Cap. 36

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— ¿Qué necesitas cariño? —pregunto con amabilidad, hacia ella que se enfocó en responder.

—Necesito ir al baño. —Susurro; por lo bajo cerca de su acompañante, que la miro seriamente, sin emitir ninguna emoción.

—No es necesario que lo pidas, puedes ir solo no te tardes. —añadió, a lo que Alba asintió levemente colocándose de pie con algo de cuidado.


      Al moverse ambos caballeros se pusieron de pie, como es la cortesía al salir una dama de la mesa, para volver a tomar asiento y continuar con su dialogo, mientras Denisse se mantuvo viendo, por donde ella se retiraba siendo ayudada por una mesera que muy amablemente la dirigió al baño, en ese preciso momento miro su celular y discretamente, mando un mensaje a un contacto específico; para después guardarlo como si nada en su bolso de cuero en color rojo, combinando con su vestido negro y tacones del mismo color, llevando un recogido en su cabello luciendo fresca, pero elegante a la vez.

   De pronto la voz de su jefe, la hace prestarle la debida atención.

—En una hora más; cerramos el acuerdo con nuestro socio. —hablo en portugués, entendiendo su asistente que no deseaba su socio comprendiera.

—Perfecto señor. —le respondió, en el mismo idioma al sacar la carpeta, que el sr. Jorge Cook le entrego por medio de su secretaria.

   Abrió el folder en color verde, sacando dos contratos; donde uno se le entrega al socio y el otro se queda con su jefe, por momentos miraba disimuladamente el baño, esperando no se tarde la joven.




   Habiendo usado el baño, Alba se mantuvo cerca del lavamanos con una decoración exquisita, que ella misma pensó usar un teléfono y tomarse fotos para enviarlas a su amiga Olivia que seguro se quejaría por no estar con ella, pero negó levemente el rumbo de sus pensamientos, conociendo que su estadía en ese precioso lugar, solo era un capricho de ese hombre desquiciado, porque asume que tiene una obsesión con ella, se enfocó en la lavarse las manos antes de ver, como alguien estaba detrás de ella eso la impacto reconociendo esos ojos celeste.

— ¡Hola mi Ángel! —escucho decir; de inmediato cerro el grifo, se encargó de mojar su rostro levemente tratando de quitar, todo resquicio de alucinación que pudiera tener.

   La mirada que le dedicaba Darío a ella, era de absoluta devoción y más al verla tan elegante, pero detallo algo importante en sus ojos que mostraban miedo, como a la vez tristeza que le causó molestia, al apretar los puños.

— ¿Usted es?…

—Darío Price, el borracho que salvaste aquella noche; antes que te secuestraran. —termino de sacarla de dudas y ella amplio sus ojos, recordando esa noche.

—Es cierto Señor, pero ¿Qué hace en el baño de mujeres? —busco, cambiar de tema; pero el castaño solo curvo una sonrisa, acortando la distancia entre ambos.

—Vine a verte y decirte que saldrás libre mi ami… perdón, Izan no volverá acercarse a ti, a menos que sea por consentimiento tuyo. —explico; al estar cerca de ella, pero como reflejo se alejó más.

  
—No sé, si puedo confiar en tus palabras, ahora siento que los enemigos de esa tal Vega, me persiguen y yo nada tengo que ver. —Protesto; al tocar su cabeza y tratar de respirar.

—Puedo entender, cómo te sientes Alba.


—No lo sabes y solo déjame en paz, Sr. Price solo quiero una cosa y es…

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