a dejar cosquillas por todas partes, logrando el efecto requerido al contemplar como Olivia, se retorcía hasta sacarle carcajadas una tras otra, dejando que los ojos marrones de ella la miren con una clara intención de no gustarle.


— ¡Ya basta! — ordenó, en su estado de risa.


—Dejare de hacerlo, si te levantas ahora mismo. — agrego y ella asentir con total rapidez; sin dejar de sonreír.


—De acuerdo... pero detén las manos. — pidió agotada, logrando que la pelirroja dejará de hacerlo.


Ambas se miraron y no pudieron soltar carcajadas, pero Alba decidió sacarla de la cama, para así empujarla al baño y darse prisa para comer; mientras tanto ella se fue directo a la cocina y dejo todo en orden como ver en tres minutos a Olivia que se acercaba para sentarse a comer, lo hicieron en la pequeña sala, ya que el apartamento solo tenía el espacio requerido, para ciertos objetos no buscando a sobrecargarlos.

Pudieron disfrutar el desayuno, contando anécdotas de su infancia y en como Olivia extrañaba a sus Padres que de vez, en cuando les escribía una carta y recibía por igual; eso inquieto en sobremanera a Alba, por lo que decidió preguntar.


— ¿Hablas poco con tu Padres? —Pidió saber, fue lo que hizo que la castaña dejara de comer, manteniendo el plato sobre sus piernas flexionadas.

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