Cap. 20

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   En la parte norte de Londres una chica pelirroja se está despidiendo de sus Padres en la estación del tren, la sonrisa que ella les da es como un aliciente para ellos; pero su Madre se toca el pecho con algo de incomodidad, siente un presentimiento extraño, y más por el viaje que su hija va emprender, pero se niega a pensar de forma negativa, ahora no puede darse el lujo de pensar de esa forma.

Por lo que, mira a su esposo como la abraza de forma paternal, eso la hace pensar cuando llego por primera vez a la casa, teniendo solo cuatro meses de nacida eso la hace tragar, antes de oír la voz de su hija:


—Mamá ¿todo en orden? —Pregunto; al mirar sus facciones algo distraídas.


—Todo está bien mi niña, solo pido me llames todos los días, en este caso un horario que no afecte a tu Trabajo por favor, esa nada más es mi petición. —Pidió y su hija acepto.


—Así será Madre, además apenas llegue te llamo del teléfono de Olivia. —Agrego, dejando a la señora Ward más tranquila.


—Te amo hija. —dijo, y su hija sonrió con total dulzura, para después abrazarla.


—Yo también te amo mamá. —Completo, haciendo que ella se sienta mejor.


    En el minuto que les llevo el abrazo, el sonido del tren las trae devuelta a la realidad, tanto que Alba miro a sus Padres y soltó un beso en el aire para ambos que su sonrisas fueron amplias, mientras la Sra. Carmen aguantaba las ganas de llorar su hija daba un paso grande y no iba a detenerla, solo esperaba que su viaje sea el mejor. Por su parte, la pelirroja se fue alejando para ingresar dio su boleto al señor, que los recibe y subió con una emoción por vivir esa aventura trayendo con ello una gran responsabilidad.

Asimismo el tren se activó y cada persona abordo con éxito, desde su asiento Alba miro por la ventanilla, que le daba un poco de visión de su tierra esa llamada Hackney que se alejaba cada vez mas de ella, el sol estaba hermoso, solo unas leves nubes se podían apreciar, apretó su equipaje con fuerza y una sonrisa apareció para darle el ánimo de que pronto verá a su amiga, la que le dio la dirección exacta de su residencia, como la lluvia de charlas que tendrán apenas pise la capital, su mente y corazón le decían que algo bueno le sucedería y con ello experiencias grandes que podrá afrontar, se recostó en su asiento para esperar el tiempo que dure el viaje.


...


LONDRES

   Para comenzar en la tarde, un caballero con ojos azules como el mismo cielo, mira desde su oficina la ciudad de Londres, como cada persona que va y viene; sin borrar de su mente todos aquellos recuerdos que vivió con esa mujer; nunca imagino que un rostro tan angelical, terminaría siendo un completo demonio disfrazado o eso supuso, antes de oír una voz; detrás de él reconociendo que es su asistente Denisse.


—Señor Darío, tenemos una junta general en diez minutos, con la participación de uno de los socios de su Padre, específicamente de "Alemania". —Dio cada instrucción a su jefe, pero este se mantuvo serio observándola.


—Entiendo, dame solo dos minutos y los veré en el salón de juntas Denisse. —Respondió volviendo su vista al frente, con las manos en los bolsillos de su pantalón.

Magnate X Magnate 💼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora